LIMA, Perú – El segundo juicio contra el exministro de Economía y Planificación de Cuba, Alejandro Gil Fernández, concluyó este fin de semana en la Isla marcado por el secretismo del régimen cubano y la falta de comunicación oficial de cara a la población.
Este sábado, el periodista Mario J. Pentón desde su canal de Youtube ofreció nuevos detalles del proceso judicial a partir de una entrevista con la abogada y expresentadora de la televisión cubana María Victoria Gil, hermana del exministro.
El primer juicio contra el exministro se celebró del 11 al 13 de noviembre en el tribunal de 100 y 35, en Marianao, con motivos del cargo imputado por espionaje. Este segundo evento, enfocado en los delitos de malversación e índole económica se habría desarrollado entre el 26 y este 30 de noviembre, con vistas a próxima sentencia.
María Victoria Gil informó que entre los personajes de alto perfil que participaron en el juicio resaltó el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien compareció como testigo de cargo.
“Testigo de cargo es testigo de la acusación”, aclaró la expresentadora. “Yo me pregunto como es posible, un amigo, hermano, como lo fue Miguel Díaz-Canel, personas que eran uno. Mi cuñada me decía: `Es que se adoran, no pueden vivir el uno sin el otro´. Que fue tutor de la tesis de economía de mi hermano; lo felicitó cuando lo destituyeron; lo felicitó por su cumpleaños; y lo instó a seguir trabajando y luchando por la Revolución”.
María Victoria Gil comentó que la presencia del dictador cubano busca limpiar su imagen dañada nacional e internacionalmente.
“Es capaz de traicionarse a sí mismo como hombre, ya no voy a hablar como político. Como hombre, traicionarse a sí mismo y comparecer contra mi hermano como testigo de cargo en un juicio que se sigue por corrupción. Me parece vergonzoso”, subrayó.
El proceso, que involucró a más de una decena de acusados, entre ellos otros presuntos altos cargos dentro del poder castrista, ha puesto como principal chivo expiatorio a Alejandro Gil Fernández. Según refiere la expresentadora, los cargos de esos “personajes importantes” han ido “desapareciendo” en el camino. “Solo quedan unos cabitos sueltos, de pequeños niveles”, comentó.
En la entrevista también destacó la posible confiscación de la casa del exministro en Miramar, una de las zonas más exclusivas de La Habana. El decomiso se ha manejado en el juicio a puertas cerradas y María Victoria Gil asegura que, de realizarse, sería una acción arbitraria, en tanto el inmueble fue entregado por el Estado castrista y no fruto de actividades ilícitas.
Los delitos atribuidos a Gil Fernández —entre ellos malversación, lavado de activos, cohecho y tráfico de influencias— se relacionan con su etapa como gerente de la empresa de seguros marítimos Caudal en el Reino Unido. Durante ese período residió en Londres con su esposa e hijos y tuvo acceso a beneficios propios de altos ejecutivos, como un automóvil de lujo y la membresía en un club exclusivo de Miramar. Según la versión de su hermana, estos privilegios formaban parte de las estructuras estatales para gestionar capitales fuera de Cuba y no constituían actividades delictivas personales.
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