MADRID, España.- La opositora cubana Rosa María Payá fue galardonada este jueves con el Premio de Derechos Humanos de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) durante el Foro América Libre, que reunió en México a defensores de la libertad provenientes de América y Europa. El reconocimiento, representado en la escultura del Árbol de la Vida, fue entregado en mérito a su activismo en defensa de los derechos humanos, su compromiso con la libertad y su liderazgo en causas cívicas internacionales.
En su intervención, Payá agradeció la distinción y destacó que la recibía en nombre de quienes en Cuba continúan luchando pacíficamente contra la represión. “Yo quiero aceptar este premio en nombre de los cubanos que hoy, desde la isla, arriesgan su vida, arriesgan su libertad por la democracia; en nombre de los más de mil prisioneros políticos que sufren en las cárceles de Cuba”, expresó.
La activista también rindió homenaje a referentes que previamente recibieron este galardón, como la dirigente venezolana María Corina Machado y el obispo nicaragüense Rolando Álvarez. “Recibir el Premio de Derechos Humanos de ODCA es un inmenso honor. Estoy conmovida de recibir un galardón que se le ha dado ya en dos ocasiones anteriores a dos de mis referentes personales”, afirmó.
Trayectoria de lucha cívica
Rosa María Payá fundó en 2015 la iniciativa ciudadana Cuba Decide, un movimiento que promueve un plebiscito vinculante para que los cubanos decidan en las urnas una transición democrática. Es hija del fallecido Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación, galardonado con el Premio Sájarov del Parlamento Europeo y dos veces nominado al Nobel de la Paz. Oswaldo Payá murió en 2012 en un accidente que su familia y organizaciones internacionales han denunciado como un asesinato político perpetrado por el régimen cubano.
En 2025, la activista fue elegida por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) como comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para el período 2026-2029.
En el Foro América Libre, espacio que articula a líderes sociales, políticos y organizaciones defensoras de la democracia en la región, participa desde hace años activamente.
Un discurso centrado en Cuba y la región
En su mensaje, Payá denunció la situación crítica que atraviesa la isla, marcada por la escasez de alimentos, el colapso de los servicios básicos y una represión política que mantiene a más de 1.200 personas encarceladas por motivos de conciencia. “Las familias sobreviven con dos o tres horas de energía eléctrica al día, sin medicamentos y en ciudades donde hace más de seis meses no llega el agua corriente. El hambre es la mayor preocupación de los padres y madres cubanas en este momento”, señaló.
Asimismo, subrayó que el castrismo no solo oprime a millones de cubanos, sino que “extiende sus tentáculos por todo el hemisferio”, con un impacto directo en la estabilidad de países como Nicaragua y Venezuela.
Críticas al papel de México
Desde el escenario del foro, la activista expresó preocupación por el rol que desempeña México en su relación con el gobierno de La Habana. “Creemos que este gran país corre el riesgo de convertirse en el próximo patrocinador de la dictadura cubana, un puesto que todavía hoy ocupa Venezuela”, advirtió.
Payá cuestionó los acuerdos que han permitido la llegada de brigadas médicas cubanas, señaladas por organismos internacionales como una forma de trabajo forzado. Recordó que desde 2022 el Estado mexicano ha destinado más de 100 millones de dólares a estas misiones, mientras que el régimen retiene hasta el 94 % del salario de los profesionales de la salud.
Un llamado a la acción continental
La líder opositora llamó a los presentes a denunciar la ilegitimidad del régimen cubano y a apoyar sin reservas un cambio de sistema. “La victoria de la democracia en Cuba será una victoria para todo el continente, un paso esencial para la paz, la prosperidad y la justicia en nuestras naciones, y es posible. Muchos nos dejamos la vida en ello”, dijo.
Payá cerró su intervención recordando el legado de su padre, asesinado hace trece años: “La noche no será eterna”. Sus palabras fueron recibidas con aplausos en un encuentro que buscó reafirmar la solidaridad internacional frente a los regímenes autoritarios en la región.