MADRID, España.- Los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) acordaron este domingo la creación de una Misión Internacional de Energía y Electricidad para apoyar al régimen cubano en medio del colapso sostenido del sistema electroenergético nacional, marcado por apagones prolongados, escasez de combustible y fallas estructurales acumuladas durante décadas.
La iniciativa, según reseñó la agencia EFE, fue anunciada durante la XXV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA, celebrada de forma virtual, y fue propuesta por el dictador venezolano, Nicolás Maduro, uno de los principales aliados políticos de La Habana. El mecanismo, según lo divulgado oficialmente, tendría un carácter “extraordinario” y estaría orientado a contribuir a la recuperación del sistema eléctrico de la Isla.
El anuncio refuerza la alianza política entre Caracas y el Gobierno cubano, pese a que Venezuela atraviesa su propia crisis energética, con un sistema eléctrico deteriorado y una industria petrolera muy por debajo de su capacidad histórica. Asimismo, ocurre pocos días después de que se conociera la incautación de un buque que transportaba crudo con destino a la Isla, y tras la publicación de investigaciones periodísticas que señalan la reventa de parte del petróleo venezolano recibido por las autoridades cubanas en condiciones preferenciales, en un contexto marcado por la falta de transparencia sobre el uso y destino final de esos suministros.
Hasta el momento no se han hecho públicos detalles concretos sobre el alcance real de la misión, los recursos disponibles, los plazos de ejecución ni el tipo de apoyo técnico o material que recibiría Cuba. Tampoco se ha informado qué países asumirían los costos ni cómo se sortearían las propias limitaciones energéticas que enfrentan varios miembros del bloque.
La crisis eléctrica en Cuba se ha agudizado en los últimos años, con apagones de más de 12 y hasta 20 horas diarias en amplias zonas del país, afectando gravemente la vida cotidiana, la producción económica, los servicios básicos y la salud de la población.
Aunque el discurso oficial del régimen cubano y sus aliados regionales insiste en atribuir la crisis al embargo estadounidense, expertos independientes y economistas han señalado de forma reiterada que el deterioro del sistema eléctrico responde principalmente a años de falta de inversión, mala gestión estatal, obsolescencia tecnológica y dependencia extrema de combustibles importados, bajo un modelo centralizado sin transparencia.
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