Ministra, por favor, bájese del carro
Las recientes palabras de la ministra de Trabajo evidencian su profundo desprecio al pueblo cubano, tanto como su desconexión de la realidad nacional, un rasgo que se extiende a toda la plana mayor.
Las recientes palabras de la ministra de Trabajo evidencian su profundo desprecio al pueblo cubano, tanto como su desconexión de la realidad nacional, un rasgo que se extiende a toda la plana mayor.
Dos hermanas cubanas, madres de cinco menores, sobreviven en condiciones extremas en un cuarto improvisado de madera en La Habana; sin respuesta institucional.
El periodista y activista Guillermo Rodríguez Sánchez inició este lunes una campaña de ayuda para la niña y su abuela.
Elio Durán Terrero, de 52 años, es único hijo, cuidador no asalariado de su madre anciana y único proveedor de su hogar.
Hace más de una década que Yumairy Sarduy Yglesia labora como trabajador por cuenta propia. Ahora regala pizzas a las personas que viven en la calle.
Como si tener hambre fuera un crimen, los gobernantes antillanos pretenden justificar el uso de leyes represivas para frenar la mendicidad, a la vez que eludir su obligación como representantes del Estado
En Cuba nadie muere de hambre, dicen algunos, pero casi: poco nos falta.
¿Será Cuba una casa buena y confortable alguna vez?
No tenemos ni comida, ni pastillas para nuestros enfermos.
La vivienda cuenta con baño y cocina totalmente reparados, sala, dos dormitorios y terraza.
Las recientes palabras de la ministra de Trabajo evidencian su profundo desprecio al pueblo cubano, tanto como su desconexión de la realidad nacional, un rasgo que se extiende a toda la plana mayor.
Dos hermanas cubanas, madres de cinco menores, sobreviven en condiciones extremas en un cuarto improvisado de madera en La Habana; sin respuesta institucional.
El periodista y activista Guillermo Rodríguez Sánchez inició este lunes una campaña de ayuda para la niña y su abuela.
Elio Durán Terrero, de 52 años, es único hijo, cuidador no asalariado de su madre anciana y único proveedor de su hogar.
Hace más de una década que Yumairy Sarduy Yglesia labora como trabajador por cuenta propia. Ahora regala pizzas a las personas que viven en la calle.
Como si tener hambre fuera un crimen, los gobernantes antillanos pretenden justificar el uso de leyes represivas para frenar la mendicidad, a la vez que eludir su obligación como representantes del Estado
En Cuba nadie muere de hambre, dicen algunos, pero casi: poco nos falta.
¿Será Cuba una casa buena y confortable alguna vez?
No tenemos ni comida, ni pastillas para nuestros enfermos.
La vivienda cuenta con baño y cocina totalmente reparados, sala, dos dormitorios y terraza.