Sin embargo, hay una corriente subterránea que invita a la esperanza. Pienso en Edward Said, el intelectual palestino que enseñó en Columbia University mientras algunos de sus alumnos servían como informantes para espiarlo. Pienso en la ironía luminosa de que, en esas mismas aulas en las que un día vigilaban sus palabras, hoy se haya gestado la mayor ola de oposición estudiantil en Estados Unidos. contra los desmanes del actual gobierno israelí en Gaza.