Una tarde de agosto del año 2008, Francys Delia Valdés se convirtió en Angelina Castro. Conviven dos personas en una desde entonces. Una madre de familia con dos hijos y una actriz porno. Una que usa maquillaje y otra que no. Una que se ha acostado con varios hombres durante su carrera y otra que está casada con el mismo hombre hace 15 años.
Llegué a su casa en Miami a la 1:00 de la tarde. Ella llevaba un enterizo muy transparente con un cinturón de cuero negro encima que le hacía una cintura pequeñísima, unos tacones Christian Louboutin, y unas extensiones bien largas. Una hora antes de que yo llegara, ella había realizado su único ritual para convertirse en ese personaje: sentarse frente al espejo y maquillarse. Mientras Francys se maquilla se va transformando en Angelina como si estuviera bajando un espíritu a la tierra. Cuando termina de ponerse la última pestaña ya es otra persona.
Con diez años llegó a Miami y ahora tiene 43. Estudió un Bachelor’s Degree y fue manager de un Walgreens. Tuvo un hijo a los 18 años. Creció en una familia unida pero no fue hasta agosto de 2008 cuando encontró su camino: el cine porno. Más de 500 películas filmadas en su carrera, colaboraciones con grandes productoras, un premio AVN, programas de radio y televisión, emprendimientos y millones de seguidores en sus redes sociales.
Existen miles de actrices porno haciendo exactamente lo mismo: sexo con hombres blancos, negros, o mujeres, masturbándose, en interiores o exteriores, en una cama o en una playa. Pero no todas —de hecho, casi ninguna— logra insertarse en la televisión, en la radio, y ser un referente para la comunidad latina. Por esas y otras razones es que fui hasta su closet.
En esa habitación hay cientos de carteras, zapatos de tacones, productos de maquillaje, pelucas, alfombras de plumas, cámaras, vestidos sin estrenar, y ahí es también donde Angelina graba su podcast que lleva el mismo nombre, haciendo un juego de palabras con lo que significa «salir del closet». En este lugar, que no es tan pequeño ni tan grande, hay dos asientos, uno para ella y otro para mí. Nos ponemos los micrófonos, se enciende las luces, y comenzamos a hablar.
TCJS: Muchas actrices porno pasan al anonimato cuando terminan su carrera, o dentro de ella, ¿por qué no sucedió esto contigo?
AC: Lo que sucede es que en la industria del cine para adultos existen muchísimas mujeres, pero esas mujeres duran de tres a seis meses nada más. Porque existe la muchacha que hace películas y existe la actriz. Existen las personas que cantan en la bañadera y existen los cantantes que tienen una carrera. Yo hice esto como carrera. No es que yo sea famosa, pero sí he sido relevante por más de 17 años. Simplemente, no me quedé en la industria nada más. Desde el principio, también empecé en el mainstream que es la televisión.
A las dos semanas haber salido mi primera película porno, empiezo en la televisión. Y luego he hecho radio, películas regulares que no han tenido nada que ver con la industria del cine para adultos, y así… Yo creo que soy una entertainer, más allá del cine para adultos, y siempre quise llevar eso a la par. Y es lo que me ha hecho relevante por tanto tiempo. Tengo amigas actrices que cuando han salido de la industria ya no sabían qué hacer con sus vidas.
¿El premio AVN cambió tu vida o tu carrera en algún punto?
Por más que a mí me gusta decir que no me interesa, sí me interesa, y mucho. Porque es como un Oscar para un actor de Hollywood. Es lo más grande que puedes ganar en la industria porno. Y yo no tengo un Oscar porque no soy tan buena actriz. No tengo un Grammy porque no soy cantante. No tengo un Emmy porque no soy periodista. No tengo muchas cosas, pero esto es lo que yo tenía que tener en mi industria, y lo logré. Pero, aparte de que lo logré, yo fui la primera cubana que salió a la palestra siendo actriz de cine para adulto. O sea, yo hago el descaro comercial. Lo hago aceptado por tus abuelos, porque yo estaba en la televisión. Yo hice que el público viera diferente lo que es ser una actriz de cine para adultos. Porque yo soy madre, soy hija, y en la televisión tanto como en las redes sociales, cuando llegaron las redes sociales, de alguna manera enseñé quién yo era fuera de una película. Siendo todavía Angelina Castro, porque Angelina Castro es un personaje.
La importancia que tiene ese premio está también en que lo gané siendo la única actriz porno cubana independiente. Porque todas las demás —como Luna Star, Abellita Anderson y Diamond Kitty, las otras actrices cubanas que empezaron después de mí, pero que eran unas niñitas que no tenían nada que ver con mi cuerpo y no tenían nada que ver con mi tipo de carrera—, a ellas las firmaron compañías grandes; ellas lo hicieron todo con otra gente. Ellas se retiran y no hacen más nada, mientras que yo sigo viviendo de esto.
¿Cómo es el entrenamiento que debe tener una actriz porno?
Entrenamiento físico como tal ninguno; es más mental. Yo no puedo hablar por las demás, pero me pongo maquillaje yo misma y el personaje va bajando. Eso es todos los días. Yo no me levanto Angelina Castro. Me siento en el espejo y la llamo. Y ese es el único ritual que yo personalmente tengo de antes de hacer cualquier película. Ahora, sí existen otras cosas; por ejemplo, los exámenes que tienes que hacerte cada dos semanas, que son rigurosos, para las enfermedades de transmisión sexual. Por supuesto, tienes que ser limpia, tienes que estar afeitada o no, dependiendo de la película, y así.
¿Cómo es una escena porno detrás de cámaras?
Es muy aburrida y monótona. En mi caso, que siempre he escogido a los actores… Yo le digo esto a la gente y no me creen, pero me he acostado con 20 hombres nada más en 17 años de carrera, porque he hecho muchas películas con los mismos. Hace poco estuve en un podcast y los muchachos que me entrevistaron pensaban que yo me había acostado con 300. Y es todo lo contrario. Yo tengo como 500 películas, pero con 20 hombres. Es como un matrimonio que he tenido con 20 tipos. Eso sucede mucho en la industria porque los hombres son escasos.


Aunque han pasado un montón de años, ¿recuerdas ese día que filmaste la primera película?
¿Me estás diciendo vieja?
En lo absoluto.
Claro que lo recuerdo; nunca se me va a olvidar. Fue en agosto de 2008; no recuerdo el día específico de la filmación, pero la película salió el 28 de agosto. Fue una producción para Bang Bros. Primero fui a un casting; me tiraron fotos desnudas, me llamaron como a la semana, y luego fui a hacerme el examen de transmisión de enfermades sexuales. Entonces el día veintipico estaba ahí, en una oficinita pequeña, para hacer mi primera película. Fue rarísimo porque no había cámara ni nada. La primera película que tú haces es así; yo pensé que era parte del casting, y no sabía que estaba haciendo la película.
Fue con un blanquito tatuado que aquello no era nada para recordar. Era más bien un average, un cualquiera. No era un plátano manzana, pero tampoco era para hacer tostones. Y para mí eso no era lo que era una película. Fue muy fácil, para decirte la verdad, porque yo esperaba otra cosa, esperaba un trabajo. Pero, bueno, así fue mi primera la película. Ya para la segunda película, el actor segundo sí me dio trabajo. Y el tercero y el cuarto y los demás…
¿Cómo llegaste ahí?
Lo que está para ti nadie te lo quita. Si me hubiese metido a los 18 años, a lo mejor no hubiese tenido la carrera que tengo hoy; quizás no hubiese tomado las decisiones que tomé hoy. Yo me metí vieja a la industria. Yo me metí vieja a la industria, gorda y siendo madre. No es lo normal. Yo con 18 años era manager del departamento de cosméticos de Walgreens en la playa [Miami]. Y un cliente que siempre iba me decía: «Tú sirves para la televisión porque eres muy carismática y tienes presencia», y siempre me regalaba flores.
Quizás se lo estaba diciendo a todo el mundo, pero a mí se me quedó eso. porque yo nunca intenté ni quise ser famosa; yo lo que quería era tener dinero. Yo nunca quise nada de esto. Y el día que hice mi primera película la puerta que se me abrió no fue el porno, fue la televisión, y ese hombre fue el que me vino a la mente. Son cosas que como en una computadora vuelven a salir.
Conocí a un muchacho que estaba representando muchachas en la industria. Él me llevó, lo hice, funcionó, me abrió el puesto, y me quedé. Así en ese orden. A mí no me gusta esta industria; el acto no me gusta. A mí me gusta todo lo que es crear. Lo que está para ti, nadie te lo quita; aunque te quites, eso te cae.
¿Cómo ha sido tu vida siendo actriz porno en Miami, una ciudad relacionada justamente con el sexo y el cine porno?
Miami es una ciudad rara porque la Florida es conservadora, y vota republicano, pero Miami es el relajo de los Estados Unidos. Miami, Las Vegas y Los Angeles son un relajo. Y yo nunca he entendido; it’s like it’s crazy. Me pregunto siempre: ¿cómo se puede ser tan liberal en Miami?, siendo este un estado tan rojo y tan conservador. Pero a mí me ha sido fácil. Yo ni me creo famosa ni me creo nada de eso. Ni como esa mierda que come la mayoría de los influencers que empezaron ayer.
Yo no me creo nada. Angelina Castro se hizo en un ambiente donde había respeto. A mí me respetan mucho en la calle; me preguntan por fotos y eso, pero la gente está muy acostumbrada a verme. Porque también yo frecuento los mismos lugares, entonces la gente está muy habituada a verme. Cuando estoy como Angelina Castro, soy muy sociable. Cuando no estoy yendo en plan de Angelina Castro, me cierro y me tildan de ser pesada porque no soy tan sociable.
¿Ha sentido rechazo por ser actriz porno?
En las redes sociales nada más; en persona no he sentido ningún rechazo. Aunque sí tengo un cuento sobre el rechazo, y fue el año pasado en las elecciones. Yo tengo un podcast donde me gusta hacer entrevistas. La gente conoce a Angelina Castro, pero yo he estado envuelta en la política desde que tengo 13 años, porque fui a una escuela que se llama Lincoln Martí, cuyo dueño era Demetrio Pérez, y él era un hombre muy involucrado políticamente. Entonces yo siempre estaba metida en la política, y me gusta mucho porque aprendo.
Y hubo el caso de un político —y lo menciono siempre, porque no voy a dejar de mencionarlo, porque yo quiero que la gente entienda lo descarado que son los políticos—, un político local de Miami Lakes que se llama Manny Cid… Yo quería entrevistarlo a él porque se decía que había bajado los taxes de las propiedades de Miami Lakes, y yo pago demasiado dinero por mis propiedades. Su equipo y él me dijeron que no necesitaban ni querían estar vinculados a personas como yo, pero que sí querían mi voto. Entonces, el rechazo viene de los hipócritas, porque si tú no sabes quién soy yo, no tienes por qué rechazarme. Son los consumidores quienes más rechazan, porque consumen y se sienten de alguna manera guilty por saber quién yo soy.


¿Cuál es la diferencia entre una actriz porno y una creadora de contenido para adultos?
El nombre lo dice. Las actrices del cine para adultos ya no existen; murieron cuando salieron las páginas de contenido para adultos. Yo fui una de las últimas, porque las actrices eran diferentes. Es como ahora con las películas de Hollywood, que todavía están ahí, pero también existen las series en Instagram, las producciones independientes, las seriecitas esas supermal actuadas pero que son superentretenidas y le gustan a la gente. Esta Nitza Villapol, y estoy yo, que cocino. Así sucede también con las creadoras de contenido para adultos y las actrices porno. La diferencia es básicamente que las creadoras de contenido son, digamos, de este siglo, es lo nuevo, y las actrices porno, las que iniciamos la industria.
¿Qué cambios ha generado el OnlyFans en la industria porno en los últimos años?
Las páginas de suscripción han creado mucha libertad, porque anteriormente teníamos que regirnos por una compañía grande. Ahora yo me levanto y puedo hacer dos mil dólares si me da la gana. Eso cualquier persona lo puede hacer. Pero también han creado efectos negativos, por la propia facilidad para hacer ese contenido y lo difícil que está la economía. Muchas personas se están metiendo sin darse cuenta de lo complicado que es este negocio, y cómo luego la gente te señala. Yo siento que de aquí a unos años mucha gente se va a arrepentir.
También sucede que hay una pila de infladoras ahí afuera diciendo que están haciendo una cantidad de dinero que no están haciendo. Entonces no puedes pensar que te vas a meter y vas a hacer todo este dinero. Yo soy responsable con el contenido; no puedo decirte que una crema te funcionará y que al final no te funcione. No soy esa tipa. Porque yo respeto a quien me está viendo. Porque hay una muchacha de 18 o 19 años a quien le voy a comer la cabeza y le voy a joder la vida sin sentido; nada más porque yo quiero pretender que soy algo que no soy… Sean responsables, no lo hagan; es mi consejo, no lo hagan.
¿Qué te piden en OnlyFans?
Desde un video de «Happy Birthday» para el marido de alguien hasta un video mío cocinándoles y hablándole a la cámara porque ellos tienen fantasía con eso. Para mí son unas boberías, pero para otra persona es una fantasía.
¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos que tiene crear contenido para adultos?
Lo positivo es la facilidad de hacer dinero con bajo costo de producción. Lo negativo es que se vuelve esclavizante.
Se vuelve esclavizante, porque tú eres una persona. Te dices… Yo no trabajo para nadie, yo trabajo para mí, y por eso tengo que estar trabajando siempre. Yo voy de vacaciones —porque lo mío es viajar el mundo—; entonces, me levanto y tengo que hacer contenido. Eso me demora diez minutos; coño, pero estoy trabajando. Casi nunca estoy off porque tengo que crear contenido. Porque yo tengo 43 años: ¿hasta cuándo voy a estar enseñando el culo?


¿Cómo deberíamos referirnos a las mujeres que se han dedicado a lo que tú te has dedicado: trabajadoras sexuales, actrices porno, creadora de contenido para adultos?
Como te dé la gana a ti. Porque yo te puedo decir ahora que soy Angelina Castro, y Angelina Castro es un precedente. Pero soy creadora de contenido hace muchos años con mi show de cocina, hablando de sexualidad en varios espacios, y así… Soy actriz porno desde hace mucho tiempo. Entonces, ¿cómo se van a referir a mí? I’m a showgirl; yo hago de todo. Al final todo en la vida y en las redes tiene un contenido sexual. Por ejemplo, casi todas las canciones del Taiger hablaban de sexo, El Bebeshito no hay una canción que no salga dando cintura. El sexo se vende.
¿Con qué frecuencia creas contenido?
Estoy constantemente en el teléfono: estoy en Secretsy, en mi website, en las redes sociales; todo el tiempo estoy creando. Yo soy la que respondo… Entonces, imagínate, a veces me levanto a las tres de la mañana y, dormida, le respondo a la gente porque es lo que tú tienes… Es un trabajo. Imagínate que está Pedro en España a la una de la mañana todo cachondo y, con la misma bata de casa y sin maquillaje, yo le tiro una foto, y Pedro resuelve su problema. Porque… ¿qué le voy a decir a Pedro? ¿Que no quiero los 50 dólares de la foto? Claro que no.
¿El activismo político ha cambiado algo en ti como persona o como actriz?
Sí, claro que sí. Los políticos son muy descarados. Siguen una agenda religiosa, y el librito… Porque te das cuenta de que las que le tiran a la libertad que tenemos como seres humanos, la libertad sexual, son todas religiones del librito. Todas las religiones que tienen un librito consumen, pero nos tiran… Yo les doy un consejo a los políticos, y muy serio, y es que tienen que parar de coger el dinero de los lobbies. Porque el día que las actrices de cine para adultos se encabronen vamos a sacar todo lo que tenemos de ustedes. Stormy Daniels empezó, pero hay muchos más envueltos en eso. Un día nos vamos a levantar y se va a acabar Washington, porque si alguien les sabe a los políticos somos nosotras.
¿Sientes que tu carrera ayudó a romper tabúes sobre la sexualidad en la comunidad latina?
Sí, claro. Mi carrera en la industria latina estuvo a la par de la televisión; entonces les enseñó a las personas que yo no era ni drogadicta, ni mala vida, ni mala madre, ni mala mujer. Porque yo traté siempre de separar quien yo soy personalmente de Angelina Castro. Al final del día, yo siempre he hablado de mi vida privada sin exponer a mi familia, y las personas creo que entendieron eso.
Yo no soy un desastre de persona como algunos piensan. No vengo de ni de padres maltratados, ni de estar en la calle. Yo he tenido una vida muy normal, y muchas personas no relacionan a una actriz de cine para adultos con una con una tipa normal. Creo que he hecho un buen trabajo en dejarles saber a todas esas personas a las que he llegado que esto es solo un trabajo.
¿Qué te gustaría que la gente entendiera mejor sobre ti, más allá de tu carrera?
No me interesa que la gente me entienda porque no vivo con la gente. Al contrario, me encantan los comentarios negativos y que la gente tenga una idea errónea de mí, porque entonces tengo contenido para hacer. Tú me preguntaste al inicio por qué he trascendido. Porque todavía existen personas hipócritas, porque todavía existe ignorancia. Sin eso yo no hubiese tenido éxito. Si todo fueran flores, hubiese quedado el olvido.
Es duro, pero no me interesa que nadie entienda nada de mí. A mí me interesa levantarme a la hora que a mí me dé la gana. Vestirme de Angelina y hacer contenido. Conocer a gente, así como tú y otras personas que he conocido a través de esta bella carrera que Dios me ha permitido vivir. A mí me interesa levantarme, querer ir a comerme un hot dog, y comérmelo. Querer comprarme una cartera que nunca me voy a poner, e ir a comprármela. Preparar un viaje con mis amistades, y hacerlo. Arreglar un apartamento que me compré como inversión; hablar un poco de mierda en las redes sociales para para activar a la gente… Tener la oportunidad de hacer las cosas que hago diariamente es lo único que me interesa a mí.
¿Para ti qué es el sexo, Angelina?
El sexo es procreación. El sexo es un acto fisiológico que no necesita sentimiento, ni necesita algo más allá del mete y saca, porque todos los animales tienen sexo sin un vínculo. Ahora, lo que hace la diferencia es el vínculo humano que podemos tener. Es como yo lo veo.
¿Significa el sexo para ti lo mismo después de estar tantos años en la industria?
Para nada.
¿Qué cambió?
Es más monótono. Nada de lo que yo hice ahí durante mi carrera me interesa hacerlo en mi vida privada. Muchas cosas que hice no me gustaron, pero las probé. La industria me abrió a mí las puertas para que yo pudiera hacer cosas que en mi vida personal a lo mejor no hubiese hecho. Para mí la intimidad es más importante que el mete y saca. Para mí el amor es ver una película, abrazar, leer a la persona que tienes al lado, estar ahí, darle un besito, hacer boberías.
Las cosas de pareja son más importantes para mí que el acto como tal. Puede ser que eso de que lo veo diferente venga a través de la industria, pero yo siento que la gente tiene más sexo que yo porque lo usan como una herramienta… Y yo no lo veo así. Aparte, estoy en la menopausia, y todo es un desastre ahora mismo. Hay días que me levanto y aquello está dormido. Hay días que tengo ganas, pero luego se me van.
¿Te ha costado envejecer?
Claro, mucho. Antes yo ponía las patas para atrás; ahora tengo un dolor de columna del carajo. La menopausia es una locura. Estar vieja no es fácil. Hace unos días estaba leyendo que una creadora de contenido en Londres tiene 72 años y hace 36 mil dólares al mes. Y yo me digo que después de la menopausia hay esperanza. La menopausia ahora me tiene loca; me levanto un día alterada y al otro día todo me resbala.
Estas son cosas de las que quiero hablar en mi podcast, y que quiero resolver. Ya estoy en tratamientos, viendo opciones para, una vez que tenga resuelto mi problema, sentarme y hablar con todas esas seguidoras que han crecido conmigo y que están teniendo la misma situación.
¿Ser madre en esa industria ha sido complicado?
Para nada… Porque como mis dos hijos no están en las redes; no los he prostituido como hacen muchas personas. Yo no prostituyo mis redes. Angelina es Angelina; no tiene hijos ni está casada. Mis redes son mías; no de ellos. Sí me ha limitado, porque no voy a las escuelas de mis hijos; hay muchos padres que son muy ignorantes. Nunca quise, ni quiero que mis hijos pasen por un momento de ignorancia por culpa de los hijos de los padres ignorantes.
Tengo dos hijos varones. Tengo uno de 25 años que es maestro, está casado, y tengo uno de 11 años. Mis hijos están criados por mí, y tienen una respuesta… A los dos los he preparado con la misma respuesta: «Gracias al consumidor de tu padre, mi madre existe».
¿Qué te gusta hacer cuando no creas contenido?
Me encanta dormir y levantarme tardísimo. Ver Netflix y cocinar. Y, últimamente, viajar. No me quiero morir sin viajar a todos los lugares que se me ocurran. Si yo me muero mañana, no voy a ser feliz porque no he viajado a Tailandia, ni he viajado a África.




