Radio TV Martí: El sinsentido de apagar sus transmisiones

    Para el reconocido periodista Ricardo Quintana aún sigue vivo aquello que dio origen a la creación de Radio TV Martí: la dictadura cubana. A una semana de conocerse la ejecución de la orden del presidente Donald Trump de desmantelar la agencia de supervisión que atiende al medio y otras entidades de radiodifusión internacionales financiadas por el gobierno estadounidense, Quintana insiste en que es «un sinsentido» apagar sus transmisiones y cerrar sus portales electrónicos «en tiempos en que Martí pasa por su mejor momento”.

    «[Radio TV] Martí siempre ha sido una piedra en el zapato para el régimen. Y aunque el oficialismo asegura que ‘ni se ve ni se oye’, son otros tiempos», dice a El Estornudo el veterano periodista, quien a finales de 2024 se jubiló de este medio, tras 26 años de trabajo como reportero.

    Ricardo Quintana en plena entrevista como reportero de Radio TV Martí / Foto de cortesía

    Quintana afirmó, además, que desde hace tiempo el argumento del régimen no tiene validez porque «con el desarrollo de las redes sociales, la interferencia que impedía una señal limpia de radio y el bloqueo total de la televisión, es historia». 

    «Hoy suman millones los usuarios de Martí Noticias en las redes», subraya el comunicador, quien basa su argumento en el análisis realizado en el último año por la plataforma Emplifi.  «En 2024, los videos y reportajes radiales en la cuenta de Martí en Facebook superaron los 37 millones de visualizaciones, de los cuales entre el 79 por ciento y el 82 por ciento provinieron de Cuba», destacó.

    «En 2019, una auditoría independiente concluyó que Radio y TV Martí producían tanto ‘mal periodismo’ como ‘propaganda ineficaz’, pero en los últimos tres años, Martí Noticias recibió 14 nominaciones a los premios regionales Emmy y logró obtener ocho estatuillas», sostuvo Quintana, quien no dudó en aseverar que «lo que dio origen a la creación de Radio TV Martí sigue ahí».

    Asimismo recordó que el cese de las transmisiones hacia Cuba desde Estados Unidos siempre fue un reclamo del régimen, que no se había logrado ni «en medio del acercamiento promovido por el presidente Barack Obama», cuando el entonces presidente Raúl Castro «pidió el fin de la política de ‘pies secos, pies mojados’, la cancelación del programa de visados especiales para los médicos que abandonaban las misiones, la derogación de la Ley de Ajuste Cubano y el fin de las transmisiones a Cuba».

    «De todo esto, solo logró la eliminación de la política de ‘pies secos’ y el visado especial para los médicos», apuntó Quintana, quien también cuestionó la decisión de la actual administración de la Casa Blanda de retirar los fondos de los medios independientes.

    Se trata de otro «regalo para la dictadura que hace la guerra a toda fuente alternativa de información. En la isla, solo hay libertad de prensa para un partido: el Partido Comunista», subrayó, además, de recordar cómo el régimen, con sus «arrestos domiciliarios, citaciones, detenciones y amenazas» ha estado siempre tratando de inhibir el ejercicio periodístico independiente, «tan necesario en un país donde existe el monopolio oficial de los medios. Y en este derrumbe, también caen los medios independientes que pierden sus recursos para operar. Más que caos, es un desastre», concluyó Quintana.

    «Esta asfixia de los medios independientes ya está poniendo en grave peligro la vida de los periodistas, quienes a menudo han superado enormes desafíos para llevar noticias a millones de personas que viven en países con censura», recién declaró Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), además de calificar al presidente Trump como una «amenaza existencial» para los medios tras ordenar el cierre de la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), las cual también supervisaba a la Voz de América (VOA), Radio Free Europe/Radio Liberty y Radio Free Asia, entre otras entidades, además de la Oficina de Radiodifusión para Cuba.

    «Estos programas son fundamentales para apoyar a la sociedad civil, fomentar el libre flujo de información, fortalecer los derechos humanos y proporcionar ayuda a los presos políticos y sus familias», añadió Ginsberg.

    La USAGM manejaba un presupuesto aproximado de 270 millones de dólares, además de contar con más de dos mil empleados, emitir programas en 49 idiomas y tener una audiencia semanal estimada de más de 361 millones de personas.

    De ese presupuesto, la Oficina de Transmisiones a Cuba recibía unos 25 millones de dólares anuales. En años anteriores, además de recortes presupuestales, Radio TV Martí también enfrentó controversias en torno a sus directores, planes de fusión con la VOA y críticas sobre su calidad periodística, apuntó El Nuevo Herald, que igualmente insisitió en que «el desmantelamiento de las emisoras representa una victoria para el gobierno cubano». 

    El cierre de las operaciones de Radio Tv Martí tampoco pasó inadvertido para políticos, opositores y organizaciones en contra del régimen en la isla. Numerosas voces han cuestionado la medida, tras considerar que debilita la libertad de información y la lucha contra la censura oficialista.

    La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), a través de su página en X, instó al presidente Trump a restaurar los fondos necesarios para que esta plataforma continúe operando. «En nombre de la FNCA y de todos aquellos que luchan por la libertad de Cuba, instamos al presidente Trump a restaurar los fondos necesarios para que Radio Martí continúe su labor vital. El pueblo cubano necesita, hoy más que nunca, el apoyo y la solidaridad de Estados Unidos», refiere el mensaje.

    Por su parte la congresista María Elvira Salazar aseveró en la citada red social que «Radio Martí ha sido clave para contrarrestar la propaganda del régimen de Castro/Díaz-Canel», y que iba a seguir trabajando para evitar que la censura se imponga sobre la prensa dirigida a Cuba.

    Asimismo, el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart aseguró a medios en Florida que se trata de una medida para reducir el gasto público, pero que esto no implicaría el fin de la comunicación con el pueblo cubano e insistió en que los congresistas republicanos iban a encontrar una solución que permita mantener la transmisión de información a Cuba.

    En tanto, el líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, dijo en X que «Radio Televisión Martí es un símbolo necesario e inseparable de la causa a favor de la libertad y la democracia en Cuba. Trascienden nuestras fronteras geográficas» y que su desaparición beneficiaría exclusivamente al régimen cubano y a otros medios antidemocráticos como Rusia Today, CGTN (China), HispanTV (Irán) y Telesur (Venezuela).

    «Pedimos encarecidamente al presidente de Estados Unidos que Radio Televisión Martí continúen dando voz a nuestro pueblo oprimido y silenciado por una brutal tiranía enemiga de Estados Unidos y de todo Occidente», afirmó Ferrer.

    Esta última semana, también el reconocido periodista Mario J. Pentón anunció en sus redes que su contrato con este medio «había terminado» y que lo que verdaderamente le dolía era que se cumplía «de una manera silenciosa, pero efectiva, una de las exigencias más viejas de la dictadura cubana al gobierno de Estados Unidos».

    «Seguiré haciendo periodismo y contando al mundo la verdad de Cuba. No estoy preocupado por mi futuro, confío en Dios y en mis ganas de trabajar. Nada me faltará. Al régimen le digo: ‘Esto es hasta el final, esta lucha continúa’», expresó Pentón.

    Radio Televisión Martí comenzó a transmitir el 20 de mayo de 1985 como respuesta a la necesidad de proporcionar información alternativa al pueblo cubano, que en ese momento, incluso más que ahora, enfrentaba severas restricciones a la libertad de expresión y acceso a la información.

    El medio fue el resultado de la Ley de Transmisiones a Cuba 98-111, aprobada el 4 de octubre de 1983, después de que la senadora republicana de Florida, Paula Hawkins, presentara un anteproyecto de ley que contó con un amplio respaldo bipartidista, y del entonces presidente Ronald Reagan.

    En casi 40 años de operaciones el medio fue una de las plataforma que le dio visibilidad a la represión que han padecido los opositores cubanos en la isla y sus familiares, además de informar sobre temas censurados como la masacre del Río Canímar y la del remolcador 13 de Marzo; la crisis de los balseros, la Base Naval de Guantánamo, las huelgas de hambre de activistas, las visitas papales a Cuba, el entierro del prisionero político Zapata Tamayo, la visita del presidente Barack Obama a Cuba, la represión a las Damas de Blanco, a activistas civiles y a los manifestantes del 11J, entre disímiles acontecimientos que el régimen ha tratado de silenciar.

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

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    2 COMENTARIOS

    1. El mismo motivo («aún sigue vivo aquello que dio origen a la creación de Radio TV Martí») puede ser usado para cerrarla: si después de tanto tiempo, inclusive después de muerto Fidel, todo continúa igual, significa que no sirve para nada.

      TVMartí no la ha visto nunca nadie. Radio Marti (con pito o sin pito), si se escuchó algo hace años (décadas de 80-90), hoy, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, ni se conoce.

      Es simple: una vez que el Gobierno Cubano autorizó el acceso a Internet, le dió el tiro de gracia a RTV Martí, pues, al margen de la efectividad, dejó sin valor el argumento de ser (la única) fuente noticiosa no oficial . Si siguió exisitiendo hasta nuestros días es porque ha sido um «empleo fácil» para muchos cubanos en Miami que necesitan ganarse el pan, o la posibilidad de arañar algunos dólares para los «reporteros» (muchos de un nivel más que lamentable) dentro de Cuba.

    2. Hola, Katia, siempre leo tus trabajos y siempre estoy por preguntarte si eres de Sancti Spiritus
      y estás emparentada con una familia espirituana de apellido Monteagudo. En mi infancia, en
      la década de 1940-50 (tengo 82 años), cuando llegaban las vacaciones de verano iba con mi
      madre, Carmen Antúnez (hoy hubiera cumplido 110 años) a pasarme dos semanas en la
      casa de las hermanas Rosa y Gloria Monteagudo, tías de dos primas mías, en Cádiz 102,
      que ahora esa calle se llama CarLos Roloff. Rosa y Gloria tenían tres hermanos: Tomãs,
      Juan y Catalino, que era el padre de mis primas. Mi familia materna también es de Sancti
      Spiritus, pero de Tuinucú, pueblecito famoso por su central. Saludos desde Lucerna, Suiza.

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