La entrevista comenzó al revés, cuando el cantante y repartero cubano Wampi (Dasiel Mustelier) me hizo la primera pregunta: «¡Mira! Son las 2:22 de la tarde, ¿tú sabes lo que quiere decir eso?», me dijo en un mensaje de texto. Según él, estábamos en el lugar y el momento correctos.
Wampi, contrario a buena parte de los artistas de su género, no habla alto, usa los silencios y habla de energías y de artistas clásicos cubanos. Todo esto guarda relación con su más reciente disco, El rey de La Habana, un trabajo con el que intenta alejarse cada vez más del resto de los reparteros y construir un camino propio rumbo al éxito internacional.
A sus 22 años acaba de firmar un contrato con la disquera Virgin Music Group, un acuerdo que incluye este fonograma. El álbum no solo contiene reparto, sino que explora otros géneros musicales, como en el primer sencillo «Veni». Además, incluye colaboraciones con grandes nombres de la música cubana como Los Van Van.


Wampi, hace unas semanas que firmaste con Virgin Group Music, ¿qué significa esto para tu carrera?
Lo primero es que nos parece una decisión un poco arriesgada, porque sabemos lo grande y lo importante que es Virgin, pero es una disquera más anglo, más alejada del tipo de música que he venido haciendo hasta ahora. No es una disquera como las que radican en Cuba, tipo Planet Records. Para mí significa mucho porque allí están, o han formado parte, muchísimos artistas que son referencias, como Carin León, Nicky Jam o Janet Jackson.
Estás lanzando tu disco El rey de La Habana ¿Por qué ese nombre?
La respuesta es un poquito complicada. Se llama El rey de La Habana porque siento que cada persona debe considerarse un rey. Yo, por ejemplo, me considero un rey sin ofender a nadie. Es como eso que dicen que cada persona es un dios. En este caso no le puse «El Dios de La Habana», tampoco así, porque la gente iba a mal interpretar las cosas. Pero lo usé en el sentido de que un rey siempre tiene el poder y el control de todas las decisiones que toma. En el disco no solamente me decidí por el reparto, aunque las letras son reparto, pero a nivel musical e instrumental, experimenté con varios géneros como salsa y R&B. Hice muchos géneros que no son normales para el público cubano.
La portada del disco es bastante llamativa. ¿Qué quisiste transmitir con esta visualidad?
El reparto cien por ciento. Cuba. La Habana. Eso fue lo que quise transmitir de una manera directa y clara. No más que eso. Esto es La Habana y es reparto. Es lo que hay, así que prepárense.


Hace unos días pusiste en tu Instagram que este disco sería el mejor disco de reparto. ¿Por qué?
Porque así lo siento, modestia y aparte, sin menospreciar el trabajo que han hecho otros artistas. A nivel musical no es más de lo mismo. El reparto es un género muy rico, muy bailable y se está expandiendo mucho ahora en el mundo, pero llega un punto en el que, tanto los productores como muchos artistas, no se atreven a experimentar un poco. Y ese es el riesgo que tomé yo y que a la vez se relaciona con el nombre del disco. De hecho, yo tengo una pauta en la que digo «no quiero ser ni el rey ni el primero, quiero ser el reparto internacional». El disco tiene mucha variedad en cuanto a los sonidos, las letras, el contenido, en cuanto al trabajo. Hay un trabajo real y serio detrás de la música y de lo visual.
¿Cuándo sacas un disco te genera ansiedad la posible reacción del público?
Realmente no me afecta. Yo siempre he dicho que hago música porque me gusta. Gracias a Dios, tengo muchas personas que hoy en día me apoyan, les gusta lo que hago, les gusta mi arte, mi música, como quieran llamarle. Si el día de mañana no me escucha nadie, pero tengo una guitarra, voy a ser la persona más feliz del mundo, aunque viva debajo de un puente. No hago esto por la fama, ni por lo que espera nadie. Yo doy un pedazo de mí para la gente y por eso muchas personas se identifican con las canciones.
Has colaborado con artistas timberos como El Niño y la Verdad. ¿Por qué estas alianzas entre el reparto y la timba?
Esa alianza fue por Emilio y por mí también, claro, pero a él le gustaba mucho una canción mía que se llama Tóxica. Y nada, él me dijo: «Asere, tenemos que hacer algo, tenemos que juntarnos al estudio». Y un día nos juntamos en el estudio. Yo tenía una idea ahí, a él le gustó. Todo fluyó. La canción se llama «Dile». A mí me encanta esa canción.



¿Crees que el reparto necesita más colaboraciones con géneros ya consolidados como la timba?
¡Claro! Y no solo con la timba, con la rumba, con todos los géneros cubanos en general. Ya el filin es algo que no se escucha mucho en Cuba, pero yo sí lo escucho, yo soy un niño viejo. Pienso que estas alianzas van a ayudar mucho al reparto como mismo a los géneros que ya hoy en día no están en la preferencia. Van a ayudar de verdad.
¿Qué crees del reparto que ahora mismo se hace en Cuba?
Yo soy sincero, no puedo mentirte. Si te digo que el reparto en Cuba ahora mismo está bien, me estaría engañando. Hay mucha, pero mucha gente que sí lo está haciendo bien, como el Dray, Orlenis 22K y otros. No quiero que se me quede ninguno, esos son los que me vienen a la mente ahora. Los que están en la preferencia tienen un sonido un poco extraño y raro. Realmente no pienso, aunque todo en la vida puede suceder, que esa línea sea del agrado para las personas fuera de Cuba. Y es lo que pasa. Los artistas deberían pensar en el público cubano, pero también un poco más allá. Que es lo que realmente va a hacer que el género crezca y funcione. También casi todo suena igual ahora mismo porque se guían mucho por las tendencias. Por ejemplo, hay una canción que suena con un piano, dos maracas y unas flautas, y entonces después toda una ola de gente va y hace lo de piano, la maraca y la flauta. Hay muchos instrumentos que tú puedes utilizar, con los que puedes innovar y crear nuevos patrones y muchísimas cosas que, como quiera que sea, van a ayudar al reparto.


Cuán importante para ti es mostrarle un show a las personas que te vayan a ver.
Más importante que la canción que uno graba y que ellos escuchan. Es mucho más importante para mí el show en vivo que la música que lanza un artista. Porque ahí, en el show, tú puedes realmente llegar en primera persona al público que te sigue. Entonces, no sé, tú no puedes llegar a un show con un piano y dos maracas y que no sea lo mismo. A mí, en ese sentido, me queda muchísimo por aprender y mejorar. Siempre estoy aprendiendo. Porque eso también pasa en Cuba en cuanto al reparto. A nivel de show en vivo, como que todavía no estamos en ese escalón profesional. Vamos a llamarlo así, nivel profesional, tanto musical como artísticamente. Todavía no se ha logrado. Ahora mismo, los shows en vivo de reparto son timba. Y nosotros no cantamos timba, cantamos reparto. Es lo que pienso que hay que mejorar. Y yo estoy trabajando cremas muy serias en eso.
En este punto, ¿qué crees que necesita el reparto para internacionalizarse?
Sobre todas las cosas, humildad. Por supuesto, en la música hay que crear e innovar todo el tiempo. Pero lo que realmente creo que necesita es humildad, en todos los sentidos. Y respeto también, más nada que eso. Debes tener la humildad para que, cuando alguien se acerque y te diga que no le gusta tu show en vivo, tú lo asimiles de manera positiva y quieras mejorar. El respeto lo digo en el sentido de las polémicas, porque los chismes no suman nada a una carrera.