Estas páginas, que son una herida y un poema, han de leerse como quien entona un himno después de que se apagaran todos los focos y se arriaran todas las banderas.
La guerra lo hace saltar todo por los aires también en el terreno del juicio, porque trastorna las nociones, desencaja los ejes, ofusca los ánimos. Al...
Camilo Martínez Finlay, in memoriam
En las primeras jornadas de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2 en Nueva York, Carola Martínez Finlay está en la parte...
«El interés de este proyecto se centra en generar una catarsis, un grito, una queja, una denuncia ante el absurdo y la incertidumbre que abruma a una isla».
Las pegó todas, una tras otra, sin bajarle y como quiera. De manos, acostado, en La Habana, en Puerto Rico, en Miami, yendo al gym o metiéndose por noche dos gramos de caspa del diablo. Feliz o deprimido, tierno o feroz, en plan guerrero o en plan santo, abriendo fuego o conciliando. Como le daba la gana.
Estas páginas, que son una herida y un poema, han de leerse como quien entona un himno después de que se apagaran todos los focos y se arriaran todas las banderas.