LIMA, Perú – Una nueva protesta estalló en la última noche en Mayarí, provincia de Holguín, donde un grupo de vecinos se reunieron para exigir la restitución de servicios básicos como agua y electricidad, afectados desde el paso del huracán Melissa a finales de octubre.
La manifestación, ocurrida en el poblado de Pontezuela, ocurrió de manera espontánea con cacerolas y consignas de protesta, como evidencian videos enviados a este diario. Entre los gritos más escuchados destaca “¡Queremos corriente!”, que resonó junto a otras demandas.
Fuentes de CubaNet informaron que el intendente local y un oficial de la policía política del régimen cubano se presentaron en el lugar. Las autoridades dijeron desconocer la magnitud de las afectaciones eléctricas y aseguraron que el servicio podría quedar restablecido en unos dos días.
Estas son las segundas protestas que se reportan desde Mayarí en las últimas 48 horas. Después de casi un mes viviendo entre apagones, escasez de agua y la ausencia de una respuesta estatal, los habitantes de Seboruco también decidieron salir a la calle para exigir soluciones.
La comunidad, afectada desde el paso del huracán Melissa el 28 de octubre de 2025, denuncia que ha debido sobrevivir 23 días sin servicios básicos ni atención gubernamental.
La protesta, registrada en imágenes publicadas por el periodista independiente José Luis Tan Estrada en su perfil de Facebook, reunió a decenas de vecinos que denunciaron ante representantes del gobierno el abandono institucional que, aseguran, han sufrido desde el impacto del ciclón.
“Llevamos 23 días sin electricidad, sin agua potable, tomando agua de una presa contaminada y cargando agua de los ríos. Pusieron la corriente a pocos metros de aquí y nada. Nadie ha venido a ver nada, ni a preocuparse por la situación”, expresaron los pobladores en una de las grabaciones difundidas por Tan.
En la comunidad, relatan, viven niños y ancianos enfermos que no cuentan con alimentos ni condiciones básicas para subsistir. “Estamos cansados de quejarnos, de llamar, y nadie hace nada. Ya no sabemos qué hacer ni a quién acudir”, denunciaron los residentes.
Según informó Diario de Cuba, la protesta se intensificó durante la tarde, cuando un grupo de mujeres —acompañadas por algunos hombres— comenzó a golpear calderos y a tocar la campana de la bodega, utilizada tradicionalmente para avisar la llegada de productos normados. La acción atrajo a más vecinos, hasta sumar unas 20 personas, de acuerdo con el reportero Osniel Ramírez.
Ramírez explicó que el malestar se exacerbó tras una publicación del periodista oficialista Emilio Rodríguez, quien aseguró que Seboruco ya había recuperado la electricidad. Aunque la información era parcialmente cierta —un pequeño segmento de cinco o seis viviendas sí había sido reconectado días antes—, la mayoría del poblado seguía sin corriente ni agua, lo que elevó la indignación.
Ramírez confirmó que tras un intercambio con el delegado los vecinos decidieron convocar a más personas desde la propia bodega y que poco después, los dirigentes del puesto de mando del ciclón acudieron al lugar en un jeep y comenzaron a ofrecer explicaciones.
De acuerdo con la información recopilada por Diario de Cuba, las autoridades reanudaron el servicio eléctrico alrededor de las cinco de la tarde, tras la presión sostenida de los manifestantes.
A pesar de la reposición parcial de la electricidad, los residentes aseguran que aún enfrentan problemas serios de abastecimiento de agua debido a que la comunidad se encuentra en una zona elevada, donde el suministro depende directamente de la energía eléctrica.








