Las veces en que Katiuska Govin Zambrana —pedirá siempre que la llame Kata— salía a frecuentar las librerías privadas o estatales de La Habana, podía pasar toda una tarde en la que encontraba acaso algún ejemplar, o ninguno, de escritores negros. Mucho menos de escritoras negras. «Y cuando los encontraba, estaban relegados a los últimos estantes o al final de una gran pila de libros», dice.
Cuando el 3 de febrero de este año inauguró la Librería Ireti, «la primera librería afrocentrada en toda la historia de Cuba desde 1886», vio materializada la idea de un espacio exclusivo para escritores afro, necesario en medio del desconocimiento y la escasez en el país de referentes literarios negros.
«No solo era un desconocimiento mío sino de gran parte de la comunidad negra, tanto de las nuevas generaciones como de las que no. Esto lo fui averiguando en conversaciones informales o entrevistas intencionadas a conocer del tema», dice Kata, quien este mes estará anunciado su catálago de unos 600 libros a través de las redes sociales de la librería.
A pesar de ser médica de profesión, Kata, como lectora y mujer afrodescendiente, ha creído en la creación de un proyecto que hace confluir a escritores cubanos e internacionales, y que, al igual que su nombre, le da esperanzas. «La palabra Ireti es una palabra proveniente de la lengua Yoruba y su significado es esperanza, viene como anillo al dedo para todo lo que deseo lograr con la misma».
¿Por qué alguien que estudió medicina querría emprender un proyecto literario como este?
Soy médica de profesión, pero además una mujer afrodescendiente, con una mirada a la sociedad desde una filosofía afrocentrada y afrofeminista, lo que me permitió percatarme de la necesidad que tenía yo y tiene nuestra población negra de conocer su propia historia desde la literatura, pero que además esta sea creada desde sus experiencias. Creo que las personas somos muchas cosas, capaces de hacer lo que nos propongamos, solo es tener la determinación y la constancia para lograrlo. Amo ser médica y además librera, ambas cosas son necesarias para nuestra sociedad y para mi vida.
¿Cuál es el motivo o la necesidad de hacer una librería «afrocentrada» en Cuba?
Es la primera librería afrocentrada en toda la historia de Cuba desde 1886, año en que se abolió la esclavitud, hasta la actualidad. Es hasta el momento la única en el país. Tomo como punto de partida el año 1886 porque a partir de ese momento las personas afrodescendientes logramos obtener beneficios como ser educadores, tener imprentas, dedicarnos al periodismo, tener periódicos propios, entre otros. Pero no se conoce aún ninguna librería especializada en esta temática.
En todo el mundo se están creando espacios como este, con el objetivo de enseñar y empoderar a las personas afrodescendientes desde el conocimiento de su historia. También pienso que «para saber a dónde vas, debes de conocer de dónde vienes». Qué mejor que la literatura para mostrarnos este camino. Después de la narración oral, la palabra escrita llega para preservar todo este conocimiento anteriormente hablado. Si desde un pensamiento afrofuturista deseamos un buen vivir para la comunidad afrodescendiente, esta es una de las vías.

¿Por qué es importante poner al autor y las historias afro en el centro de la conversación? ¿En qué medida en el país la discrminicación también le ha pasado factura a la literatura?
Es importante colocar a los autores negros y sus historias en el centro, porque por mucho tiempo hemos sido relegados a la observación de nuestras propias experiencias, como meros observadores de los hechos de nuestras propias vidas. Siendo víctimas del extractivismo de nuestro conocimiento ancestral, el cual legitiman como suyo, desde sus posiciones de poder, las academias. El ponernos en el centro es parte de nuestro empoderamiento. Las pocas publicaciones que hay de escritores y escritoras negros muestran que han estados relegados a un segundo plano, las reediciones son escasas, además de la poca promoción, divulgación y difusión de sus trabajos. Por supuesto, el racismo estructural es parte de la sociedad y Cuba no queda fuera de esto. Los autores afrodescendientes no están lo suficientemente visibilizados en el país, y principalmente las mujeres, las nuevas generaciones con sus nuevos discursos, las personas de otras provincias y los escritores de las zonas rurales.
¿Cuán difícil es impulsar un proyecto de librería independiente en cuba? ¿Es posible ? ¿Existe un marco legal para hacerlo?
Sí, existe un marco legal para realizar esta actividad como el Trabajo por Cuenta Propia. La licencia consiste en la compra y venta de libros de uso. Así puedes ejercer como librera o librero. Es difícil, pero no imposible. Es difícil por la economía del país y su inestabilidad, pero esto solo no afecta a las librerías, sino a cualquier negocio. Hay poca existencia de literatura de este tipo, tanto en las librerías estatales como en las privadas, hacen falta nuevas ediciones y hay poco o nulo acceso a las nuevas literaturas foráneas.

¿De dónde llegan los libros de los que se nutre la Librería Ireti?
Los libros los obtengo de librerías estatales y privadas, los pocos que encuentro en ellas. También de donaciones y principalmente de las bibliotecas privadas de personas que deciden vender sus libros por falta de espacio o porque emigran. De hecho, debo decir que he encontrado magníficos ejemplares en estas bibliotecas, algunos verdaderos tesoros.
Si tuvieras que mencionar unos cinco títulos esenciales que conforman tu catálogo, ¿cuáles serían?
Para mí es verdaderamente difícil esta respuesta ya que todos son únicos y especiales en sus diferentes contenidos. Pudiera citar libros como Reyita, sencillamente, de Daisy Rubiera Castillos; Emergiendo del silencio, de Daisy Rubiera Castillos y Oilda Hevia; Los jacobinos negros, de CLR James; El negro en Cuba, de Tomás Fernández Robaina o Re-pasar el puente, de Inés María Martiatu.
¿Quiénes son los principales clientes, consumidores o lectores de Ireti?
Los principales clientes o consumidores de la librería son los estudiosos del tema y en segundo lugar la población afrodescendiente en general. Me gustaría lograr que la comunidad negra fuera la mayoría de los consumidores, por lo que el trabajo realizado en la librería de promoción y divulgación está pensado para llegar a esta población.
¿La librería lleva en paralelo algún tipo de eventos o espacios de interacción con las comunidades?
La librería no solo realiza la venta de libros de uso, sino que, teniendo en cuenta su misión de ser un espacio que contribuya al enriquecimiento, promoción y legado de la herencia cultura afrocentrada a través del conocimiento de la literatura, organizo talleres gratuitos, presentaciones de libros, espacios en los que los escritores pueden hablar de sus obras. Todo esto de manera virtual, pero además he utilizado espacios físicos como La Casa de la Poesía de La Habana para realizar recitales, como el recital de la poeta afro queer Afibola Sifunola. Hace muy poco se hizo un panel que llevó por nombre Las diferentes Georginas, por el nacimiento de la gran poeta afrocubana Georgina Herrera el 23 de abril, con la participación de Daisy Rubiera, Soleida Ríos, Andrea García, Afibola Sifunola, Analaura Abreu y yo como moderadora.
¿Sientes que el proyecto ha tenido acogida? ¿Cree que le falta algo o te gustaría que mutara a algo más?
Sí, ha tenido muy buena acogida tanto por la comunidad de activistas e intelectuales, como por la población afrodescendiente en general. Les resulta muy interesante, novedoso e importante. Le faltaría una sede física para fortalecer su alcance y realizar de maneras más diversas mis objetivos con la librería, teniendo en cuenta el propósito por el que fue creada: resguardar el patrimonio literario afrocentrado, estimular la lectura afrocentrada en las nuevas generaciones, divulgar la literatura afrocentrada en Cuba, visibilizar, difundir y promocionar a les escritores negros de Cuba, el continente y la diáspora. Mi visión como proyecto social literario es lograr ser un referente nacional de la literatura afrocentrada en Cuba y, en un futuro, poder convertir la librería en una editorial afrocentrada independiente.
Le hubiera preguntado qué opina sobre el hecho de que los dos más relevantes estudiosos de las culturas del África negra en Cuba, Lydia Cabrera y Fernando Ortiz, fueran blancos. También qué opinaría de una librería sólo para autores blancos, que pudiera llamarse José Antonio Saco o Fidel Castro Ruz.
O qué pensaría si en una librería los escritores negros estuvieran en un stand aparte.
«Vio materializada la idea de un espacio exclusivo para escritores afro». No creo que el camino sea el identitarismo tan de moda, menos en Cuba!!!
Cuando leo un libro no lo hago por la foto o la raza de quien lo escribe. Considero q una forma de establecer separaciones ficticias en una sociedad como la nuestra tan multicultural e interracial es hacer distingo x esas nimiedades y no por el valor real de lo q se escribe. Entonces esa supuesta segregación existe en ka literatura y no en la música o el deporte?? Además me choca la alusión continua a afrodescendientes, aunque sus antepasados radiquen aquí desde hace más de 100 años y se hayan mezclado con el resto de la población. Entonces el resto es eurodescendiente?? Creo q es también otra nimiedad sin sentido. Acaben de verse como lo q somos, cubanos y no reniegan de la tierra q nos vio nacer y nos educó. Y somos hijos y resultado de un crisol de razas de lo q deberíamos enorgullecemos. Si no lo creen háganse un análisis de ADN para q comprueben lo q digo. Y q lo externo el color o el pelo no decide nuestra cultura ni nuestra proyección ante la vida sino la educación q recibimos en nuestras familias