Creo que fui a Oaxaca buscándola a Ella porque ir a Cuba no es una opción. Pero no la vi. No la pude invocar, no supe cómo. No pude pedirle perdón por no haber estado, por haberme ido, por no haber regresado. Pero el 3 de noviembre de 2024 la dejé ir. Tomó rumbo a Mictlán.
Y ahí estamos todos —feligreses, prensa y curiosos—, a metros de Rivera Indarte. El mismo barrio que vio nacer y crecer a Francisco. Donde se formó en la fe católica. Dentro y fuera del recinto se llora mucho, como se llora la pérdida de un ser querido. La pérdida de un familiar cercano. Ese que iba a comer raviolis a casa los domingos, y te contaba historias.
Suenan las cornetas y los tambores, como una murga disonante que se apodera de la Avenida 9 de Julio, una de las principales arterias de Buenos Aires.
Es 8...
Por supuesto, un inventario verdaderamente exhaustivo de los dirigentes caídos en desgracia —con dosis mayores o menores de justicia o arbitrariedad— durante los últimos 67 años sería muchísimo más copioso, en un país donde ningún servidor o usufructuario del poder está a salvo del olvido, la cárcel o el mismísimo paredón de fusilamiento.