I. El Estornudo es una revista digital independiente —y a la vez una asociación civil no lucrativa— realizada desde Cuba y desde fuera de Cuba, cuyo objetivo principal es reportar, narrar, pensar la actualidad de la isla y su diáspora.
II. Nos interesa contar el país en toda su complejidad: de sus campos y sus barrios a la comunidad trasnacional que no cesa de multiplicarse. Nos interesa también contar e interpretar los contextos regionales y globales en que se inserta lo cubano.
III. Promovemos la libre circulación de ideas e información. Con el hecho mismo de nuestra existencia y con nuestro trabajo diario, defendemos las libertades de expresión, de creación y de prensa. Rechazamos la censura en las condiciones del totalitarismo cubano y, por supuesto, en cualquier otro contexto.
IV. Somos un espacio para el pluralismo, el pensamiento crítico y la deliberación informada, que son prácticas irrenunciables para la conformación y el fomento de una sociedad civil robusta y democrática.
V. Estamos comprometidos con el respeto y la promoción los derechos humanos, y nuestra labor se cumple de acuerdo con ostensibles valores éticos (incluida la deontología del oficio), cívicos, democráticos y de auténtica justicia social.
VI. Creemos en la igualdad genuina y efectiva entre individuos de diferentes géneros, identidades sexuales, credos, razas, origen étnico o cultural, y condenamos rotundamente flagelos históricos como, por ejemplo, la exclusión y el expolio sistemáticos de comunidades indígenas y afrodescendientes, la islamofobia o el antisemitismo (cuyo saldo terrible en el siglo XX condujo a la adopción por la comunidad internacional de un marco «derechos humanos», universales e inalienables).
VII. Apoyamos la justa restitución de víctimas actuales e históricas, y apoyamos críticamente las reivindicaciones al interior de nuestras sociedades de diversos colectivos marginados, grupos racializados, los feminismos, la comunidad LGBTIQ+, etc. Ofrecemos voz a quien está en el lugar de víctima y subalterno frente al poder político y otros poderes fácticos. Intentamos no revictimizar jamás.
VIII. Cuestionamos y denunciamos las matrices sociales, económicas, ideológicas, históricas que, demasiado a menudo, conducen a la violencia política (incluidos el terrorismo y la guerra). Abogamos por la discusión pública y la solución justa y pacífica de los conflictos.
IX. En el desempeño de nuestras labores, honramos los estándares más altos del oficio periodístico al tiempo que somos flexibles y, sobre todo, justos en el empeño de informar y pensar la especificidad de un paisaje social definido por el totalitarismo (u otras formas de opresión).
X. Afirmamos nuestra total autonomía editorial con respecto a cualquier interés corporativo o financiero, grupo o partido político, organización religiosa, mecenas o entidad donante. Evitamos todo conflicto de intereses. A la vez, nunca obtenemos testimonio o información de tipo alguno mediante pago, amenaza moral o física, o cualquier otra forma de extorsión.
Pueden leerse aquí nuestra «Breve carta de presentación» y nuestra Declaración de Principios y Valores donde, no sin entusiasmo programático, se amplía nuestra visión sobre la revista y su lugar en la isla y el mundo.
