Última radiografía de un país en quiebra

    El más reciente cónclave del Parlamento cubano no solo trajo el desahucio de la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, tras su desafortunada intervención sobre la mendicidad en Cuba, también sirvió para confirmar que el país sigue en picada abrupta y que el resto del año será igual de difícil para los residentes en la isla.

    El propio gobernante Miguel Díaz-Canel, en la clausura del Quinto Periodo Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), admitió el «duro panorama» que enfrenta cada día el pueblo de Cuba, un país donde cada año se ha hecho más limitada, dijo, «la capacidad de importación de alimentos para la canasta básica y de los combustibles necesarios para la generación eléctrica y el funcionamiento de la economía». Además, escasean los medicamentos y son cada vez más precarios los servicios de transporte, recogida de desechos sólidos y abasto de agua. 

    En tanto, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, llegó a reconocer que como gobierno tienen «una gran insatisfacción al no lograr los resultados esperados en los asuntos más sensibles que afectan a nuestro pueblo», aunque insistió: «Seremos capaces de crecer ante el desafío de recuperar la economía». Y, de hecho, afirmó otra vez que marchan en el rumbo correcto hacia la «solución gradual de los problemas que más afectan a la población: la situación de la electricidad, el agua, los alimentos, el transporte, los medicamentos, los elevados precios, y el fortalecimiento de las políticas sociales». 

    El diagnóstico oficial

    Aunque en las intervenciones de las máximas autoridades que desfilaron la pasada semana por el habanero Palacio de las Convenciones predominó el habitual discurso retórico y justificativo acerca del embargo estadounidense y el nuevo apretón de la Administración Trump, resultó imposible ocultar el pobre impacto que hasta ahora ha tenido la estrategia oficialista, implementada desde finales de 2023, que pretendía corregir distorsiones y reimpulsar la economía en la isla, sumida en una crisis generalizada sin fin a la vista.

    A la vuelta de casi dos años, se sigue «haciendo un poco más de lo mismo», o sea, no hay «soluciones alternativas», dijo Marrero Cruz, quien señaló, no obstante, que el presupuesto del Estado ha mantenido un superávit constante durante 2025, con sobrecumplimientos en ingresos brutos como los tributarios (seis por ciento). 

    De acuerdo con Marrero Cruz, la inflación interanual marca un 14.75 por ciento (de un 30 por ciento previsto), lo cual implica una desaceleración en el incremento de los precios, si bien continúa siendo muy elevada.

    El alto funcionario cubano se refirió a la guerra estatal contra lo que llamó «precios abusivos y especulativos»; informó que en el primer semestre del año se detectaron un millón de infracciones en ese sentido, casi medio millón más que en el segundo semestre de 2024.

    La gran crisis de productividad de la isla, que todos los economistas independientes señalan como el nudo gordiano de la economía nacional, quedó convenientemente solapada en ese fragmento de la intervención de Marrero Cruz. «Mientras tanto no logremos una estabilidad en la oferta de la producción», dijo, «tenemos que, por las complejidades del sistema, continuar avanzando en el enfrentamiento a los precios abusivos y especulativos».

    Sin embargo, el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez, indicó que, desde 2019, «el país no ha logrado recuperar sus niveles productivos y de servicios, evidenciándose una brecha en el entorno del 11 por ciento, al cierre del 2024, con una caída del 53 por ciento en las actividades primarias (agricultura, ganadería y minería), 23 por ciento en las secundarias (industria azucarera y manufacturera) y seis por ciento en las terciarias (servicios sociales y no sociales)».

    Igualmente, admitió que la isla mantiene «desequilibrios internos, que se manifiestan en las presiones inflacionarias, un mercado cambiario fragmentado, y restricciones críticas en la disponibilidad de divisas, combustibles y energía eléctrica, que lastran la actividad industrial, productiva y de servicios esenciales».

    El año anterior, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un decrecimiento de 1.1 por ciento, un poco menos que en 2023, pero la tendencia a la contracción económica no parece remitir. Especialmente si se tienen cuenta el declive sustancial en económicas como la agricultura y la industria manufacturera, que ha determinado las caídas de las actividades primaria y secundaria en 17.9 por ciento y tres por ciento, respectivamente.

    De hecho, Alonso Vázquez informó que al cierre del primer semestre de 2025 los ingresos en divisas por exportaciones alcanzaron solo un 91 por ciento de lo previsto, un siete por ciento menos que en igual periodo de 2024. Mientras, el plan de exportaciones de bienes quedó en un 62 por ciento; un desempeño también menos eficiente que el de la primera mitad del año anterior (78 por ciento). 

    Y ello aun cuando de enero a junio de 2025 las exportaciones de «las formas de gestión no estatales» (Mipymes, Cooperativas no Agropecuarias, trabajadores por cuenta propia y Programas de Desarrollo Local) alcanzaron los 21 millones de dólares, un 30 por ciento más que en similar lapso de 2024.

    En lo que va de año tampoco levanta cabeza el sector turístico. Según el titular de Economía, apenas un millón seis mil turistas han arribado a la isla; una cifra que representa el 71 por ciento del plan y, todavía más alarmante, 23 por ciento inferior al semestre correspondiente de 2024.

    Este decrecimiento se debería a la cancelación de operaciones de aerolíneas, a supuestas campañas de descrédito contra el destino Cuba y a dificultades asociadas a los suministros, que impactan en la calidad y estabilidad de los servicios, justificó el ministro.

    Por otra parte, la industria azucarera mantuvo su pésimo desempeño de los últimos años, con una producción de azúcar crudo que rozó solo 44 por ciento de lo previsto. En tanto, los resultados en el sector agropecuario tampoco «satisfacen las demandas de la población y son insuficientes para cubrir los déficits de alimentos importados», reconoció Alonso Vázquez.

    A este panorama se añade el colapso del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), que padece desde hace meses un déficit en la generación de electricidad de casi dos mil megawatts diarios por falta de combustibles y de recursos para el mantenimiento de las sobrexplotadas centrales termoeléctricas del país.

    En tal sentido, el ministro de Economía y Planificación comentó que el gobierno mantendrá su apuesta por aumentar las capacidades de generación mediante fuentes renovables de energía (FRE), principalmente la solar (incluidas donaciones de «países amigos»), las cuales tienen apenas un 6.4 por ciento de participación en la matriz energética nacional.

    La última sesión del Parlamento cubano también fue ocasión para que la máxima autoridad isleña admitiera la recolonización de la economía doméstica y la vida cotidiana por parte del dólar. «Nos hemos visto obligados a aceptar la dolarización parcial de la economía, lo que indudablemente favorece a quienes poseen determinados recursos de capital o reciben remesas y se traduce en un indeseado ensanchamiento de las brechas que marcan la desigualdad social», dijo el presidente Díaz-Canel en su intervención ante la plenaria legislativa.

    «Ratificamos que el gobierno tiene una estrategia de desdolarización», recalcó de todas maneras su primer ministro, quien entonces volvió a aludir al «cerco económico» de toda la vida: «Pero en este proceso de economía de guerra, es una medida necesaria para poder recaudar divisas y destinarlas a programas sociales y otras necesidades de impacto en la población».

    Luego de que a inicios de junio una inédita marejada de protestas tuviera lugar en diversas universidades cubanas a raíz del «tarifazo» impuesto desde el 30 de mayo por ETECSA, el monopolio estatal de las telecomunicaciones, Marrero Cruz destacó ante los delegados ciertos  efectos contables de la impopular disposición corporativo-gubernamental.

    «En 46 días se han ingresado 24 millones 839 mil dólares por estas medidas implementadas, unos 540 mil dólares diarios, lo que contrasta con los solo diez mil dólares diarios que se ingresaban anteriormente», dijo, y aseguró —tal como ha insistido en justificar la jerarquía de ETECSA— que tales ingresos se emplearán «en la recuperación gradual de las infraestructuras de telecomunicaciones en el país, nuevas contribuciones y ampliación y desarrollo en los servicios con nuevas tecnologías».

    El semestre en curso

    Manuel Marrero Cruz anunció ante la ANPP que a partir de septiembre se incrementarán las pensiones a los jubilados que actualmente reciben hasta cuatro mil pesos mensuales. Esta medida, dijo, beneficiará a un millón 324 mil 599 personas, o sea, el 79 por ciento de los pensionados en el país.

    Y el 82 por ciento de ellos, que cobra hasta dos mil 472 pesos, recibirá un aumento de mil 528 pesos, lo que nominalmente duplicará la pensión mínima, actualmente percibida por 438 mil 572 personas, equivalentes al 33,1 por ciento del total.

    En otro sentido, el dirigente cubano aseguró que finalmente ya está aprobada en sus detalles una propuesta para transformar el mercado cambiario; es decir, una actualización integral del sistema de regímenes cambiarios en cada uno de los circuitos monetarios del país. «Está diseñada la política comunicacional y también en el segundo semestre ya implementaremos esta nueva política necesaria para el país», subrayó.

    Según Marrero Cruz, las prioridades del gobierno apuntan en los próximos meses a implantar un nuevo mecanismo de gestión, control y asignación de divisas; perfeccionar los mecanismos para controlar los altos precios; dinamizar la inversión extranjera, e incentivar las remesas. 

    De igual manera, señaló que se busca impulsar el comercio electrónico con la implementación de pagos desde el exterior; se trabajará para propiciar más contratos entre las formas de gestión estatal y no estatal, lo que incluiría poner a disposición de la producción establecimientos que hoy, por falta de recursos, son infructuosos, y que se presentará ante el Consejo de Estado la propuesta para constituir un nuevo instituto que se encargará de la empresa estatal socialista.

    La otra gran promesa fue una actualización de los salarios en la isla. «Esto va a estandarizar y va a beneficiar mucho al sector empresarial cubano», recalcó.

    Primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz
    Primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz / Foto: Estudio Revolución

    Como es habitual, la élite cubana renovó sus votos relativos a incrementar el apoyo a las personas, familias y grupos en situación de vulnerabilidad, a fin de de reducir desigualdades sociales, mientras que, por supuesto, se trabajará en la prevención y reducción del delito, la corrupción y la criminalidad.

    El informe gubernamental de mitad de año, verbalizado por Marrero Cruz, habla también de «consolidar la implementación de la Ley de Comunicación Social», así como de avanzar en la transformación digital, lo cual comprende la primera fase de la plataforma Soberanía, «orientada a facilitar la gestión gubernamental y la información de interés para la ciudadanía».

    «En un escenario de guerra económica recrudecida, estamos decididos a continuar defendiendo las conquistas de la Revolución y la construcción de una sociedad soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible con todos y para el bien de todos», consignó finalmente Marrero Cruz, en sintonía, desde luego, con el cierre discursivo del gobernante Díaz-Canel, quien exhortó, inercialmente, a «elevar la eficacia de la función social redistributiva del Estado con políticas públicas y fiscales que, sin coartar las soluciones, eviten la concentración de la riqueza en pocas manos incrementando la desigualdad y la pobreza».

    Las soluciones están por ver

    El economista cubano Omar Everleny Pérez Villanueva opinó en diálogo con El Estornudo que el gobierno ha hecho «un buen diagnóstico” de la situación nacional durante la reciente sesión de la ANPP. No obstante, dijo, «no vi tan precisa la forma en cómo vamos a salir de esta situación, porque todo es a mediano plazo, y realmente el país lleva más de diez trimestres en recesión económica».

    El analista hizo notar que en el Parlamento no se aprobó ninguna medida decisiva; de ahí que, presumiblemente, el segundo semestre de 2025 «será tan malo como el primero» y, por supuesto, tampoco habrá crecimiento económico al cierre de este año.

    «Es imposible que crezca la economía de un país con apagones de hasta 22 horas diarias. Esa es una situación que afecta directamente a las empresas y a la producción», explicó el exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, quien consideró justo un aumento de las pensiones, aunque estas continuarán siendo largamente insuficientes debido a la inflación que, apuntó, se «traga» casi toda una jubilación en tan solo un cartón de huevos (tres mil 500 pesos).

    «No me parece que en los próximos seis meses la población vaya a sentir algún alivio», sostuvo. «No lo veo porque la economía ha decrecido mucho, pero mucho, en la producción de alimentos, y se ha ido jugando hacia una dolarización de la economía en un país donde, probablemente, el 40 por ciento de su población no tiene acceso a esa divisa».

    Para dicho segmento poblacional las tiendas en dólares no significan una opción, observó el economista, y ello incluye a quienes solo viven de las jubilaciones y los salarios estatales.

    Según Pérez Villanueva, hay que poner atención en las nuevas tasas de cambios que el gobierno anuncia para el segundo semestre de 2025. «Será un juego bastante duro, porque habría que ver qué tipo de cambio van a poner», advirtió. «Si la diferencia es muy grande, la gente va a seguir en el mercado informal. También hay que preguntarse si se le dará acceso a las divisas al sector no estatal, que importaron mil millones de dólares, comprados de manera informal».

    «Las ideas pueden ser buenas, pero los resultados van a estar bastante difíciles de ver. Más, de hecho, porque todavía hay muchas restricciones, burocracia, y eso no se tocó con la fuerza necesaria en la ANPP. Y la inversión extranjera no va a llegar a un país donde se les debe dinero a las empresas foráneas ya radicadas y donde hasta a los hermanos, amigos y colegas se les tienen congeladas sus utilidades en el Banco Financiero Internacional», pronosticó el experto. «Y si no hay dinero ni siquiera para importar alimentos, cómo va a haber para pagar las deudas. Es un círculo vicioso… Y tampoco aparece ese crédito que hace falta a corto plazo para remontar la economía».

    A su vez, el economista cubano Mauricio de Miranda, radicado en Colombia, predijo que si la anunciada transformación del mercado cambiario oficial solo resulta una actualización en cada uno de los circuitos monetarios del país, «lo harán mal, una vez más». 

    «No deben existir varios circuitos monetarios. Tiene que existir UN SOLO CIRCUITO MONETARIO en una economía integrada», resaltó en su perfil de Facebook. «Es imprescindible eliminar los cambios múltiples. No puede existir un tipo de cambio para el comercio exterior, otro para las remesas, otro para el turismo, otro para las transacciones personales, porque eso genera desorden en las transacciones, así como ciertos incentivos perversos». 

    Para el profesor Titular de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, Colombia, «es negativo para la economía y sobre todo para el nivel de vida de los trabajadores y jubilados cubanos mantener la idea peregrina de que “la dolarización parcial nos llevará a la desdolarización”». 

    Al respecto, De Miranda fue taxativo: «No es correcto dolarizar los gastos de la población sin dolarizar sus ingresos. La única forma [en que] funciona adecuadamente una dolarización o eurización es haciéndola completa. Cuba no será ni el primer país ni el último en hacerlo», escribió. «Ahora bien, si la opción es conservar la moneda nacional (y cada día que pasa y en que la economía se hunde, se avanza más en la pérdida de la soberanía monetaria del peso cubano), entonces hay que permitir que esta cumpla plenamente con las funciones del dinero en TODAS las transacciones dentro del territorio nacional, haciendo que la moneda sea plenamente convertible a la tasa que resulte en el mercado».

    En cuanto al tema más polémico de estas jornadas legislativas —las palabras de Marta Elena Feitó Cabrera, ahora exministra de Trabajo y Seguridad Social—, el también economista cubano Pedro Monreal razonó, en su espacio de «El Estado como tal», que «la reciente defenestración ministerial elevó la visibilidad de la mendicidad en Cuba, pero dejó fuera el fenómeno mucho más relevante de la pobreza, específicamente el empobrecimiento masivo de los trabajadores y de los jubilados desde 2021».

    Monreal puso de relieve en sus redes sociales que, a diferencia del resto de América Latina y el Caribe, «Cuba no informa nacionalmente ni a la Comisión Económica regional (CEPAL) datos de pobreza y de pobreza extrema», y consideró que, si se aplicaran criterios de ese organismo, un porcentaje considerable de la población cubana pudiera estar en pobreza extrema.

    «En la metodología de la CEPAL, la línea de pobreza extrema representa el monto mensual que requiere una persona para adquirir una canasta básica de alimentos que satisfaga sus requerimientos nutricionales», reflexionó el reputado analista e investigador, a todas luces harto de los eufemismos y la opacidad estadística de la burocracia en la isla. «Mientras que el gobierno cubano persista en definir la “vulnerabilidad” (de pobreza no quieren oír nada) a partir de la indigencia más tremenda o del desamparo/|fragilidad por edad, enfermedad o discapacidad, dejarán fuera una parte sustancial de la pobreza y pobreza extrema».

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

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