Casi termina el año en estas imágenes y, como siempre, la gente hace la guerra en San Juan de los Remedios, provincia de Villa Clara, Cuba.
Nuestra guerra, del fotógrafo José Luis Molina (1998), es una miniserie que registra las conocidas «parrandas». Preservada a lo largo de dos siglos (desde 1820), esta modalidad cubana de la fiesta popular «conduce y alimenta el alma» de cada lugareño, sostiene el autor.



«Es durante la Nochebuena», señala, «que la naturaleza más explosiva de esta villa se manifiesta bajo el furor pirotécnico de sus barrios, que enfrentados entre sí se esmeran en compartir con el mundo una auténtica fracción de su historia».
Las Parrandas de Remedios —y las festividades hermanas que tienen lugar hasta en 18 comunidades de la región central de Cuba— fueron incluidas en 2018 (cuarta inscripción de la isla) en el catálogo de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.


Cada año, entre el 16 y el 24 de diciembre, la ciudad de Remedios se divide en dos bandos: «El Carmen» o «Carmelitas», bajo el signo del gavilán, y «San Salvador», representado por un gallo. Y, por supuesto, la apoteosis de esa batalla fraternal y totémica —a todas luces, un continuo pagano-cristiano que estalla ritualmente en catarsis colectiva— acontece la víspera de Navidad.
Nuestra guerra, explica el joven fotógrafo, nacido en Remedios, forma parte de «un proyecto más amplio, aún en desarrollo, que busca cubrir todos los aspectos de la vida en ese rincón del país».






«Persiguiendo una estética que emula la fotografía química en blanco y negro se intenta acentuar aún más la teatralidad visual de una costumbre que año tras año desafía crisis económicas, sociales, así como la desidia de aquellos que deberían velar por su mejor preservación y de un mundo que resta cada vez más espacio a las expresiones del pasado», dice finalmente José Luis Molina en su statement artístico.


(Fotografías autorizadas por José Luis Molina).