El vendedor de asombros quiere sacar mil sueños de alegría sin estrenar, y un sueño que dibuje la felicidad […] ya viene, ya viene, ya viene el vendedor, vendiendo sus asombros al por mayor.
Liuba María Hevia (canción infantil)
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República de Cuba —en ese orden— concedió el 11 de mayo pasado una entrevista al periodista gallego Ignacio Ramonet, uno de los representantes del altermundismo como movimiento contra la globalización.
Ignacio Ramonet es un académico que ha publicado varios textos criticando el control hegemónico a través de la comunicación, entre los que destaca precisamente La tiranía de la comunicación. Se trata de una denuncia, o como lo definiese el propio autor: «Una lucha contra la tiranía, la tiranía de los mercados, de las concentraciones, de la comunicación, del imperio, en suma una lucha contra la tiranía del pensamiento único».
Una de las ideas que desarrolla en el libro es la dicotomía entre ver y comprender. Expone la tendencia a permitir que el espectador eche un vistazo a un fenómeno —ver—, pero sin contextualizar el mismo. Una forma muy efectiva de empaquetar una matriz de opinión al hacer partícipe al espectador de un proceso que simula lo empírico, pero está muy alejado de serlo.
Dicotomía que pareciera una —otra— versión del problema de Gettier sobre la teoría del conocimiento.
En el diálogo de Teetetes, escrito por Platón, se suceden una serie de razonamientos sobre el conocimiento, que concluyen, en síntesis, que si una persona cree algo, y ese algo es verdadero, esa persona estaría justificada para creerlo: ya no es una creencia, sino un conocimiento.
Esa es la base de la gnoseología o teoría del conocimiento. En los años sesenta del pasado siglo, Edmund Gettier introduce la posibilidad de un error en la premisa primera: lo que se cree no es. Y esto es lo que se conoce como el problema de Gettier.
Por su parte, Ramonet se refirió a las repuestas del régimen cubano a las protestas del 11J como lúcidas y transparentes porque cree haber visto jueces que garantizan el debido proceso, y dice entonces conocer —comprender— que la respuesta es acorde a derecho. Efectivamente, en Cuba existe un debido proceso, pero lo que vio Ramonet no eran jueces independientes —porque no existe otro tipo de juez que el independiente—, sino ejecutores de una voluntad estatal. Y este es un ejemplo del problema de Gettier: Ramonet cree conocer, y no conoce más de lo que le muestran.
Por ese motivo la propia afirmación de Ramonet, «ver no es comprender», recuerda a dicho problema filosófico. Ciertamente, un ver como sinónimo de vistazo, de tímida aproximación, no implicaría necesariamente una comprensión de lo visto. A menudo lo que se ve no es lo que se cree, y en consecuencia lo que se cree no es. Una observación teórica aguda que alerta sobre el poder de los medios de comunicación para sugestionar a un público que, a falta de contexto, suele ver sin comprender. Ramonet no es un incrédulo, sino un científico social cuya sagacidad para entender el mundo que pretende cambiar le ha merecido varios reconocimientos.
Sin embargo, en su afán altermundista, algunas cosas comprende y otras solo las ve. Parece incluso que olvidara leerse. Aún peor: aquello que dice comprender —porque le pareció ver un juez, un presidente o una Revolución— lo encuaderna, lo publica y lo exhibe como argumento altermundista, sustituyendo así la tiranía de un pensamiento único por la tiranía de dos únicos pensamientos.
En su empeño de deconstruir una realidad que entiende injusta, tontea con dictadores que gustan de la tibieza de sus preguntas, y además se da por satisfecho con respuestas que no responden sus tibias preguntas. De tal suerte, no deja de sorprendernos con sus exclusivas: Chávez, Fidel, Maduro, y ahora Díaz-Canel. El entrevistador perfecto: internacional, para que no sospechen; académico, para que no sospechen, y parcializado, para que no sospeche. Alguien que desea tanto ese mundo alternativo, alguien que anhela tantísimo esa otredad política, que queda prendido de cualquiera que, como prostituyendo a Arthur Rimbaud, le susurre: «Je est un autre» («Yo es otro»).
Entonces no acude a las citas en busca de respuestas, va solo a preguntar, y las respuestas que acepta a cambio recuerdan el trilema de Münchhausen para justificar cualquier proposición o cuestionamiento:
- la regresión infinita: A se justifica por B, B por C, C por D y así ad infinitum…
- la justificación circular: A se justifica por B, B por C, C por A.
- y el corte de razonamiento: A se justifica por B, B por C, y C no se justifica.
Cada uno de esos dictadores va hilvanando una u otra de estas tres alternativas para justificar cualquier cuestión que parezca incómoda, pero la preferida de todos es el corte de razonamiento. En el caso cubano, ese corte se llama «bloqueo económico» [de Estados Unidos].
Veamos esta última entrevista:
Ramonet: Para muchas familias en Cuba, desde hace dos o tres años, la vida cotidiana se ha vuelto particularmente difícil […]. El bloqueo […] ya existía. ¿Qué ha ocurrido, según usted, estos últimos tiempos para que las cosas se hayan degradado de tal manera?
Díaz-Canel: […] hay que partir de que, en primer lugar, hoy el bloqueo tiene una característica cualitativamente diferente; estamos hablando de un bloqueo recrudecido. […].
R: ¿Cómo analiza el carácter de estas protestas y qué lecciones está sacando usted de esta situación?
DC: Creo que nuestro pueblo ha sufrido los embates del bloqueo. Además, como te decía, es un efecto acumulado de bloqueo en más de 60 años. Mi generación, que nació en los primeros años de la Revolución, es una generación que ha vivido bloqueada por las carencias que provoca el bloqueo […].
R: Quisiera saber qué evaluación hace usted del estado actual de la economía cubana y qué medidas está tomando su Gobierno para enfrentar alguno de los desafíos actuales —además del bloqueo obviamente— como, por ejemplo, la inflación, la dolarización parcial […] y la falta de inversiones extranjeras […].
DC: Ramonet, creo que una parte de la pregunta, como respuesta, la avanzamos ya cuando hacíamos la descripción de lo que significa el bloqueo hoy, porque es precisamente ese bloqueo el que condiciona la nueva situación económica […].
Se trata de un intercambio entre dos personajes absurdos. El uno, Primer Secretario del Partido antes que Presidente —donde lo segundo es solo si no interfiere con lo primero. Su función es responder siempre con el mismo corte de razonamiento: la culpa es de Miami. Sus respuestas recuerdan la famosa imagen del barón de Münchhausen tirando de su propio cabello para sacarse de un pantano.
El otro es un revendedor de asombros, porque antes los compra, y su trabajo se reduce a volver a empaquetarlos y reponerlos en la vitrina. Y así va Ramonet, como un Rey dialéctico, creyendo que porta las más finas telas del altermundismo. Pero va desnudo el Rey.
[…] El original, aquí. […]