Vive en Santiago de Cuba. Las congas lo hacen llorar. No tiene pasión por ningún deporte, pero es fan a Savón, a Rigondeaux (a quien una vez le picó un cigarro), y a Gabriel Pierre el gran pelotero. Cree que el verdaro cronista de la música cubana es Candido Fabré y no Juan Formell. Y que Cuba se divide en esos dos bandos, los de Fabré y los de Formell. A él le gusta más Formell porque tiene tendencias pequeñoburguesas, pero eso no quita que el tipo sea Fabré. Fabré forever. No fuma, pero es picador fula de cigarros. Le da ansiedad ver a una gente fumando, no es que sea un estafador, o que no se le pare.
Hace unos meses, en una página web de una institución cubana, se publicó un texto firmado por Esteban Lazo Hernández, presidente del Consejo de Estado...
En Barrio Gótico de Barcelona, un cubano recién llegado observa las fachadas y observa, quizá, el laberinto de sí mismo como si fuera otro. Una crónica filtrada por la mirada inquietantemente cinematográfica de su autor.
Rafael Escalona, melómano, experto en temas como las industrias musicales, director de la revista independiente especializada en música cubana AM:PM, intentó explicar por qué...
Sin embargo, hay una corriente subterránea que invita a la esperanza. Pienso en Edward Said, el intelectual palestino que enseñó en Columbia University mientras algunos de sus alumnos servían como informantes para espiarlo. Pienso en la ironía luminosa de que, en esas mismas aulas en las que un día vigilaban sus palabras, hoy se haya gestado la mayor ola de oposición estudiantil en Estados Unidos. contra los desmanes del actual gobierno israelí en Gaza.