El concierto terminó con una imagen poderosa: Bebeshito ondeando la bandera cubana, rodeado de bailarines, luces, fuego y cantando «Tacto que llegó el reparto» con El Chulo, Un Titico, Lenier y L Kimii. Junto a ellos invitó a la unidad del género y a seguir soñando en grande. Lo que estábamos viendo no era el final de un show más: era quizá el inicio de la internacionalización del reparto.
Sin embargo, hay una corriente subterránea que invita a la esperanza. Pienso en Edward Said, el intelectual palestino que enseñó en Columbia University mientras algunos de sus alumnos servían como informantes para espiarlo. Pienso en la ironía luminosa de que, en esas mismas aulas en las que un día vigilaban sus palabras, hoy se haya gestado la mayor ola de oposición estudiantil en Estados Unidos. contra los desmanes del actual gobierno israelí en Gaza.
Quedan muy pocos acuáticos en Viñales y, en rigor, presentan modos de vida que distan bastante de las prédicas de Antoñica Izquierdo. Sin embargo, ellos reivindican su identidad; no pueden evitar cierta nostalgia por los tiempos en que vivían en comunidad y veneran con devoción religiosa a la curandera de Los Cayos de San Felipe. Puedes notar la emoción en sus palabras cuando narran los milagros de los que sus padres y sus abuelos fueron testigos.