La bendición prometida al triunfar la Revolución de Fidel Castro llegaría con el acostumbrado retraso al pequeño pueblo de Sabanilla, donde el polvo de...
Vengo de un grupo particular cuyos miembros, de haber estudiado juntos, hubiésemos travestido a algún maestro o incendiado algún aula. No es importante cómo...
«Creo en una Cuba en que nos aceptemos tal cual somos, sin doble moral, tertulias de pasillo y odios acumulados en una urna que nadie sabe qué contiene hasta que se abra. Un país donde decir lo que se piensa no se reprima y sea la razón de cada día. En que podamos elegir al gobierno. En que la falta de alimentos sea comidilla del pasado. En que se trabaje honradamente y el salario sea salario».
Aunque ella sea de una época y yo sea de otra, ambas somos conscientes de una cosa: en nosotras se entretejen Bomba y Barranquilla, dos raíces que reconocemos, dos lugares del Caribe colombiano en los que transcurrieron nuestras infancias y en los que sembramos añoranzas.