
Alto funcionario de EE. UU. deja en ridículo a Díaz-Canel
Landau desmintió las palabras de Díaz-Canel y negó la existencia de un “bloqueo”.

Landau desmintió las palabras de Díaz-Canel y negó la existencia de un “bloqueo”.

Venezuela es un objetivo apremiante debido al clima de desestabilización que provoca en el continente; pero, una vez más, se pierde de vista que el origen y el cerebro del mal radican en una isla del Caribe.

Su misión no es otra que la misma que le dieron hace años en Maquimport y en el Mariel, o como segundo de Cabrisas: asegurarse de que los Castro gobiernen para siempre.

Díaz-Canel tiene miedo. Y tuvo más miedo a lo que descubrió en esa desobediencia que lo hizo irritar, quizás mucho más que las protestas, tan fáciles de criminalizar, de disolver.

El gobernante también arremete contra el Comité Noruego del Nobel por la Paz.

El ausentismo a la jornada de higienización dejó un mensaje clarísimo: ni los que supuestamente defienden lo que queda del proceso están dispuestos a ir a un trabajo voluntario.

El gobernante cubano también advirtió que “los reclamos de la población son legítimos, pero tienen que hacerse en los lugares establecidos”.

Afirmar que el régimen está aplicando las distintas fases de un plan de exterminio no es una broma, ni una exageración.

LA HABANA.- Quienes deseaban creer que la presencia de Díaz-Canel y compañía en Asia sería relevante, pudieron comprobar la importancia exacta que tiene la continuidad

Las informaciones más recientes permiten constatar el grado de la miseria en que está sumida la isla de Cuba.

Landau desmintió las palabras de Díaz-Canel y negó la existencia de un “bloqueo”.

Venezuela es un objetivo apremiante debido al clima de desestabilización que provoca en el continente; pero, una vez más, se pierde de vista que el origen y el cerebro del mal radican en una isla del Caribe.

Su misión no es otra que la misma que le dieron hace años en Maquimport y en el Mariel, o como segundo de Cabrisas: asegurarse de que los Castro gobiernen para siempre.

Díaz-Canel tiene miedo. Y tuvo más miedo a lo que descubrió en esa desobediencia que lo hizo irritar, quizás mucho más que las protestas, tan fáciles de criminalizar, de disolver.

El gobernante también arremete contra el Comité Noruego del Nobel por la Paz.

El ausentismo a la jornada de higienización dejó un mensaje clarísimo: ni los que supuestamente defienden lo que queda del proceso están dispuestos a ir a un trabajo voluntario.

El gobernante cubano también advirtió que “los reclamos de la población son legítimos, pero tienen que hacerse en los lugares establecidos”.

Afirmar que el régimen está aplicando las distintas fases de un plan de exterminio no es una broma, ni una exageración.

LA HABANA.- Quienes deseaban creer que la presencia de Díaz-Canel y compañía en Asia sería relevante, pudieron comprobar la importancia exacta que tiene la continuidad

Las informaciones más recientes permiten constatar el grado de la miseria en que está sumida la isla de Cuba.
