MADRID, España.- El juicio contra el artista cubano Fernando Almenares Rivera, conocido como Nando OBDC, quedó concluso para sentencia este miércoles en un tribunal de La Habana. La noticia fue confirmada por la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana en una publicación en Facebook, donde destacó que el rapero fue encarcelado el 31 de diciembre de 2024 y desde entonces «ha permanecido en prisión sin ninguna garantía de derecho».
La organización recordó que el artista fue detenido tras un operativo policial sin orden judicial. Aquella noche fue trasladado primero a la Séptima Unidad de la Policía y luego a Villa Marista, donde permaneció incomunicado siete días, una práctica considerada por organismos internacionales como desaparición forzada de corta duración. El 2 de enero, agentes registraron la vivienda de su madre sin respetar garantías procesales: no hubo testigos independientes ni presencia de abogados. Como apunta la Mesa de Diálogo, “la única prueba que encontraron en ese momento en su contra fue una bandera cubana”.
Tras ese registro deficientemente documentado, las autoridades formularon cargos de “propaganda enemiga contra el orden constitucional”, después de haberlo acusado inicialmente de “terrorismo” —al intentar vincularlo con un incendio en el Parque Lenin— y luego de “sabotaje”. Ninguna de esas imputaciones ha estado acompañada de evidencias tangibles. Su defensa presentó dos habeas corpus, y su madre otro más, todos denegados sin motivación legal.
Durante este año encarcelado, el artistas también ha sido sometido a «varios traslados de prisión» y «varias formas de torturas». Entre esos traslados se incluye su paso por el Combinado del Este, en un pabellón destinado a reclusos con VIH pese a que no padece la enfermedad, un movimiento arbitrario que lo expuso a riesgos sanitarios y vulneró su integridad física y psicológica.
En su comunicado, la Mesa de Diálogo calificó el proceso como una «farsa», al señalar que durante la vista oral se mencionaron pruebas “que nunca se mostraron” y otras que la defensa había solicitado sin éxito, ya que “demostrarían que la historia contada por la Seguridad del Estado es una gran mentira”. También destacó que el abogado logró evidenciar “la mala intención de la fiscalía”, al insistir esta en mantener la acusación pese a que el artista había sido exonerado de un primer cargo.
La organización añadió que uno de los argumentos utilizados para criminalizarlo ha sido la afirmación de que “Fernando Almenares no es un artista porque no está registrado en ninguna casa de cultura”, algo que consideró una burla a su obra y a toda una generación que dejó de considerar los espacios oficialistas como vías legítimas de creación.
La publicación concluye señalando: “Nando ya ha estado demasiado tiempo tras las rejas. Les recordamos que él no está solo. Libertad para Nando!!”.
Por su parte, el Centro de Asesoría Legal Cubalex subrayó que el artista enfrenta una petición fiscal de seis años de prisión en “un proceso marcado por profundas contradicciones y violaciones”; mientras la Fiscalía “no ha presentado ninguna evidencia directa que sustente la acusación en su contra”. Asimismo, apunta que “las inconsistencias del caso —desde la razón inicial del registro hasta la falta de conexión entre las supuestas pruebas y el delito imputado— evidencian violaciones al debido proceso y al principio de legalidad”.
Finalmente, la entidad jurídica afirmó que el expediente “no demuestra un delito”, sino “el uso del derecho penal como castigo político”, situando el caso de Nando OBDC dentro de un patrón más amplio de criminalización del arte y de la libertad de expresión en Cuba.
El artista al que el régimen intenta silenciar
Nando OBDC es una figura visible del arte contestatario en Cuba. Desde hace más de una década combina letras de denuncia social, grafitis antisistema y activismo digital. Su trabajo ha incomodado de forma sistemática a las autoridades. Su proyecto más reciente fue la curaduría de la exposición «Arte Prohibido: Desde Cuba», inaugurada en Miami a principios de diciembre de 2024 —pocos días antes de su arresto—, un encuentro de artistas dentro y fuera de la Isla para denunciar la censura institucional.
La vigilancia sobre su obra se intensificó desde que comenzó a hacer grafitis antisistema y a colaborar con figuras como El Sexto o Gorki Águila, líder de Porno para Ricardo. Como el artista relató en varias ocasiones, los interrogadores justificaban sus detenciones diciendo que se estaba “juntando con personas incorrectas”.
Desde 2020 participó en campañas como Exprésate, el proyecto Fuego contra el Fuego y el álbum colectivo Libres x Derecho, centrados en visibilizar la situación de los presos políticos. En sus redes, murales y música ha documentado represión, pobreza, violencia y exilio, lo que lo convirtió en un objetivo permanente de la Seguridad del Estado.








