Maykel era un muchacho «correcto» en muchos parámetros. Hijo de profesionales de Radio Sagua, al chico le auguraban un futuro promisorio en los gajes de la comunicación. Hasta que cogió el Sida, que en aquellos años todavía cargaba con la etiqueta de ser la enfermedad de los bajos fondos, sobre todo de los bajos fondos de la comunidad LGBTIQ.
El caso 2648 llegó al Sanatorio de Los Cocos, en Santiago de Las Vegas, inconsciente, víctima de un infarto cerebral y con varios órganos comprometidos. Había intentado suicidarse mediante la ingesta de 350 fármacos. Los psiquiatras, militares como el resto de médicos que allí fungían, ordenaron su ingreso obligatorio.
Es casi unánime la opinión de que el colapso eléctrico ocurrido en Cuba a partir del 17 de octubre —que paralizó al país en toda su extensión y sumió en las tinieblas a una población ya extenuada por innumerables penurias— sería un síntoma extremo de la crisis multidimensional, endémica que enfrenta la isla desde hace más de 30 años.
Desde las 11:07 de la mañana del 18 de octubre, la isla sufre el apagón masivo más extenso y sin precedentes en la historia de la crisis energética que padece desde hace más de 30 años.
«La tendencia a cazar “represores” en la actual campaña política “chivatea a tu chivato” remite más a una cacería de brujas de siglo XV europeo que a cualquier intento genuino de hacer justicia. Justicia no es venganza, e incitar a una cacería como quien localiza un Pokemon no tiene una finalidad de reparación como alegan quienes lo promueven».