«De pie frente al terror»: los luchadores cubanos por la democracia fallecidos en 2024 (I)

    Otro año pasó sin ver la libertad de Cuba. Es terrible porque muchos presos políticos siguen en prisión, porque el hambre y las enfermedades gravitan sobre el día a día de los cubanos, porque fue otro año de despedidas frenéticas que profundizan la soledad general. Este artículo señalará otro tipo de pérdidas: hombres y mujeres que enfrentaron el castrismo con extraordinario valor y murieron en 2024 sin ver una Cuba democrática. 

    Los detalles vitales del conjunto de estos héroes confirman que no ha faltado en la lucha contra el comunismo, y su sistema de odios, cubanos y cubanas dispuestos a arriesgar mucho por el bien de todos. Que en esa movilización han estado presentes las ideologías, los niveles intelectuales o económicos y las concepciones espirituales más diversas.

    De la veintena de fallecidos que aquí evocaremos, 11 vivían en la isla y nueve en el exilio. Hasta donde he podido saber, 12 de ellos eran o habían sido presos políticos —si se considera como tal a Juan Eralys Cayamo, quien murió a menos de 24 horas de su arresto con violencia, mientras que existen denuncias sobre un posible asesinato a manos de la policía. Cuatro de ellos permanecían en prisión —incluido Yosandri Mulet Almarales, quien se suicidó al regresar de «pase» al campamento donde cumplía su sanción. Estos cuatro fallecidos bajo custodia forman parte de una lista mayor, de 52 presos, la gran mayoría comunes, que el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC) —que no incluye a Cayamo ni a Mulet Almarales— registró como muertos en prisión durante 2024. Entre las principales causas de esos decesos se encuentran, según el CDPC, la violencia policial —como en los casos del propio Cayamo y de Manuel de Jesús Guillén Esplugas—, suicidios y autolesiones —Mulet Almarales—, y falta de atención médica —tal como habría ocurrido con Gerardo Díaz Alonso.

    Los que no llegaron: Luis Barrios, Yosandri Mulet, Gerardo Díaz y Manuel de Jesús Guillén / Imagen: El Estornudo
    Luis Barrios, Yosandri Mulet, Gerardo Díaz y Manuel de Jesús Guillén / Imagen: El Estornudo

    ***

    El jueves 4 de enero de 2024, falleció María Victoria García, de 58 años, en la ciudad de Miami. María Victoria fue una sobreviviente del hundimiento del remolcador «13 de marzo», hundido el 13 de julio de 1994 por órdenes de Fidel Castro con 78 personas a bordo, de las que fallecieron 37, entre ellas diez menores de edad. 

    En aquel suceso María Victoria perdió a su hijo de diez años, Juan Mario Gutiérrez; no logró sostenerlo a flote cuando él perdió el conocimiento en medio del hostigamiento de las embarcaciones agresoras. Esa noche, además, sufrió la muerte de otros 13 familiares; entre ellos, su hermano Joel García, de 20 años. 

    En junio del año pasado, falleció su padre, Jorge Ángel García Más, quien no iba aquella noche en el remolcador, pero desde el primer momento se dedicó junto a su hija a denunciar el crimen y luego escribiría El hundimiento del remolcador 13 de Marzo, una minuciosa investigación. (Por seguir un orden cronológico, este artículo volverá sobre su figura más adelante). 

    En 2024 se cumplieron 30 años de aquel hecho abominable, uno de los peores crímenes de Estado en la historia de Cuba. María Victoria García y su padre no llegaron vivos a la fecha indicada; sus fallecimientos constituyen una nueva razón de peso para que se comparta la memoria del crimen y su denuncia.  

    El domingo 4 de febrero, a los 84 años, murió en su casa en La Habana Tania Díaz Castro, poetisa, periodista y defensora de derechos humanos. Colegas suyos de la prensa independiente honraron su memoria. Luis Cino, amigo personal y compañero por tres décadas de Tania en Cubanet, exaltó su figura «no solo por el periodismo independiente y la poesía, era muy buena poeta, sino también por su dedicación al movimiento pro democracia y pro derechos humanos», y recordó: «Ella fue fundadora, junto a Ricardo Bofill Pagés, a finales de los ochenta, del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba, y por eso estuvo un año en prisión encerrada en Villa Marista. Las presiones castristas, amenazando a sus hijas en el chantaje, consiguieron su retractación pública por medio de amenazas. Ella se repuso de aquel golpe y se incorporó al periodismo independiente, escribió para Cubanet durante décadas unas crónicas de extraordinaria lucidez».

    Fundado en 1988, el Partido Pro Derechos Humanos fue el brazo político del Comité Cubano Pro Derechos Humanos, liderado por Bofill Pagés desde enero de 1976. A honrar la historia y la memoria del Partido, y algunos de sus miembros, dedicó Tania Díaz Castro varios artículos: por ejemplo, «Yanes Pelletier ha muerto» (Cubanet, 21 de septiembre de 2000) y «La casa de la calle Lealtad 365» (Cubanet, 15 de abril de 2021). 

    El sábado 10 de febrero falleció en La Habana el abogado Edilio Hernández Herrera, quien había sido miembro de la Asociación Jurídica Cubana (AJC) y de Cubalex, agencias independientes de asesoramiento legal. Era además consultor jurídico en la Corriente Agramontista. El abogado y expreso político Julio Alfredo Ferrer Tamayo escribió de su colega: «Aún a mi esposa y a mí nos parece incierto su fallecimiento, a pocos días de visitarnos en la casa como hacía regularmente para saber de nosotros y charlar de diversos temas, especialmente los relacionados con la mala administración de justicia en el país».

    Uno de los casos más destacados de su carrera como defensor de derechos humanos fue la solicitud de revisión de las condenas a cadena perpetua de varios involucrados en la preparación del secuestro de un avión con el objetivo de desviarlo a Estados Unidos en el año 2003. En una entrevista que Hernández Herrera concedió a Waldo Fernández Cuenca («Abogado pide la revisión penal de siete condenados a cadena perpetua en Cuba»; Diario de Cuba, 2019), el jurista denunció las manipulaciones legales y el estado de indefensión de que fueron víctimas durante el juicio: «Si el tribunal hubiera actuado apegado a la ley, la condena justa para los principales encartados era solo de diez años y nunca por el delito de terrorismo». Sobre los detalles técnicos de este y otros casos, Edilio Hernández Herrera se pronunciaba a menudo en su portal de Facebook.

    El sábado 17 de febrero expiró el activista y periodista Juan Carlos Herrera Acosta, a los 57 años, en la ciudad estadounidense de Syracuse. Natural de Guantánamo, Herrera Acosta era un veterano de la Primavera Negra, durante la cual fue condenado a 20 años de prisión. Salió al exilio en 2010 a raíz de la excarcelación de un grupo significativo de presos políticos tras el martirio de Orlando Zapata Tamayo y merced a la extraordinaria actividad de la oposición, encabezada por las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas. En 2008, su esposa y su única hija fallecieron en un accidente automovilístico, lo que fue un golpe demoledor para Herrera Acosta durante su confinamiento. Su amigo Luis Felipe Rojas, periodista y defensor de derechos humanos, comentó para este artículo: «Herrera Acosta colaboraba habitualmente desde la prisión con nuestra revista El Cubano Libre. Reportaba las violaciones de derechos humanos de manera muy minuciosa, los hechos y las personas involucradas, y algo que no descuidaba nunca, el nombre de los represores. Para nosotros era un orgullo tenerlo en el Consejo Editorial estando él en prisión».

    Herrera Acosta, recuerda Rojas, coincidió en prisión con Orlando Zapata Tamayo, y juntos realizaron numerosas acciones de protestas. De él decía, admirado, que era un tipo intransigente, que no tenía miedo y que «le había enseñado a no distinguir entre presos políticos y comunes para defender sus derechos».

    Según se puede leer en diversas notas tras su fallecimiento, Juan Carlos Herrera Acosta fue miembro del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia (MCJD), del Proyecto Universitario sin Fronteras y de la Agencia de Prensa Libre Oriental (APLO); su labor como parte de la APLO habría decidido su captura durante la Primavera Negra, es decir, el rencor del castrismo. Antes de la Primavera Negra había sido condenado a cinco años de prisión por su activismo. De Herrera Acosta es una frase inspiradora que sus amigos repitieron con admiración al conocer de su muerte; es una frase que revela su valor personal y entereza: «De pie frente al terror». 

    El 27 de febrero del año pasado, la redacción de La Hora de Cuba publicó el siguiente texto a propósito del fallecimiento de Ivo Laffite

    El opositor cubano Ivo Laffite Rodríguez falleció de un infarto masivo mientras se encontraba en la ciudad de Santiago de Cuba, según informaron en Facebook varias cuentas de personas cercanas a Ivo. 

    Oriundo de Las Tunas, el activista era a sus 45 años de edad uno de los principales impulsores del movimiento Cuba Primero, plataforma de alcance nacional dedicada a defender los derechos humanos y promover un cambio democrático en la isla.

    «Ivo fue un verdadero héroe en la lucha contra el comunismo en Cuba […] Su incansable trabajo y su pasión por ver una Cuba libre de opresión y tiranía inspiraron a muchos, y su legado perdurará en nuestros corazones y en nuestra lucha», declaró la página del Movimiento Cuba Primero en una carta dirigida a la familia de Ivo.

    No fue posible precisar la fecha exacta de su muerte, si bien activistas consultados creen que su fallecimiento ocurrió el 26 de febrero.

    Tomás Fernández Travieso (Tomy) murió el 28 de marzo de 2024 en Miami. Había sido condenado a muerte en 1961 junto a Virgilio Campanería Ángel y Alberto Tapia Ruano (Tapita). En un escrito muy breve, titulado «Hace cincuenta años», Tomy cuenta que el juicio duró 20 minutos. En el último momento le conmutaron la pena de muerte por una de treinta años de prisión, al parecer por ser menor de edad, lo que permitió que pudiera ser testigo y narrar los instantes finales de Virgilio Campanería (tenía 22 años) y Alberto Tapia (de 23 años). Además, fue testigo, y lo cuenta en el artículo, del instante final de otros seis fusilados aquel 18 de abril de 1961: 

    El tercero fue Virgilio. En el último abrazo me dijo: «Tommy, voy a gritar un “Viva Cristo Rey, Viva Cuba libre, Viva el Directorio”, que le va a traquetear los cojones». Alberto (Tapita), se abrazó a mí: «Ojalá que yo vaya después». Abrazados escuchamos a Virgilio cumpliendo su promesa, sonaron los FAL y después tres tiros de gracia.

    «Alberto Tapia Ruano», llamó Moreno. «La virgencita me oyó», dijo Tapita con alegría. Salió rápido.

    De los 30 años de su condena, Fernández Travieso cumplió 19. Estando en un campamento de trabajo forzado donde esperaba la libertad, se estrenó en Miami su obra teatral Prometeo encadenado. En represalia, el castrismo lo llevó de vuelta a la prisión y le hizo cumplir otros dos años de condena.

    Siro del Castillo, expreso político que vive en el exilio y que entonces colaboró en la puesta en escena de Prometeo encadenado, cuenta: «Tomy era un tipo que se llevaba bien con todo el mundo, muy fácil de tratar. No te ibas a encontrar a nadie del presidio que hablara mal de él. Estuvo vinculado al Partido Demócrata Cristiano, era muy católico, su hermano es sacerdote jesuita. Cuando se fundó el PDC, que fue una combinación de distintos grupos que tenían como base ideológica el pensamiento social cristiano, Tomy fue parte de ese empeño y fue su secretario de Información. Allí militó por mucho tiempo hasta que profesionalmente empezó de profesor en una escuela privada de Miami y su labor lo alejó un poco, pero no por eso dejamos de contar con él. Era alguien con quien siempre se podía contar».

    El testimonio de Tomás Fernández Travieso fue recogido en el libro El presidio político en Cuba comunista (ICOSOCV Ediciones, Caracas, 1982). Además, sus memorias fueron útiles en la investigación para escribir el guion de la película Plantados, de Lilo Vilaplana, estrenada en 2021. Escribió la novela El silencio del ayer y numerosos cuentos. 

    El lunes 18 de marzo fallecía en la provincia de Matanzas, a los 69 años, Daniel Candelario Santovenia Fernández, un patriota que desembarcó en 1991 en la isla con la ambición de fomentar una guerrilla para conseguir la libertad de Cuba. Lo acompañaban Pedro de la Caridad Álvarez Pedroso y Eduardo Díaz Betancourt; Santovenia tenía entonces 36 años. En «Daniel Santovenia y Pedro Álvarez, dos expresos políticos varados en Cuba», artículo de la periodista Camila Acosta publicado en Cubanet (19 de febrero de 2020), se transmiten las sospechas de ambos en torno a Eduardo Díaz Betancourt, a quien conocieron dos días antes de venir a Cuba y que se hizo pasar por miembro de la organización 30 de Noviembre —algo que averiguaciones posteriores de ambos señalaron como falso. 

    «Según datos oficiales, Eduardo fue fusilado», escribe Acosta. «Lo pudieron ver solo en los dos juicios, en uno de los cuales dijo que ellos habían venido al país a poner bombas en los círculos infantiles y en instalaciones similares. “Eso es mentira”, aseguran Pedro y Daniel. “Nosotros veníamos a luchar —reveló el primero—, a tratar de hacer una revolución para liberar a Cuba de la tiranía».

    En el momento de ser liberado, el 8 de octubre de 2018, Santovenia Fernández estaba en la prisión de Agüica; había cumplido 27 de una condena de 30 años. 

    Sensible a su situación, la periodista comenta: «Ellos estaban abandonados, sobre todo Daniel, imagínate, alguien que estuvo tantos años preso, cuando debería ser tratado como un héroe de la libertad, se encuentre prácticamente solo y sin recursos. Lo asistían la Dama de Blanco Leticia Ramos[.] Pedro también lo apoyaba muchísimo, nosotros cuando podíamos y la fundación Plantados, pero su situación material era de miseria». 

    Leticia Ramos, conocida Dama de Blanco, fue el apoyo más formidable que tuvo Santovenia en sus años de libertad. Dice que la organización Exilio Unido «reunió el dinero para comprarle el cuartico y lo imprescindible para su casita. Y no pasó hambre, porque si aquí había para comerse un boniato, lo partíamos con Santovenia. Era un hombre que había que conocerlo, el nivel de conocimientos que tenía, una persona muy inteligente, hablaba bajito, pausado, y daba gusto sentarse a hablar con él. Él se fue de muy niño de Cuba, tenía su familia y sus hijos en Estados Unidos, y todo lo sacrificó por la patria».

    Leticia Ramos y Camila Acosta insisten en subrayar la soledad y la pobreza en que vivió Daniel sus últimos años. Dice Leticia: «Creo que no le dieron el lugar que merecía ni la atención que merecía, como muchos cubanos que también han muerto en estas condiciones después de sacrificar tanto por la libertad de todos».

    Es lamentable constatar que hay cubanos y cubanas que mueren en la miseria después de haber dedicado la vida a luchar por el fin de la dictadura castrista. Aquellos que lo asistieron a él, o que hoy asisten a Pedro Álvarez, merecen respeto por su humanidad. Con su apoyo, Leticia Ramos escribió otro capítulo de amor en el empeño de las Damas de Blanco para mejorar la vida de los presos políticos.

    El 25 de abril murió en la ciudad de Miami Orlando Polo, defensor de los derechos humanos y del medio ambiente, según un artículo de Daniel Castropé aparecido en Diario Las Américas (7 de mayo de 2024). Polo falleció a los 81 años. Según Castropé, «Polo era conocido por su valentía y determinación en su lucha por los derechos humanos y el respeto al medio ambiente. Se le recuerda por una gran caminata, junto a su perro Rex, desde la casa natal de José Martí en La Habana hasta el cementerio de Santa Ifigenia».

    En su texto «Notas al alma: 35 aniversario de Naturpaz» (Hypermedia, 4 de junio de 2021), Leonel Morejón Almagro, abogado,  defensor de derechos humanos y fundador de Naturpaz, organización protectora del medio ambiente, afirmaba sobre Orlando Polo a propósito de una recogida de firmas en favor de la paz: «Polo, que era un “perestroikero” y un personaje fascinante —el Granma publicó un artículo donde lo llamaban “el caminante por la paz”, porque intentaba llamar la atención sobre la paz mundial caminando toda Cuba en compañía de un perro—, se negó a firmar la carta de Naturpaz, argumentando que los cambios había que hacerlos dentro del Partido». 

    En una entrevista realizada para ese artículo, Morejón Almagro lo reivindica: “Polo se acercó a Naturpaz, fue testigo de algunas de nuestras actividades en Ciudad de La Habana. Pero hasta donde recuerdo nunca perteneció a Naturpaz. Era un reformador desde adentro del sistema en los tiempos en que Naturpaz existía, después creó Sendero Verde que terminó recibiendo el mismo tratamiento represivo de Naturpaz. Orlando Polo merece ser homenajeado, respetado y recordado. Era un ambientalista profundo, además era muy locuaz, inteligente y con sus argumentos derrotaba en los debates a las figuras del Partido Comunista y del Gobierno que enfrentó».

    El diario Cubanet informó del fallecimiento, el día 27 de mayo de 2024, de Migdalia Rosado. Al morir, Migdalia tenía 81 años; había sido colaboradora de ese medio. La nota incluía las siguientes palabras del líder opositor y héroe de la Primavera Negra Oscar Elías Biscet para Martí Noticias: «Estamos consternados por la muerte de nuestra hermana Migdalia quien fue genuinamente una defensora de los derechos humanos y la restauración de la democracia y la libertad para el pueblo cubano». En el año 2001, Rosado había marchado al exilio, donde continuó su activismo.

    Jorge Ángel García Mas murió también Miami, el domingo 2 de junio de 2024. Su hija, María Victoria García —la primera persona que aparece relacionada en este artículo—lo había precedido a principios de años. La pérdida de 14 miembros de su familia, entre ellos un hijo y un nieto, en el hundimiento del remolcador «13 de Marzo», cambió su vida para siempre. Él no iba en aquella embarcación a bordo de la cual pretendían emigrar decenas de cubanos. Hasta ese momento era un profesor habanero de segunda enseñanza. Su afán en denunciar el crimen lo llevó a realizar una investigación minuciosa de aquel horror. Durante los años que permaneció en la isla, hasta su salida al exilio en 1999, sufrió el hostigamiento de la Seguridad del Estado cubano, que deseaba preservar la versión de los hechos estipulada por su principal responsable, Fidel Castro. Nada de eso lo detuvo, y una vez en los Estados Unidos se dedicó a la denuncia de manera plena; en ello resultó esencial la publicación de su libro El hundimiento del remolcador 13 de Marzo. Tomo el siguiente fragmento del testimonio de su hija María Victoria: 

    Me mantengo a flote moviendo rápido las piernas. Miro alrededor y me aguanto de un bulto flotante; parecía una balsa, pero era Rosa ya muerta. Recuerdo sus gritos de locura durante los ataques. Sigo aguantada de ella y pido auxilio; temía demorarme y que el niño se muriera. Otras personas a las que nada más se le veían las cabecitas, también gritaban. Y aquellos barcos que nos hundieron daban vueltas formando un remolino; no podía mantenerme así por mucho tiempo. Entonces descubro una caja flotando con un grupo de personas encaramadas. Trato de alcanzarla con el niño a cuestas y empujando a Rosa. Me acerco a la distancia del brazo. Algunos me tienden los suyos para acortar el tramo; pero al soltarme de Rosa para agarrarme de la gente lo hago con tanta fuerza y desespero que todos me vinieron encima. Entre estos y los de atrás que me agarraban las piernas para salvarse también, se desprende el niño y se me va. Grité desesperada: ¡Cójanme al niño, auxilio se me ahoga! pero nada, todo fue inútil. Se perdió ante mis ojos. Y lo más triste no tenía fuerzas para nadar solito, había tragado mucha agua. 

    Junto a otros permanecía sujeta al borde de la caja. Los remolcadores retrocedían cuando alguno trataba de darle alcance buscando socorro. Por fin unas lanchas de Guardafronteras tiraron salvavidas amarrados a sogas. [García, Jorge A: El hundimiento del Remolcador 13 de Marzo. Miami, 2017; segunda edición; p. 40]. 

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