Carlos Manuel Álvarez

    Bebedor de absenta. Grafitero del Word. Nada encuentra más exquisito que los manjares de la carestía: los caramelos de la bodega, los espaguetis recalentados, la pizza de cinco pesos. Leyó un Hamlet apócrifo más impactante que el original de Shakeaspeare, con frases como esta, que repite como un mantra: «la hora de la sangre ha de llegar, o yo no valgo nada». Cree solo en dos cosas: la audacia de los primeros bates y la soledad del center field.

    Yo quiero discutir de pelota

    «Hay quien dice que no está feliz por eso pero yo sé que están contentos», ha declarado el inicialista matancero Yadir Drake, integrante del...

    En la noche que el poeta nos inventó

    En un punto de la noche del 27 de abril de 1971 alguien clausura, definitivo, el sarcófago hábilmente construido durante la década anterior y...

    No hay derechos ajenos 

    Una lectura, típica de la neurosis identitaria del capitalismo tardío —por eso es cada vez más pertinente entender Cuba desde claves contemporáneas, globales y...

    El alto precio de traicionar a Gorbachov

    Desmantelada la Unión Soviética, Occidente se enteró de que también terminaba la Guerra Fría, una noticia menos agradable si tenemos en cuenta el modo...

    El dulce castrismo de Miami

    Las caras públicas de la comunidad cubanoamericana de Miami, y también muchos ciudadanos, o residentes que están en vías de serlo, o tarjeteros con...

    Las lecciones de Amelia

    Desde las sombras, alumbrándose con la rabia acumulada durante la larga escasez de una vida entera, la joven Amelia Calzadilla agarró su celular y...

    Newsletter

    Recibe en tu correo nuestro boletín quincenal.

    Te puede interesar

    Los millones de GAESA, ¿cuántos son?

    Al economista Miguel Alejandro Hayes no le quedan dudas...

    La gran tragedia de la violencia política norteamericana 

    Mientras que son ciertos todos esos momentos —y son muchos— en que Kirk traficó con un lenguaje detestable e ideas que atacaban directamente a grupos marginalizados, también es cierto que dijo, en un instante de lucidez: «Cuando la gente deja de hablar, es cuando surge la violencia. Es entonces cuando ocurre la guerra civil, porque empiezas a pensar que el otro bando es tan malvado que pierde su humanidad».