Tampoco hay agua

    Las autoridades señalan tres causas fundamentales para la grave situación del abasto de agua en Cuba: problemas con los equipos de bombeo, déficit de energía eléctrica y roturas en las conductoras.

    Zoraya Bermúdez ya no sabe qué hacer, a dónde acudir para que se resuelva el problema del agua en casa. Por eso se queja en un grupo público de Facebook llamado «Víctimas de Aguas de La Habana». En su cuadra llevan tiempo abasteciéndose con carros cisterna. Quizá ya ni se acuerda cuándo fue la última vez que vio salir agua por las tuberías de su domicilio en la capital cubana, porque cuando ponen brevemente el servicio, en horas de la madrugada, el agua «no [le] entra nunca». Últimamente intentó comunicarse «con las cien mil vírgenes» para conseguir de un mínimo de agua potable. Cuando envían alguna pipa a su barrio no todos los vecinos alcanzan a llenar sus recipientes, y es que, según los mismos «piperos», tampoco hay combustible para dar todos los viajes necesarios.

    El 13 de septiembre apareció un pipa en su sedienta calle. Quince días después mandaron otra, pero esta vez Zoraya Bermúdez no consiguió abastecerse porque el carro solo tenía combustible para dar tres vueltas, y toda el agua se quedó «en la acera del frente». «Hagan algo para que nos llegue el preciado líquido que tanta falta nos hace», le reclama finalmente a la Empresa Aguas de La Habana, sabiendo que el caso suyo y de sus vecinos no es precisamente una excepción en el país.

    Recientemente, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez, informó en el espacio televisivo Mesa Redonda que unas 300 mil personas en Cuba están obligadas a abastecerse de agua mediante el servicio de las pipas, con ciclos de más de 15 días, mientras que hacia la primera quincena de septiembre unas 713 mil personas como promedio fueron afectadas por cortes en el servicio que reciben por las redes de acueducto.

    El funcionario señaló que ello se debe, fundamentalmente, a problemas con los equipos de bombeo, déficit de energía eléctrica y roturas en las conductoras. En resumen, admitió que tanto el abasto de agua como los servicios de saneamiento presentan una situación compleja en todo el país. Aunque, claro, la crisis en estas áreas no es cosa nueva. 

    Desde hace años, el deterioro económico general, y, por tanto, la escasez de combustible y la falta de mantenimiento efectivo en las redes de distribución, han impactado severamente el sector hidráulico cubano, segundo mayor consumidor de energía eléctrica en la isla.

    En las últimas semanas incluso se han reportado protestas en la capital cubana debido a la crisis en los servicios de agua corriente. El propio presidente Miguel Díaz-Canel ha reconocido —citando un sondeo oficial— que el 90 por ciento de los cubanos están insatisfechos con la gestión del INRH y sus dependencias territoriales.  

    Según el máximo responsable de ese organismo estatal, desde octubre de 2023, el 40 por ciento de los afectados se debe a problemas en los equipos de bombeo, mientras que un 39 por ciento es por déficit de energía eléctrica. Pinar del Río, La Habana, Las Tunas y Holguín son las provincias con situaciones más graves. 

    Rodríguez detalló que en el país hay tres mil 674 posiciones de equipos de bombeo, pero que de estos solo están en funcionamiento tres mil 381. Unos mil 200 de esos equipos tienen más de diez años de uso, e incluso hay 209 en funcionamiento que ni siquiera reúnen «los requisitos técnicos de gasto y de carga».

    Para más complicaciones, refirió el directivo, solo están trabajando 127 de las 481 posiciones de reserva en el país. «Al no tener equipos de reserva cuando se rompe el principal, hasta que no cumplamos el ciclo de traslado y llevarlo a los talleres y repararlos, todo ese tiempo hay que tratar de suplir a los que reciben agua por redes con pipas, y sabemos las dificultades que tenemos con el combustible», explicó.

    En cuanto al déficit energético, Antonio Rodríguez aseguró que se ha elevado la disponibilidad de los grupos electrógenos del INRH del 36 al 72 por ciento, mientras se trabaja, dijo, «en conjunto con la Unión Eléctrica».

    «Se trata por todos los medios, con el déficit de combustible, de poder llegar a esos grupos electrógenos para, cuando falte la corriente, generar con los grupos electrógenos nuestros». Sin embargo: «Eso no siempre es posible debido a las condiciones reales que tenemos en el país», aceptó.

    ***

    Margarita Rodríguez Torres dice en Facebook que ya está cansada del problema del agua en su edificio ubicado en San Agustín, en el municipio habanero de La Lisa. «La dirección de Aguas de La Habana tiene conocimiento y no resuelve nada. Ya estamos cansados de que digan que esto es una subida […] manden pipas», exige públicamente tras más de 30 días sin agua en su casa.

    Ella vive al oeste de La Habana y desde julio último ha tenido la mala suerte de estar entre los miles de personas afectadas por una avería en los pozos de la Cuenca Sur, que abastecen los municipios de La Lisa y de Marianao, según el presidente del INRH.  

    «En la noche del 21 de julio se produjo una falla eléctrica en las líneas de alta tensión que alimentan los pozos de Cuenca Sur y los equipos que forman el sistema central. Esto provocó un paro súbito y, como consecuencia, varios golpes de ariete, lo que averió la conductora y causó la rotura de cuatro equipos de bombeo del campo de pozos», explicó Antonio Rodríguez sobre «el comienzo de un período complejo»: en el punto más grave, casi 200 mil personas se quedaron sin recibir agua por redes y otras 12 mil 500 sufrieron retrasos en los ciclos de abastecimiento mediante carros cisternas.

    A mediados de septiembre, casi 75 mil habaneros aún estaban afectados por el incidente en Cuenca Sur.  

    La buena noticia es que la temporada de lluvias ha permitido que se recuperen las reservas naturales de agua en la urbe. «A diferencia de otros momentos, en los que hemos dicho que el sistema de Ariguanabo tenía bajo caudal, hoy podemos afirmar que todas las fuentes de abasto de la capital están en estado favorable», indicó Rodríguez.

    ***

    Ariel Acosta comenta que es triste ver cómo en las calles de la Lisa se pierden «millones de litros de agua» cuando falta en tantos hogares. «¿Cuánto podríamos hacer con lo que estamos desperdiciando?», se pregunta este usuario en el grupo «Víctimas de Aguas de La Habana». 

    Según el INRH, en La Habana se concentra casi la mitad de los salideros reportados en toda Cuba; se estima que «en muchos lugares» se llega a desperdiciar hasta un 40 por ciento del agua que se bombea, se dice en este artículo del diario Granma. Habría que tener en cuenta además la energía eléctrica —otro gran salidero de combustible— que se malgasta en bombear agua que nunca llegará a los hogares, la industria, la agricultura, etc. 

    En el país se reportan a la fecha cinco mil salideros, precisó Antonio Rodríguez, quien habló de «una situación favorable» en las tres fábricas que se dedican a la elaboración de tuberías plásticas y se refirió, sin demasiada contextualización, al sobrecumplimiento este año de «inversiones y mantenimientos», aunque están «costando hasta un 30 por ciento más que en años anteriores, sobre todo por el crecimiento de los precios de los productos y servicios».

    De hecho, afirmó que el INRH cuenta con materia prima y tuberías para «enfrentar el programa inversionista [hasta 2030] y las obras de mantenimiento, no solo para recursos hidráulicos sino también para otros sectores de la economía».

    Sin embargo, el directivo sí debió admitir que no hay mano de obra suficiente en el sector hidráulico cubano. «El salario medio aquí es de solo tres mil 500 pesos [apenas unos 11 dólares, según la tasa de cambio informal en Cuba hoy], pero hay cuatro empresas con salarios por debajo de los tres mil pesos, lo cual nos priva de personas que saben operar las conductoras, aunque trabajamos para buscar una solución a este asunto», dijo Rodríguez en la televisión nacional.

    Por su parte, al usuario José Gascón se le hace cada vez más difícil entender a quienes tienen la tarea de «dar una explicación a un pueblo que está tan decepcionado».

    En tanto «víctima» de la crisis en el abasto de agua en Cuba, y a propósito de una comunicación de Gobierno de La Habana, fechada el 26 de septiembre, «acerca de las afectaciones que se registran en todos los municipios a partir de las salidas de equipos de bombeo por interrupciones eléctricas y la situación con los equipos que presentaron roturas», el ciudadano Gascón afirma: «todo es una burla y se burlan del pueblo». Y aun se pregunta: «cómo creer en funcionarios así».

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

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