Pero en Cuba la basura no es la esfera del otro rechazado, sino el espacio común donde todo se descompone. El sujeto, en la indolente degradación del entorno, no tiene tiempo de justificar su pérdida: el hambre, el familiar que emigró, la madre enferma sin medicinas, el hijo perseguido por gritar en la calle durante los apagones, y un largo etcétera.
La escena ocurre en el Café Tortoni. Interior iluminado y espacioso, estilo Beaux-Arts, altas columnas relucientes con capiteles de acanto, lámparas y techos de vidrio repujado tipo Tiffany. Mesas redondas cubiertas por manteles blanquísimos, butacas de cuero. Ambos, entrevistador y entrevistado, se acomodan en una mesa, justo debajo del techo en vitral.
La escena ocurre en el Café Tortoni. Interior iluminado y espacioso, estilo Beaux-Arts, altas columnas relucientes con capiteles de acanto, lámparas y techos de vidrio repujado tipo Tiffany. Mesas redondas cubiertas por manteles blanquísimos, butacas de cuero. Ambos, entrevistador y entrevistado, se acomodan en una mesa, justo debajo del techo en vitral.
El tambor le concede arrojo a la garganta de quien canta. Marca el estado de ánimo, dice por dónde fluirá la sangre de la canción, de sus coros, sus pregones. Sea un golpe potente o una simple caricia, sin él no corre na por las venas.