MIAMI, Estados Unidos. – En plena sesión del Parlamento cubano, este jueves, la cúpula gobernante movió fichas clave: el Consejo de Estado aceptó las renuncias de Homero Acosta Álvarez a su condición de diputado y a su cargo de secretario de la Asamblea Nacional, y también las renuncias de Ulises Guilarte de Nacimiento y Ricardo Rodríguez González como miembros del propio Consejo de Estado, según informó el periódico Granma.
En la misma jornada, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, presentó al plenario la propuesta de “liberación” de Rubén Remigio Ferro como presidente del Tribunal Supremo Popular tras 27 años en esa responsabilidad y propuso para sustituirlo a Oscar Silvera Martínez, actual ministro de Justicia.
Para reemplazar a Silvera en el Ministerio de Justicia, se propuso a Rosabel Gamón Verde, hasta ahora viceministra primera.
El relato oficial, sin embargo, dejó sin responder la pregunta central: por qué se producen estas salidas y relevos precisamente ahora. En el caso de Acosta, Guilarte y Rodríguez, Granma se limitó a señalar que “presentaron sus renuncias” y que el Consejo de Estado las “aceptó”, sin ofrecer causas, desacuerdos, responsabilidades nuevas, ni explicaciones públicas verificables para un cambio que afecta la secretaría del Parlamento y la composición del órgano que lo representa entre sesiones.
Por otro lado, la cobertura oficial describió el relevo de Rubén Remigio Ferro como un “movimiento de cuadros” y presentó el cambio como un trámite de aprobación parlamentaria.
Los que se van
Homero Acosta Álvarez era hasta ahora una de las piezas más estables del andamiaje institucional del Parlamento: jurista, con trayectoria dentro de estructuras estatales y partidistas, fue electo diputado el 28 de febrero de 2009 y ese mismo año quedó como secretario del Consejo de Estado.
Más tarde, en octubre de 2019, fue elegido secretario de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado, cargo en el que fue ratificado en la X Legislatura (2023). Su salida es especialmente sensible porque afecta la secretaría del órgano legislativo y, por extensión, la “ingeniería” interna que organiza y certifica el trabajo parlamentario entre sesiones.
Ulises Guilarte de Nacimiento llega a esta “renuncia” tras su liberación, en julio pasado, del cargo de secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Por su parte, Ricardo Rodríguez González había sido “elegido” como diputado con 23 años, siendo estudiante de Ciencias Médicas y presidente nacional de la FEU.
Mientras estos tres funcionarios presentaron su renuncia, Rubén Remigio Ferro fue liberado de su cargo. El funcionario, licenciado en Derecho y máster en Derecho Constitucional y Administrativo; comenzó su carrera en la judicatura en Pinar del Río y llegó a ocupar la vicepresidencia del Tribunal Supremo Popular en 1997. Apenas un año después pasó a presidir el máximo órgano judicial, puesto en el que se mantuvo 27 años. En años recientes, su nombre también estuvo asociado a declaraciones públicas sobre el carácter político de la justicia en Cuba.
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