TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE, es el título de la instalación. La segunda en orden del programa. (Cabina inflable, máquina de burbujas y playlist de canciones cubanas acerca de la migración y luces LED.) Todos se desvanece en el aire, beibis. ¡Todo menos la ideología!
Mi familia es lo único que me ata al lugar donde nací y la razón por la que vuelvo una y otra vez, aunque al país lo hayan tirado por las alcantarillas.
El primer grupo de migrantes llegó aquí hace cinco años, y había gente de cada rincón del mundo. No se conocían de nada, pero los unía casi todo: haber huido de la guerra, la miseria, el crimen organizado o la persecución política; haber viajado miles de kilómetros hasta la Ciudad de México. Y, sobre todo, los unía un deseo: llegar a Estados Unidos.
No hubo, quizá desde Benny Moré, una voz y un carisma tan grandes en la música cubana, y nadie antes o después fue más célebre o más impactante, más reverenciado en todo el mundo que Celia de la Caridad Cruz Alfonso (1925-2003), «la Guarachera de Cuba».