Camilo Ríos (La Habana, 1999) emprendió este proyecto sinestésico —Sound & Colour— en medio de la última pandemia. Se presenta a sí mismo como alguien que «explora temas de alienación, incertidumbre, y las fuerzas que ejerce el espacio sobre [los] sujetos y viceversa».
¿Qué sonido y qué furia hay en los colores que vemos? ¿Qué rumian o callan los muros y el metal viejo de esos autos mordidos por el sol y el salitre de una Habana presumiblemente moribunda o renacida?
Las fotografías parecen corresponder a un territorio liminar. El sonido y el color de una ciudad emplazada de un lado u otro de la muerte. Tumescente o Amniótica.




«Sound & Colour es una serie fotográfica comenzada en 2020 donde exploro la posibilidad de una Habana apocalíptica pospandemia en la que la ausencia del ser humano toma un carácter positivo», dice Ríos. «Al redescubrir el entorno tras el aislamiento, lo que una vez fueron espacios cotidianos adquieren una nueva dimensión de texturas, colores y formas aún sumergidos en solemne silencio».
De modo que las imágenes vendrían a confirmar eso que hemos negado hasta aquí con una pertinacia casi disculpable. Que toda plaga es un acontecimiento esencialmente humano. Y que para sobrevivir deberíamos ausentarnos —aunque sea un poco— de nosotros mismos.


«Aprovecho la riqueza cromática de la película a color para capturar ruinas vibrantes que agradecen y al mismo tiempo condenan la presencia del hombre», dice todavía el autor de Sound & Colour; presa, a fin de cuentas, de una zozobra más dialéctica que estética. «Busco entender la razón de su existencia, el acto egoísta que manifiesta su diseño, construcción y aparente necesidad. ¿Acaso estará el ser humano, al erigir dichas estructuras, destruyendo en vez de construyendo?».


Por último, digamos no parece haber alegorías aquí. La Habana se nos muestra vestigial; enferma de una luz oblicua que absolutamente Nadie alcanzó a decretar…
(Fotografías autorizadas por Camilo Ríos Maldonado).