LIMA, Perú – A 18 días del paso del huracán Melissa por el oriente de la Isla, la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba informó que todavía el 45% de los residentes en la provincia permanecen apagados.
Según cita la prensa oficial, en ese territorio suroriental “existen 199.009 clientes con servicio, lo que representa el 55 %, mientras en la urbe cabecera hay 151.611, para el 81%”.
En el caso Tercer Frente, municipio que presenta la situación más compleja, tan solo el 6,6 % de la población tiene servicio eléctrico.
El régimen asegura que los daños a la infraestructura, caída de postes y del tendido eléctrico son algunos de los destrozos en los que se trabaja de manera ininterrumpida, “priorizando zonas vulnerables, densamente pobladas, y donde se ubican servicios básicos para la población”.
Actualmente, buena parte de la región oriental en Cuba permanece apagada luego del paso del huracán Melissa. Las autoridades del régimen reconocieron que de forma paralela al déficit general, el ciclón dejó fuera de servicio 337 MW, afectando específicamente a las provincias ubicadas entre Las Tunas y Guantánamo, lo que agravó la situación en esa zona del país.
La situación energética a nivel nacional igualmente sigue siendo compleja este fin de semana. Actualmente se encuentran averiadas en Cuba las unidades 5 y 6 de la Centra Termoeléctrica (CTE) Antonio Maceo, la unidad 2 de la CTE Felton y la unidad 5 de la CTE Nuevitas.
Asimismo, están fuera de servicio por mantenimiento la unidad 2 de la CTE Santa Cruz y la unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos.
Para el horario pico de este domingo la estatal Unión Eléctrica prevé una disponibilidad de 1.595 megavatios (MW) y una demanda máxima de 3.000 MW, para un déficit de 1.405 MW. De mantenerse las condiciones previstas la empresa pronostica una afectación de 1.475 MW en este horario, lo que dejará a casi la mitad de la Isla a oscuras.
La crisis energética, que se arrastra desde mediados de 2024, obedece a averías en centrales térmicas obsoletas, mantenimientos programados, falta de combustible y de lubricantes, además de la paralización de decenas de motores de generación distribuida y la mala gestión gubernamental.








