MIAMI, Estados Unidos. – El ministro de Economía y Planificación de Cuba, Joaquín Alonso Vázquez, reconoció la semana pasada ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que el turismo cerrará 2025 por debajo de sus proyecciones oficiales de visitantes e ingresos, pero que “el desarrollo turístico e inversiones de continuidad para terminar instalaciones hoteleras” se mantendrán como prioridad para 2026.
De acuerdo con los cálculos expuestos en el Parlamento, los ingresos turísticos alcanzarían al 31 de diciembre “unos 917,4 millones de dólares”, equivalentes al 75,8% de lo previsto, mientras que los visitantes extranjeros rondarían “1,9 millones”, un 73,1% del estimado estatal para el año (2,6 millones).
Ese balance confirma que el sector, tradicional motor de entrada de divisas, no solo incumple las metas del propio Gobierno, sino que sigue lejos de sustentar, por sí solo, una recuperación macroeconómica en un contexto de escasez estructural y deterioro de servicios básicos.
Aun así, Alonso Vázquez sostuvo que la economía podría crecer 1% en 2026 y lo vinculó, en parte, a una presunta recuperación del turismo. “Este crecimiento se sustenta principalmente en las proyecciones de recuperación del turismo y las entidades exportadoras, la reanimación de actividades productivas y de servicios, y el funcionamiento de los esquemas de autofinanciamiento aprobados, entre otros factores. Para lograr este discreto crecimiento, será crucial la implementación de las medidas contenidas en el programa de gobierno”, afirmó.
En el resumen oficial publicado por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), esa continuidad inversora aparece listada entre los “programas clave” para 2026.
El régimen cubano ha sido blanco de críticas por priorizar el sector turístico ―pese a la caída en el número de visitantes extranjeros― en lugar de invertir en sectores como Salud y Educación.
Este mes, el Ministerio de Turismo (MINTUR) incluso reaccionó a críticas y burlas por la promoción del hotel Torre K en La Habana. “Resulta injusto que una publicación se convierta en un blanco de burlas y descalificaciones que terminan atacando no solo a una institución, sino a principios que forman parte de nuestra identidad como cubanos. Nuestro país siempre ha apostado por el desarrollo del turismo como una vía legítima para sostener la economía nacional, en medio de bloqueos, campañas de descrédito y dificultades que no son nuevas ni surgieron de la nada”, publicó el organismo en su página de Facebook.
Esa respuesta, centrada en la “legitimidad” del turismo como tabla de salvación, contrasta con la magnitud del incumplimiento oficial de 2025 y vuelve a colocar la pregunta de fondo: si el propio Estado admite que el turismo no levanta cabeza, ¿por qué se preserva como prioridad la terminación de nuevas capacidades hoteleras frente a otras urgencias productivas y sociales.
A esa fragilidad se suma un riesgo energético externo que también atraviesa la viabilidad del turismo y de la economía en general. Cuba depende de crudo y derivados venezolanos transportados por pequeñas embarcaciones y una “flota fantasma” de tanqueros sancionados, y que la incautación por parte de Estados Unidos de un buque con crudo venezolano podría traducirse en más interrupciones de suministro, agravando apagones y afectando la actividad económica.
En ese contexto, la insistencia oficial en concluir hoteles se sostiene sobre dos supuestos que hoy lucen débiles con los propios datos del Gobierno: que el turismo repuntará lo suficiente como para alimentar divisas y que habrá energía y logística estables para operar y atraer visitantes.








