Desde hace décadas Cuba envía personal de salud a decenas de países bajo lo que el régimen llama «misiones internacionalistas». Durante mucho tiempo la maquinaria de propaganda oficial alimentó el mito «revolucionario» de la solidaridad como el motor principal de estas «colaboraciones».
Sin embargo, también hay denuncias de médicos que escapan de las misiones, testimonios sobre control, vigilancia, y acusaciones de trabajo forzado, que se hicieron más conocidas en el último lustro a través del periodismo independiente y organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos.
Estados Unidos ha jugado un papel relevante como plataforma para visibilizar esa realidad. También ha presionado a países que hacen negocios con La Habana, en una confrontación diplomática redoblada desde que la dirección del Departamento de Estado fuera entregada Marco Rubio, exsenador cubanoamericano de Florida, al inicio de la segunda Administración Trump.
En este explicador, repasamos los principales hechos y acusaciones contrastables alrededor de uno de los temas más sensibles del modelo cubano.
¿Por qué se acusa a las misiones de violar derechos laborales?
Según el relato oficial, «la colaboración médica cubana en el mundo» inició en mayo de 1963 en Argelia. Hasta la actualidad más de 600 mil profesionales del sector han sido enviados a 165 naciones.
Para muchos profesionales de la salud, especialmente en las últimas dos décadas, representó la oportunidad de mejorar en alguna medida sus economías familiares frente a los bajos salarios en la isla. Para el Estado cubano, controlado en su totalidad por el Partido Comunista de Cuba (PCC), dichas misiones han sido, más que una gesta proletaria, una de las mayores fuentes de ingreso de divisas y una duradera y efectiva operación de marketing político.
Varios organismos internacionales han advertido que las condiciones impuestas a muchos profesionales cubanos durante estas misiones podrían constituir «trabajo forzado». Los principales señalamientos son: la retención de al menos el 75 por ciento del salario que paga el país receptor; restricciones a la libertad de movimiento: el personal no puede mudarse, traer a su familia, o cambiar de misión sin autorización; vigilancia y presión política: muchos testimonios describen supervisión por parte de funcionarios del PCC; sanciones severas por «desertar», incluyendo hasta ocho años sin poder regresar a Cuba, según regulaciones vigentes durante años.
Los relatores especiales de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre las formas contemporáneas de la esclavitud y sobre la trata de personas, han pedido al gobierno cubano información sobre las condiciones laborales de las misiones médicas cubanas. En noviembre de 2019, los relatores advirtieron que las condiciones laborales «podrían constituir trabajo forzoso», una opinión compartida dos años después por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El régimen de La Habana niega las acusaciones.
Por su parte, Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que Cuba impone «reglas draconianas» a sus médicos en misiones internacionales, restringiendo la libertad, la privacidad, el derecho a expresarse y el derecho a viajar; y que las sanciones por abandonar la misión pueden incluir prohibiciones formales de retorno al país.
En 2020, HRW recomendó que los gobiernos interesados en recibir apoyo de los médicos cubanos deberían «presionar» al régimen de La Habana para que reforme lo que llamó un «sistema orwelliano que dicta con quiénes pueden vivir, enamorarse o hablar los médicos».
Otra ONG, la Fundación de Derechos Humanos (HRF), publicó en 2022 un informe sobre «la red de trata de personas patrocinada por el Estado cubano, que se ejecuta a través de un programa de misiones médicas internacionales que dura décadas», y se enmascara como «diplomacia médica» o «ayuda humanitaria».
En días recientes, documentos filtrados en poder de la organización sin ánimo de lucro Archivo Cuba, revelaron que, si bien Bahamas acordó en 2023 pagar miles de dólares mensuales por cada trabajador de la salud cubano, también consintió que los profesionales recibieran estipendios mensuales que oscilaban entre 990 y mil 200 dólares. El resto se destinaría a Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S. A. (CSMC), una entidad del Estado cubano.
María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba, declaró a El Nuevo Herald que, si otros países necesitan médicos cubanos, «deberían contratarlos directamente, como hacen con cualquier otro médico extranjero que venga a ejercer en su país. Deberían pagarles directamente. Los médicos deberían poder traer a sus familias. No deberían estar sujetos a todas estas restricciones a través de un intermediario que es una dictadura».
¿Cuánto dinero gana el Estado con las misiones?
Aunque el gobierno no publica cifras detalladas y actualizadas, la exportación de servicios médicos es, desde hace años, una de las principales fuentes de ingresos externos de Cuba, junto con las remesas y el turismo, este último en declive desde la pandemia.
Se estima que, en un año como el 2018, se generó por ese concepto más de seis mil millones de dólares. De acuerdo con las últimas cifras oficiales disponibles, publicadas por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la exportación de servicios médicos y de personal sanitario produjo en 2022 ingresos de cuatro mil 882 millones de dólares, un incremento del 12 por ciento con respecto a 2021.
En 2024, según datos revelados en el balance anual del Ministerio de Salud Pública (Minsap), citado por el diario Granma, más de 24 mil «colaboradores» del sector trabajaron en 56 países, con «un incremento en el número de consultas, que hizo posible un sobrecumplimiento del plan de exportación de servicios».
En convenios como el de Mais Médicos en Brasil, se llegó a saber que el país sudamericano pagaba al gobierno cubano cerca de tres mil 500 dólares mensuales por colaborador, mientras estos solo como salario recibían entre 400 y 800 dólares. El resto se quedaba en manos del Estado cubano, que lo justifica como una «compensación por gastos logísticos» y «contribución al sistema de salud» de la isla.
¿Qué papel ha jugado Estados Unidos?
Las denuncias de explotación en las misiones, así como las críticas de Washington, no son recientes. En 2006, durante la presidencia de George W. Bush, se estableció el Programa de Permisos para Profesionales Médicos Cubanos, que permitió a los médicos cubanos solicitar asilo desde cualquier parte del mundo, y que luego fuera posible acoger a sus familiares directos en Estados Unidos.
Unos ocho mil médicos cubanos habrían logrado sus visas por esta vía desde terceros países, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters. En 2017, Obama canceló el programa en el contexto del deshielo diplomático con el régimen cubano.
Desde el primer gobierno de Donald Trump, el Departamento de Estado adoptó una postura abiertamente orientada a socavar el negocio de las misiones médicas cubanas. Para el régimen del Partido Comunista de Cuba, las acusaciones forman parte del «bloqueo» económico o sistema de sanciones norteamericanas.
El Departamento de Estado norteamericano ha identificado las misiones médicas cubanas como parte de una red de «trata de personas» en sus informes TIP Report (2020–2024).
A inicios de mayo de 2025, Rubio se reunió con los jefes de gobierno de las Bahamas y del Caribe Oriental (San Vicente y las Granadinas, Dominica, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada y San Cristóbal y Nieves), y les dijo que se exigirían «responsabilidades» a los funcionarios cubanos y extranjeros que «facilitan el esquema de trabajo forzoso del régimen, incluidas las misiones médicas cubanas».
Un mes después, el Departamento de Estado anunció la restricción de visas a funcionarios de gobiernos centroamericanos involucrados en los programas de la misión médica cubana.
«Estados Unidos se toma en serio sus esfuerzos para promover la rendición de cuentas de quienes están vinculados con el trabajo forzoso y la explotación del personal médico cubano», reiteró Marco Rubio.
La diplomacia estadounidense justificó la medida aduciendo «el programa cubano de exportación de mano de obra abusa de los participantes, enriquece al corrupto régimen cubano y priva a los cubanos comunes de la atención médica esencial que necesitan desesperadamente en su país».
En respuesta, Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, negó en declaraciones a la agencia EFE que las misiones sean trabajo forzado, sino «cooperación médica» internacional.
Sin embargo, es contradictorio que, sobre el retiro de los documentos de los trabajadores, Cossío admitió que «hay países donde, por decisión de la cooperación médica, se han agrupado los pasaportes», aunque aseguró que «en la mayoría de los casos eso no sucede».
Respecto a la posibilidad de que los Estados que reciben los servicios de los médicos paguen directamente a los trabajadores, Fernández de Cossío se negó a pronunciarse. «Si yo respondo esa pregunta, parece que es ilegítimo lo que hace Cuba en los lugares donde no se paga directamente», dijo el alto cargo diplomático.
¿Qué países han roto o modificado sus acuerdos con Cuba?
Varios gobiernos, sobre todo alineados en su momento con la política exterior de Washington, han terminado o suspendido sus convenios de cooperación médica con Cuba:
- Brasil (2018): El presidente Jair Bolsonaro exigió que los profesionales cubanos que participaban en el programa Mais Médicos recibieran todo su salario directamente y pudieran llevar a sus familias. Cuba se retiró del programa.
- Ecuador y Bolivia (2019): Tras cambios de gobierno, ambos países cancelaron las misiones, entre acusaciones de injerencia política.
- El Salvador (2020): También puso fin al convenio, citando preocupaciones sobre transparencia.
Ante la presión del Departamento de Estado norteamericano, el gobierno de Bahamas anunció a mediados de junio que cancelaría los contratos con profesionales cubanos de la salud.
El titular de Salud bahameño, Michael Darville, aseguró en el Parlamento que su ministerio establecería contratos de empleo directo con los que así lo decidieran.
«A quienes no les interese este nuevo acuerdo se les dará tiempo para resolver sus asuntos y regresar a Cuba», dijo Darville.
Sin embargo, Archivo Cuba ha advertido que, incluso cuando los trabajadores cubanos exportados son retribuidos «directamente», el régimen ha creado vías para obligarlos a enviar gran parte de sus ingresos al gobierno cubano.
No solo ocurre en países latinoamericanos y caribeños. Una investigación de CubaNet sostuvo que, aunque a los médicos cubanos desplegados en la región italiana de Calabria se les deposita en sus cuentas un salario bruto de aproximadamente cuatro mil 700 euros mensuales, ellos están obligados a transferir entre el 54 y el 80 por ciento a la empresa estatal cubana CSMC.
Otros países donde las misiones cubanas alivian las falencias de los sistemas sanitarios locales han defendido los acuerdos con La Habana.
«De repente nos están llamando traficantes de personas, se nos acusa de participar en el programa en el que se explota a las personas. Esa es la interpretación de alguien», afirmó en marzo Keith Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago.
En naciones como México, Venezuela, Angola, Qatar o Jamaica la exportación de servicios médicos cubanos continúa activa en similares condiciones de explotación, según informes independientes.
¿Qué dicen algunos médicos?
Ramona Matos (63 años), una doctora que estuvo en misiones en Brasil y Bolivia, dijo recientemente al diario The New York Times que «esos médicos son esclavos de la dictadura cubana».
Leydy, otra profesional que se exilió en 2019, declaró al medio estadounidense que el salario mensual que le pagaban en bolívares durante su misión en Venezuela apenas alcanzaba para una barra de pan y una bebida de refresco.
La médico, que pidió al Times reservar su apellido porque sus familiares en la isla han sido acosados por las autoridades, agregó que sus turnos de trabajo eran de 48 horas, y a menudo sin electricidad. No duda en calificar el esquema como «un negocio del gobierno cubano […] una explotación».
El doctor y activista Lucio Enríquez Nodarse, del Gremio Médico Cubano Libre (GMCL), explicó en Facebook que en algunos países «los médicos reciben todo el salario, pero después son presionados/obligados a depositar la mayor parte e incluso entregar el dinero en efectivo al jefe de la misión o de lo contrario perderían la misión regresándolos para Cuba».
Coincidiendo con la denuncia, el médico Daniel Guevara Silveira contó que «en la misión de Arabia Saudita nos pagaban todo el dinero a nosotros, y luego enviábamos más del 60 por ciento a una cuenta en Cuba que estaba a nombre nuestra (pero que nosotros no controlábamos)».
Por supuesto, funcionarios de la salud dentro de la isla sostienen el relato oficial.
«Lo que hacemos, lo hacemos de corazón. Quien ha salido del país y ha tenido la oportunidad de ayudar a otros, le duele cuando se quiere desacreditar la medicina cubana diciéndose que somos esclavos», declaró a la agencia IPS Yanelis Reyes, directora general de Salud de la provincia de Mayabeque.
¿Cómo impactan estas misiones en el sistema de salud en Cuba?
Un estudio del Instituto Cubano por la Libertad y Prensa (Iclep), al que tuvo acceso el medio independiente elTOQUE, registró la percepción sobre las misiones que tiene la población general en Cuba, los médicos que participaron en ellas y sus familiares.
Más del 60 por ciento de los encuestados por el Iclep opinaron que «no son justos» los contratos y las condiciones de trabajo. Cerca del 76 por ciento de los participantes en el estudio consideró que no se benefician de manera directa de las misiones médicas.
El científico y activista cubano Oscar Casanella, investigador que participó en el estudio del Iclep, dijo que otra de las conclusiones fue que «el Estado cubano está sacrificando la cobertura y la calidad del sistema de salud dentro del país, con tal de realizar estas misiones médicas y recaudar fondos para sus intereses, porque la población no percibe un retorno, que se reinvierta el dinero de estas misiones en ninguna de las esferas de su vida».
En 2022, según datos de la ONEI, el sistema de la Salud Pública en Cuba contaba con 12 mil médicos menos que en 2021.
Tampoco las ganancias de las misiones se ven reflejadas en la atención que reciben los cubanos en la isla. En 2023, Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera de Salud Pública, declaró que la falta de recursos materiales se debía a la «situación financiera compleja» que atravesaba el país.
Para muchos médicos cubanos, más allá de la propaganda oficial y de las condiciones abusivas, las misiones siguen siendo una de las pocas oportunidades para obtener algunos bienes y recursos escasos en Cuba o fuera del alcance de sus salarios en pesos cubanos. Pero el debate sobre la explotación laboral, sus beneficios reales y su legitimidad ética, sigue abierto.
Mientras que ya existe numerosa evidencia sobre la retención de salarios, restricción de libertades, vigilancia política y sanciones por desertar, no se conoce la distribución exacta de los ingresos por país o misión, ni el destino final del dinero recaudado dentro de Cuba.