LA HABANA, Cuba. – El cubano Yuniesky Llanes González, residente del municipio capitalino de Arroyo Naranjo, abrió a CubaNet las puertas de su hogar y mostró las condiciones en que vive desde hace 19 años junto a su esposa, sus tres hijas y su nieta.
“Vivimos en este pedacito de dos metros de ancho por cuatro de largo”, precisó Llanes González al recibir a este medio.
El reducido inmueble donde conviven las seis personas se resume en sala, cocina, baño y un pequeño cuarto de desahogo. La vivienda construida de madera y bloques presenta muestras de deterioro en el techo.
“Aquí en esta cama personal dormimos yo y mi esposa y en esta cuna duermen las tres niñas”, explicó Llanes González, apuntando a las camas ubicadas en la sala de la vivienda, que no cuenta con un dormitorio.

Además, el hombre contó que cuando llueve la casa se inunda de agua debido a que el techo, construido con pedazos de tejas de zinc y fibrocemento, se filtra y “el agua corre por las paredes como si fuera una cascada”.
Llanes González relató que desde hace 19 años reside en “pésimas condiciones” y que, desde esa época, espera que la Dirección Municipal de Vivienda de Arroyo Naranjo acceda a otorgarle un subsidio para mejorar las condiciones de la vivienda.
“Pedimos un subsidio y todavía lo estamos esperando; mi esposa fue a ver a los trabajadores sociales, y vinieron a hacernos la visita, pero tampoco nos han dicho nada y ya llevamos 19 años viviendo aquí”, precisó.
El entrevistado también apuntó que la familia logra sobrevivir “a duras penas” en un contexto de alta inflación en el que los precios de los alimentos se han disparado.

“Desde febrero hice la solicitud, en las oficinas de Trabajo [Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social] pidiendo una licencia para una pequeña cafetería que teníamos aquí y tuvimos que cerrar por la presión de los inspectores. A nadie del Gobierno le importa si mis hijas comen o no”, denunció.
Llanes González alegó que no le ha quedado más remedio que salir a “inventar” para “buscarse unos pesos” y poder alimentar a las cinco personas que dependen económicamente de él.
“Soy yo solo porque mi esposa trabaja limpiando pisos en un hospital psiquiátrico y lo que cobra no alcanza ni para ella, mucho menos para alimentar a cinco personas. Me siento ahogado y hay veces que no tengo ni ganas de llegar a la casa porque de la forma que estamos viviendo no es posible que un ser humano sobreviva”, lamentó.
La escasez de vivienda sigue siendo uno de los principales problemas de Cuba, un panorama que se acaba de agravar con el paso del huracán Melissa, de categoría 3, por el Oriente del país.








