El «to be or not to be» del dólar en Cuba

    La apertura en La Habana a inicios de este año del primer mercado estatal con operaciones en dólares en efectivo ha sido para muchos un preludio de la «muerte» de la virtual Moneda Libremente Convertible (MLC) y el inicio de una etapa de dolarización parcial de la economía en la cual gobierno intentaría atraer las divisas que se le han estado «escapando» en el mercado informal de la isla.

    El primer ministro Manuel Marrero Cruz comenzó a preparar el terreno a finales de 2024, cuando insistió durante la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en que era necesario transitar por el camino de la dolarización parcial dadas las condiciones de «economía de guerra» en el país. Además, anunció la aplicación gradual este año de un nuevo tipo de cambio oficial flotante para evitar una mayor «devaluación» del peso cubano y «un impacto no deseado en la inflación».

    Pero apenas dos semanas después de la inauguración del supermercado en 3ra y 70, en la exclusiva zona habanera de Miramar, el economista cubano Pavel Vidal, investigador principal del Observatorio de Monedas y Finanzas (OMFi), ya diagnosticaba una caída «dramática» en las operaciones informales de compra y venta de MLC, así como un rápido ascenso del dólar y el euro.

    «La tasa promedio en diciembre se ubicó en 1.22 MLC por 1 USD. En enero de 2025 la tasa promedio se ubica hasta el momento en 1.42, lo que representa una depreciación de un 24.6 por ciento en comparación con enero de 2024», señaló el también profesor de la Pontificia Universidad Javeriana en Cali, Colombia, en su más reciente análisis sobre los movimientos en el mercado cambiario informal cubano. «En medio de las últimas fluctuaciones, la moneda libremente convertible (MLC) ha perdido valor frente al dólar y el peso cubano, debido a las dudas sobre su futuro y permanencia como medio de pago».

    Por su parte, el economista cubano Emilio Morales ha advertido en diálogo con El Estornudo que este nuevo período de dolarización no va a estabilizar a la economía nacional. «Es una medida cuyo objetivo es claro: apoderarse de los dólares en manos de la población», resumió el presidente y CEO de The Havana Consulting Group & Tech (THCG & Tech), radicado en la Florida, Estados Unidos. 

    En su opinión, este 2025 será otro lapso de «agonía y dificultades para los cubanos»; ello a causa del declive de las remesas y el turismo en la isla. «En realidad, no existe una sola variable en la economía cubana con un comportamiento positivo que favorezca o justifique en estos momentos una recuperación de la tasa de cambio actual», subrayó. «Cualquier cambio hacia la baja de la tasa de cambio en el mercado estaría forzado por la intervención del régimen en las entidades que hoy monitorean la tasa de cambio en el mercado informal». 

    Morales cree que «la compra de la moneda se va a encarecer, al igual que los productos». No habrá suficientes dólares en manos de la gente, pero… «Tampoco el Estado ni los bancos cubanos tienen las divisas suficientes para estabilizar el mercado cambiario. De hecho, la medida de anunciar una tasa de cambio flotante la han hecho para competir con el mercado informal y tratar de estimular a que la gente cambie los dólares con ellos y no en la calle».

    En otro análisis reciente, Pavel Vidal ha alertado que «la dolarización parcial solo ofrece beneficios transitorios para algunos sectores», y, ciertamente, cuando «se combina con la ausencia de convertibilidad de la moneda nacional, genera dañinas segmentaciones, desigualdades y distorsiones que afectan el correcto funcionamiento de la economía y la recuperación del crecimiento económico».

    ***

    Los cubanos han estado lidiando con la moneda estadounidense prácticamente desde 1898, cuando desembarcó junto a los marines que intervinieron en el último conflicto independentista contra España. De hecho, Cuba fue el primer país dolarizado en el mundo, ya que a inicios del siglo XX el dólar se convirtió en la moneda de todas las transacciones oficiales y en el tipo de cambio referencial en la isla.

    El primer desembolso oficial en dólares registrado en la isla ocurrió en 1899, al comenzar la desmovilización del Ejército Libertador. La operación costó inicialmente tres millones de dólares, por entonces con respaldo en oro; luego habría otros pagos. Poco tiempo después, en 1903, la naciente República tendría sus primeros ingresos en moneda estadounidense al recibir dos mil dólares por el arriendo de la base naval de Guantánamo.

    Una década más tarde, Cuba avanzaba ya hacia un sistema monetario propio. Con la promulgación de la Ley de Defensa Económica, bajo el gobierno de Mario García Menocal, surgía en octubre de 1914 la moneda nacional cubana, sustentada en el patrón oro y con el mismo peso legal del dólar estadounidense, el cual desplazó totalmente al centén español y al luis de oro francés, que circulaban hasta entonces, como la única moneda extranjera en la isla. 

    Así, el naciente sistema monetario cubano comenzó a avanzar seguro y acreditado durante la primera mitad del siglo XX, amparado también por el Tratado de Reciprocidad Comercial entre Cuba y Estados Unidos, firmado en 1902, y la Reserva Federal estadounidense (FED), establecida en 1913

    Ya para 1939 se creó en la isla un Fondo de Estabilización de la Moneda para sostener la paridad del peso con el dólar, y casi diez años después surgió el Banco Nacional de Cuba, que hasta 1959 pudo sostener un tipo de cambio de 1×1.

    Se podría decir que hasta 1961 el peso cubano y el dólar estadounidense mantuvieron una relación bastante sana. Pero en agosto de ese año, el nuevo gobierno de Fidel Castro promulgó la ley No. 963 que estableció un canje obligatorio de los billetes anteriores a 1959 por otros de nuevo diseño, denominado entonces como el «peso revolucionario cubano». 

    Tras este canje forzoso y la nacionalización de la banca en Cuba, el dólar se esfumó oficialmente y su tenencia, así como la de otras monedas extranjeras, se convirtió en un delito que privaría de su libertad a no pocos cubanos. La divisa foránea fue penalizada en la isla hasta 1993, aunque el dólar nunca dejo de circular de manera informal.

    Con la caída del muro de Berlín, a inicios de los años noventa del pasado siglo, la economía cubana entró en el denominado Período Especial, la primera gran crisis de los últimos 35 años, y el dólar salió de la clandestinidad, impulsado por las reformas económicas del gobierno tras la pérdida de sus socios comerciales y aliados políticos del bloque socialista. 

    La precariedad económica en la isla incentivó un mercado informal en que la moneda estadounidense llegó a cotizarse hasta en 150 pesos. Una cifra que palidece si se compara con los 330 CUP de la actualidad, según registros independientes del tipo de cambio informal.

    El mismo día del cumpleaños 67 de Fidel Castro, el 13 de agosto de 1993, se dio a conocer el Decreto-Ley 140 del Consejo de Estado, que despenalizó por luego de más de 30 años la tenencia de divisas extranjeras por parte de los ciudadanos cubanos. A partir de ese momento se permitió poseer dólares, conservarlos en cuentas bancarias y comprar en las tiendas que hasta ese momento eran solo para diplomáticos y extranjeros. 

    La medida buscaba un alivio económico, pero tampoco significó un retorno estable y permanente del dólar estadounidense a la economía cubana. A partir de ese momento comenzó un período, vigente hasta la fecha, de «sí, pero no» respecto a su circulación oficial en el país. 

    ***

    Tras la despenalización del dólar, comenzó a circular a finales de 1994 el hoy difunto peso convertible cubano (CUC), habilitado para operaciones comerciales al igual que otras monedas convertibles autorizadas. Con la medida, el CUC circuló en paralelo al peso cubano (CUP) y, de hecho, se estableció un sistema de doble moneda que ha implicado no pocos desafíos y complejidades para la macroeconomía y el bolsillo de los cubanos.

    A mediados de octubre de 1995 entraron en funcionamiento las Casas de Cambio (CADECA) oficiales en las que se empezaron a vender CUC por 30 pesos cubanos. Casi un año después, comenzaron a comprar dólares a 21 CUP por unidad y a vender CUC a 1×23 CUP.

    El USD coexistió con el peso cubano y el convertible hasta julio de 2003, cuando el gobierno decidió consentir solo transacciones en CUC para las empresas estatales que operaban en esa divisa. Para octubre de 2004, el dólar dejó otra vez de circular oficialmente en el país y fue sustituido por el CUC, una moneda válida solo mientras se permaneciera en territorio nacional. 

    Esta medida obligaba a cambiar las divisas, incluido el euro y otras monedas libremente convertibles (MLC), para realizar cualquier operación financiera o comercial dentro de la isla. Por esas fechas, además, el gobierno gravó con un diez por ciento el cambio del dólar en efectivo, a razón de uno por 0.90 CUC y por 23.4 CUP.

    Durante 15 años, el CUC se estableció como amo y señor de las operaciones estatales y privadas en divisas; hasta que en octubre de 2019 otra decisión gubernamental trajo de vuelta el dólar estadounidense. Inicialmente, se instauró en determinadas tiendas en MLC, dedicadas a la venta de productos de alta gama como electrodomésticos, partes y piezas de automóviles y motocicletas.  

    En ese momento, las autoridades insistieron en que solo era una medida temporal y que no había interés en dolarizar a la economía cubana. Sin embargo, el 20 de julio de 2020, sumido el país en una crisis agravada por la pandemia de coronavirus, el gobierno decidió eliminar el gravamen del diez por ciento al cambio del dólar estadounidense, vigente desde 2004, y autorizar la venta por divisas de productos básicos como alimentos y artículos de aseo y limpieza.

    Para finales de ese año, el presidente Miguel Díaz-Canel anunció la salida de circulación del CUC para el 1 de enero de 2021 y el establecimiento de una tasa única de cambio de 24 CUP por dólar estadounidense.

    En julio de 2021, se aplicó una nueva restricción mediante la Resolución 176; se volvía a prohibir la aceptación del dólar estadounidense en efectivo por parte de bancos e instituciones financieras y no bancarias, por lo que tampoco se podía cambiar dólares por MLC, la moneda virtual establecida tras la «muerte» del CUC y el inicio de la fracasada Tarea de Ordenamiento Monetario, que pretendía eliminar la dualidad monetaria y detener la galopante inflación en la isla. Entonces el Banco Central de Cuba (BCC) aludió a «los obstáculos» que suponía el embargo económico de Estados Unidos para las transferencias internacionales en dólares de Cuba. 

    En agosto de 2022, el dólar se cotizaba en el mercado informal a 185 CUP por unidad, aunque la tasa oficial se mantenía 1×24 CUP. Ante esa situación, el gobierno decidió implantar un nuevo tipo de cambio oficial de 1×120 CUP para personas físicas y de 1×24 para personas jurídicas; además autorizó la compra-venta de divisas en las CADECA.

    Para abril de 2023 entró en vigor una nueva resolución del BCC mediante la cual se derogaba la anterior; sus dependencias podían nuevamente recibir dólares estadounidenses en efectivo. «El mercado cambiario establecido en agosto de 2022, entre otras medidas, ha creado las condiciones para que se pueda aceptar, como era en el pasado, tanto la posibilidad de realizar depósitos en dólares estadounidenses en las instituciones financieras y bancarias, como de recibir esa moneda en efectivo a partir de operaciones de canje», señalaba el comunicado.

    El último retorno del dólar se produjo en circunstancias límite dentro de la propia crisis crónica, multidimensional que atraviesa desde hace años la economía cubana, cuya principal apuesta, el turismo, no se recuperado tras la pandemia de COVID-19, mientras no ha dejado de crecer la sangría migratoria (casi un millón de sus ciudadanos desde finales de 2021, según cálculos conservadores).

    ***

    Por supuesto, el mercado cambiario informal dentro de Cuba se ha visto impactado, con movimientos especulativos, tras la luz verde para la operación con dólares (efectivo) en establecimientos estatales como el de 3ra y 70 en La Habana. 

    El economista Pavel Vidal ha estimado que el dólar y el euro podrían terminar el mes de enero —si no hay novedades oficiales en materia de política cambiaria— con un incremento acumulado entre un 12 y un 13.5 por ciento; es decir, tasas entre 342-377 CUP por 1 USD; 352-364 CUP por 1 EUR, y 232-251 CUP por 1 MLC en «los escenarios central y máximo».

    «Informaciones más precisas sobre qué pretenden las autoridades económicas con el “redimensionamiento” del mercado de divisas y la tasa flotante, y las lecturas que haga el mercado sobre estas señales, probablemente se conviertan en los principales determinantes de las fluctuaciones a corto plazo de las tasas de cambio en los próximos meses», advierte el experto. 

    A mediano plazo, se presume que ganarán relevancia en esta cuestión los efectos de la política —de sanciones, a juzgar por sus primeros pasos— de la administración Trump en su retorno a la Casa Blanca.

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    Katia Monteagudo
    Katia Monteagudo
    Nació en el centro de Cuba, pero es ya chilanga por adopción. Pertenece a la generación del linotipo, a la mismísima era del plomo, pero sigue en el oficio por puro deseo casi 40 años después de haberse licenciado en la Universidad de La Habana.

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    1 COMENTARIO

    1. Es pura lucha por la sobrevivencia para el cubano. Para algunos de los que estamos afuera cuesta asimilar esa maraña monetaria. Saludos.

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