Vive en Santiago de Cuba. Las congas lo hacen llorar. No tiene pasión por ningún deporte, pero es fan a Savón, a Rigondeaux (a quien una vez le picó un cigarro), y a Gabriel Pierre el gran pelotero. Cree que el verdaro cronista de la música cubana es Candido Fabré y no Juan Formell. Y que Cuba se divide en esos dos bandos, los de Fabré y los de Formell. A él le gusta más Formell porque tiene tendencias pequeñoburguesas, pero eso no quita que el tipo sea Fabré. Fabré forever. No fuma, pero es picador fula de cigarros. Le da ansiedad ver a una gente fumando, no es que sea un estafador, o que no se le pare.
Desde el TransMilenio, y desde cualquier punto desde el que se mire Bogotá se nota una clase especial de silencio. Se toca cómo a veces se puede tocar el humo.
Si fuera tan grande como su nombre indica se llamaría simplemente Metro de Bogotá. Pero en esa ciudad de 8 millones de habitantes no hay metro, sino TM. Y se tiene la sensación de que el gran silencio que la recorre comienza en él, en ese gran nombre.
En este panorama chapucero es muy fácil suponer que mienten olímpicamente cuando dicen que al Decreto 349 solo le preocupa la chabacanería y el intrusismo. No hay por qué creerles. Y no es difícil suponer que las personas talentosas que lo defienden pecan de ingenuidad, cinismo o cobardía.
Si la patria de Salietes fuera del tamaño de la distancia que ha recorrido dentro de ella, Cuba sería más grande que Canadá. Salietes dice haber recorrido 10 999 kilómetros, solo por el criterio de corredor de fechas históricas.
Quiero Hacer Una Película se comenzó a hacer cuando Yimit se tomaba un año sabático fuera de la EICTV. Antes del rodaje de Rápido y Furioso 8, donde repartía meriendas y liquido hidratante, llamó a la actriz Neysi Alpizar y Toni Alonso e ideó el siguiente detonante: Tony, un mirón con vocación y genes de espía, filma a Neisy desde debajo de su propia cama.
Sin embargo, hay una corriente subterránea que invita a la esperanza. Pienso en Edward Said, el intelectual palestino que enseñó en Columbia University mientras algunos de sus alumnos servían como informantes para espiarlo. Pienso en la ironía luminosa de que, en esas mismas aulas en las que un día vigilaban sus palabras, hoy se haya gestado la mayor ola de oposición estudiantil en Estados Unidos. contra los desmanes del actual gobierno israelí en Gaza.