Rafa G. Escalona

    Sobreviviente de la nakba cubana en proceso de recolocación. Príncipe del aleatorio y procrastinador por vocación. A ratos escribo sobre música.

    Regreso al iPod 

    No me acusen de nostálgico, el punto no es «antes fue mejor», sino repartir tareas. Las plataformas son excelentes para explorar y cartografiar; un dispositivo dedicado, en cambio, sirve para sostener la concentración. La alternancia es una estrategia y, en contextos de escasez documental, también una manera de entender el mundo.

    En la caliente: Candyman, el reguetón y la Cuba que arde

    Antes de ser un documental, antes de ser un retrato de un hombre (y una escena musical, y una generación, y un país), antes...

    Las disputas por el relato del reparto, de la calle al negocio

    Tras años de operar al margen, el reparto ha entrado en el radar de la industria musical. Su ascenso ha sido lento pero contundente,...

    Deriva y naufragio de la industria musical cubana

    No hay dudas de que la música cubana está viva: se produce, circula, se escucha. Pero esa vitalidad no basta para hablar de una industria. Lo que existe hoy es un conjunto inestable de prácticas y circuitos de producción informal: dispersos, improvisados, sostenidos por la energía individual y una circulación lateral de recursos. Los artistas crean con lo que tienen, se abren paso como pueden y rara vez logran cobrar a tiempo.

    YouTube, el reparto y lo que (no) nos dicen los charts

    Una de las cosas más desorientadoras del presente es la aparente consistencia de los datos. Cuando los gráficos son precisos y las cifras se...

    El Taiger: único en su especie

    Su música sin dobleces, sin artificios, refleja las realidades y aspiraciones de la juventud cubana (la migración, el éxito, el ser local en un mundo global), tanto en la Isla como en la diáspora.

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    Mientras que son ciertos todos esos momentos —y son muchos— en que Kirk traficó con un lenguaje detestable e ideas que atacaban directamente a grupos marginalizados, también es cierto que dijo, en un instante de lucidez: «Cuando la gente deja de hablar, es cuando surge la violencia. Es entonces cuando ocurre la guerra civil, porque empiezas a pensar que el otro bando es tan malvado que pierde su humanidad».