MADRID, España.- Cuba recibió entre enero y noviembre un total de 1.629.787 visitantes internacionales, lo que supone una caída cercana al 19 % en comparación con el mismo período de 2024, según datos publicados esta semana por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). La contracción confirma el deterioro del sector turístico, una de las principales fuentes de ingresos del régimen.
De acuerdo con el informe oficial, el retroceso se acentuó en noviembre, cuando arribaron a la isla 151.895 viajeros internacionales, una de las cifras mensuales más bajas desde 2021, año marcado por el cierre de fronteras debido a la pandemia de la Covid-19.
En el acumulado de los once primeros meses del año, el total de viajeros —incluidos nacionales y extranjeros— alcanzó 2.343.944 personas, un 13,8 % menos que en igual período de 2024. La caída resulta aún más pronunciada si se considera únicamente el flujo de visitantes internacionales, que se situó en apenas el 81,3 % del volumen registrado el año anterior.
Canadá se mantuvo como el principal mercado emisor, con 664.621 visitantes, aunque con un descenso interanual del 14,8 %. Le siguieron la comunidad cubana en el exterior, con 210.255 viajeros (-21,1 %), y Rusia, con 115.968 (-32,4 %). Otros mercados tradicionales también registraron retrocesos significativos, como Estados Unidos, España, Francia y Alemania, este último con una contracción superior al 48 %.
Solo algunos países latinoamericanos mostraron incrementos, entre ellos Argentina y Colombia, aunque sin capacidad para compensar las pérdidas generales.
El régimen cubano reconoció recientemente que el turismo atraviesa una etapa especialmente adversa y que no alcanzará las metas oficiales de ingresos ni de visitantes internacionales previstas para este año. Durante una intervención ante la plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso, indicó que los ingresos del sector se situarán en 917,4 millones de dólares, lo que representa el 75,8 % de lo planificado. Asimismo, se prevé la llegada de alrededor de 1,9 millones de turistas, apenas el 73,1 % del cálculo estatal, lo que convertiría a 2025 en el peor año turístico desde 2003, excluyendo el período de la pandemia de la Covid-19.
Especialistas vinculan esta contracción a factores de carácter estructural, entre ellos la pérdida de conectividad aérea, el deterioro de la infraestructura turística, las deficiencias en servicios esenciales, la crisis económica y energética, y la creciente competencia de otros destinos caribeños que han acelerado su recuperación tras la pandemia.
En la última década, el turismo en Cuba se consolidó como el principal motor económico del país, bajo el control casi absoluto del conglomerado militar GAESA y su empresa insignia Gaviota S.A., que expandieron de forma masiva la red hotelera con la expectativa de captar divisas tras el deshielo de las relaciones con Estados Unidos.
Según una investigación reciente del Miami Herald, las autoridades cubanas continuaron construyendo y promoviendo hoteles de lujo incluso cuando los ingresos turísticos decrecían, destinando a esa expansión buena parte de las divisas que podrían haberse invertido en sectores esenciales como la producción de alimentos, la infraestructura eléctrica o la sanidad. Este enfoque, sumado al deterioro de los servicios básicos y a la falta de mantenimiento en otros sectores de la economía, contribuyó al agravamiento de la crisis interna y a la pérdida de atractivo de Cuba como destino turístico.
El informe periodístico subraya que, aunque Gaviota llegó a registrar márgenes de beneficio por encima del promedio global, la concentración de recursos en la hotelería militarizada no evitó la disminución sostenida de la llegada de visitantes. Mientras tanto, el resto de la economía cubana se ha visto afectado por apagones, escasez de alimentos y el colapso de servicios básicos, factores que, a su vez, han reducido aún más el flujo turístico y han profundizado la crisis humanitaria que enfrenta la población








