MADRID, España.- Ingresos procedentes del petróleo venezolano habrían servido durante años para financiar estructuras estatales de Irán, incluidas áreas relacionadas con su programa nuclear, en el marco de una alianza estratégica entre ambos gobiernos, según sostiene una investigación publicada este lunes por el diario español ABC.
Según el reporte, documentos entregados por exagentes de inteligencia y un ex alto cargo venezolano a la Fiscalía de Estados Unidos y a la Casa Blanca describen una red de mecanismos financieros, energéticos y logísticos que habría permitido desviar recursos venezolanos hacia intereses iraníes, pese a las sanciones internacionales que pesan sobre Teherán. El monto estimado de esos flujos ascendería a 7.821 millones de dólares.
La indagación apunta a que estos fondos se habrían canalizado mediante estructuras opacas, incluyendo empresas estatales, proyectos binacionales sin producción verificable, intermediarios financieros y esquemas de triangulación vinculados a la exportación de crudo. Algunas de estas operaciones, de acuerdo con la investigación, se habrían sostenido durante años como parte de una cooperación más amplia entre Caracas y Teherán en sectores como energía, minería, transporte y defensa.
El reporte se enmarca además en investigaciones más amplias de las autoridades estadounidenses sobre redes transnacionales vinculadas al chavismo, que incluyen acusaciones de narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento de actividades consideradas hostiles por Washington.
El señalamiento se produce en un contexto de creciente tensión entre el régimen de Nicolás Maduro y Estados Unidos, marcado por sanciones económicas, incautaciones de cargamentos de petróleo y una mayor vigilancia sobre las redes financieras que sostienen al Gobierno venezolano. La información divulgada por ABC refuerza la percepción en sectores políticos y de seguridad de Estados Unidos de que Venezuela forma parte de un eje de alianzas con países sancionados.
En ese escenario, el pasado miércoles fuerzas estadounidenses interceptaron un buque petrolero frente a las costas de Venezuela. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la operación desde la Casa Blanca y aseguró que se trataba del mayor petrolero incautado hasta la fecha por su país. Posteriormente, la fiscal general Pam Bondi informó que el navío fue abordado por su presunta implicación en una red ilícita de transporte de crudo que, según Washington, apoya a organizaciones terroristas extranjeras.
Fuentes citadas por CBS identificaron el buque como The Skipper, sancionado en 2022 por el Departamento del Tesoro estadounidense por su supuesta participación en una red de contrabando de petróleo vinculada al financiamiento del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y del grupo libanés Hezbolá. De acuerdo con documentos de PDVSA, datos de seguimiento marítimo y funcionarios citados por AP y Reuters, el petrolero se dirigía a Cuba, donde la empresa estatal Cubametales esperaba recibir parte del cargamento para su posterior reventa a intermediarios asiáticos.
Tras la incautación, el Gobierno de Nicolás Maduro agradeció públicamente a Irán por rechazar la operación estadounidense. El canciller Yván Gil afirmó que Teherán respaldó la denuncia de Caracas, que calificó la acción de Estados Unidos como un “acto de piratería” y como un uso ilegítimo de su legislación interna.








