SANTIAGO DE CUBA. – Nael Caleb Ramírez Terazon, un niño de cuatro años residente en el reparto Zamorana, de Santiago de Cuba, ha sido aceptado por un hospital especializado en Turquía para tratarle un tumor en el tronco encefálico, luego de más de un año de tratamientos sin resultados favorables en Cuba.
El menor fue diagnosticado hace 15 meses y desde entonces ha recibido la atención disponible en Santiago de Cuba, pero su evolución ha sido negativa: ya no puede caminar, su lenguaje está severamente afectado y presenta nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos asociados al crecimiento del tumor). A finales de noviembre, fue ingresado en el Hospital Infantil Sur (La Colonia) por fuertes dolores de cabeza, aunque posteriormente recibió el alta.

Ante la falta de opciones quirúrgicas en Cuba para tumores en esa área del cerebro, su madre, Madeline Terazon Godina, logró contactar con un centro médico en Turquía. Tras revisar la documentación clínica, el hospital aceptó el caso y emitió un presupuesto que incluye:
Consulta especializada: 120 USD
Resonancia magnética: 550 USD
Biopsia: 450 USD
Quimioterapia: 1.200 USD
Radioterapia: 4.200 USD
Extirpación del tumor: 18.000 USD
La mujer explica que no cuenta con los recursos para cubrir estos costos; ni siquiera con algún familiar en el extranjero que pueda lanzar una campaña en GoFundMe, la vía más usada por los cubanos para recaudar fondos médicos.
“Estoy en una carrera contra el tiempo”, declaró. Los 15 meses transcurridos desde el diagnóstico han agravado el estado de Nael y complican las posibilidades de una intervención exitosa: si el tumor sigue creciendo, podría comprimir zonas vitales del cerebro y volverse inoperable.
La madre cubana piensa en el caso de Damir Ortiz, un niño cubano de 10 años que falleció el 5 de abril pasado en el hospital Nicklaus Children’s Hospital de Miami, adonde llegó el 12 de marzo para recibir tratamiento. Tras un intenso proceso de gestión de visa humanitaria y recaudación de fondos, pudo ser trasladado en una ambulancia aérea, pero los diagnósticos y tratamientos errados en la Isla conllevaron a su muerte.
En Cuba, Damir había sido diagnosticado con linfoma de Burkitt (leucemia), pero en Estados Unidos los médicos determinaron que en realidad padecía Neurofibromatosis tipo 1, una enfermedad genética que causa tumores en el sistema nervioso. Además, llegó a Miami con otras complicaciones que se tornaron irreversibles.








