Existe en Cuba un espacio cuyo catálogo tiene, entre otros, los siguientes nombres: Claudia Raymat, Greta Reyna, Alejandra González, Zaida del Río, Sandra Rossi, May Reguera o Gabriela Hernández. Se trata de mujeres cubanas artistas de distintas generaciones que Women ‘s Society agrupa en su dossier curatorial. A falta de un espacio exclusivo que visibilizara, agrupara y promoviera la producción femenina, nació este proyecto sociocultural que pretende «reivindicar y dar a conocer el auge femenino en la creación artística contemporánea».

Day Casas, artista plástica emergente y estudiante de Artes Visuales del Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, y Alay Fuentes, historiador del arte, coincidieron por «esas cosas que tiene el universo» y decidieron «crear un equipo curatorial». Women’ s Society, según cuentan sus fundadores, es el resultado de una serie de exposiciones anteriores que comenzaron en el año 2021 y que tenían a la mujer en el centro de la idea curatorial de las muestras expositivas. De todos sus integrantes, el único nombre masculino es el de Fuentes, quien vio en esta oportunidad una «manera discursiva para agradecer a todas las mujeres que han apoyado [su] vida como curador en este mundo del Arte».

Las artistas participantes, además de tener en común el hecho de ser mujeres, han abordado temas como la herencia cultural o ancestral, la identidad, el impacto de las culturas vivas y los estilos de vida. A través de un lenguaje visual, estas fotógrafas, pintoras, dibujantes o ilustradoras son las que están documentando Cuba hoy, dentro o fuera.
«Todo nace de un fenómeno artístico que tiene como centro a la mujer en Cuba, específicamente a estudiantes de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y su acercamiento a la fotografía artística», cuenta Fuentes. Según dice, eran muchas las mujeres emergiendo como creadoras en Cuba y fuera de la isla, y muchas también aquellas que no podían visibilizar su trabajo, encontrar sitios para exponer o promocionarse.

Ya existían en el país experiencias anteriores enfocadas en la producción artística femenina, como el proyecto Tetas Libres, en la provincia de Matanzas, o el proyecto Piso 34, una exposición colectiva de 12 mujeres inspirada en la figura de Ana Mendieta, quien cayó al vacío desde un piso 34 en su apartamento de Nueva York.
En este panorama, ¿qué diferencia o qué aporta un proyecto como Women ‘s Society?

«Nuestro aporte está en la idea de tomar artistas autoformadas, artistas desconocidas en el medio cultural cubano y apostar por ellas en nuestros proyectos curatoriales, algo que no se hace actualmente en nuestro país, donde no existen curadores o proyectos curatoriales que apoyen artistas desconocidas», dice Fuentes.
Si, ciertamente, el catálogo tiene nombres como el de Zaida del Río, artista con una amplia carrera y Premio Nacional de Artes Plásticas, también hay otros poco o nada conocidos en el contexto cubano.

«Todas son diferentes entre sí, cada una con un estilo propio y un discurso estético que las hace únicas en sus creaciones», dice Fuentes. «Las une el hecho de la creación artística, su manera de apoyar el arte hecho por mujeres».
Casas señala que, hasta el momento, las redes sociales han sido una especie de galería virtual y el medio de «convocatoria y de visualización más efectivo en nuestro crecimiento como proyecto sociocultural, siempre en función de una idea curatorial que sirve además para seleccionar a las artistas adecuadas para cada momento, para cada espacio».

Aunque hoy el proyecto habita en el universo virtual, los curadores han pensado en hacer una revista. Por lo pronto, también es un espacio donde confluyen artistas en conversatorios, presentaciones de libros, talleres artísticos, educativos e informativos, proyecciones de obras de artistas ligadas al audiovisual, y el trabajo con la comunidad.

Los obstáculos para desarrollar un proyecto así en Cuba, según Casas, son «muchísimos». «La necesidad de tener un lugar físico propio es uno de ellos, el apoyo económico es fundamental, ya sea por medio del patrocinio cultural o el de alguna institución social o cultural», dice. «Soñamos con ser una marca ligada al mundo del arte y a lo sociocultural, ser el soporte principal para esas mujeres que empiezan en este mundo complicado que es el arte y poder guiarlas, arroparlas, promocionarlas y visibilizarlas».