Boris Agustín Osorio Ramos tiene 64 años y reside en La Habana Vieja. Activista político desde hace dos décadas, Osorio es miembro del Partido Republicano de Cuba y del Movimiento Escudo Cubano. Debido a su oposición al régimen de gobierno en el país, ha sufrido decenas de detenciones, reclusiones domiciliarias y amenazas de 10 a 30 años de prisión por los supuestos delitos de «terrorismo». La persecución y el hostigamiento de la Seguridad del Estado han impedido que Osorio pueda acceder hoy a algún puesto de trabajo, sea particular o estatal.
Vive con su hija menor, de 19 años, pues su hija mayor y su nieta lograron salir de la isla hace menos de un año. Las condiciones de su casa son pésimas. Las paredes, el piso y el techo están compuestos por materiales diversos como cartones, zincs y planchas de fibrocemento. Unos cuantos pilotes de madera sostienen el piso y el agua ha arrastrado los desechos de los alrededores y ahora crece un basurero debajo de la vivienda.
El estado de salud de Osorio es igualmente delicado. Padece de cálculos renales y de hemorroides grado IV, pero no quiere someterse a una operación porque teme a los hospitales de Cuba y a cualquier cosa que pueda sucederle en ellos.
Este video testimonial inicia una colaboración entre El Estornudo y El Almiquí, proyecto audiovisual compuesto por tres jóvenes cineastas cubanos que prefieren mantener sus identidades ocultas para poder garantizar unas condiciones mínimas de trabajo y evitar la vigilancia de la policía política.