MIAMI, Estados Unidos. – La ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra se suma a la lista de lugares que están retirando homenajes públicos a Ernesto Che Guevara: la avenida que hasta ahora llevaba el nombre del guerrillero pasará a llamarse avenida Monseñor Nicolás Castellanos, en honor al misionero español que trabajó durante décadas con los sectores más pobres del Plan 3.000, uno de los distritos urbanos más grandes y poblados de Santa Cruz de la Sierra.
De acuerdo con el medio Unitel, la decisión fue aprobada por el Concejo Municipal en su sesión 76, con siete votos a favor, y solo queda pendiente la formalización por parte del Ejecutivo municipal para que el cambio sea plenamente efectivo.
Según el informe de la Comisión de Constitución del Concejo, “se establece la importancia del cambio en la nominación de la calle Che Guevara por la de Monseñor Nicolás Castellanos debido a la importancia de su labor y trabajo desempeñado en beneficio de la sociedad de Santa Cruz de la Sierra”.
El órgano legislativo aprobó el informe y la ley de cambio de denominación en la sesión celebrada el pasado 26 de noviembre, con la participación de siete concejales, todos a favor de sustituir la referencia al Che.
La avenida Che Guevara, ubicada en el ingreso al Plan 3.000, dejará así de homenajear a una de las figuras emblemáticas de la Revolución Cubana para asociarse a un sacerdote que, según los propios documentos municipales, “transformó una zona de extrema pobreza en una ciudadela con futuro” a través del proyecto Hombres Nuevos y de programas educativos, de salud y vivienda dirigidos a miles de familias.
Aunque la nueva denominación se presenta como un reconocimiento al trabajo social de Castellanos, el efecto práctico es inequívoco: el nombre de Che Guevara desaparecerá del callejero de Santa Cruz de la Sierra.
En la última década, distintos gobiernos locales de América Latina y el Caribe han comenzado a revisar y, en algunos casos, retirar homenajes al guerrillero argentino-cubano en espacios públicos.
Uno de los casos más recientes se produjo en la Ciudad de México en julio pasado. La Alcaldía Cuauhtémoc retiró del Jardín Tabacalera la escultura Monumento Encuentro, que representaba a Fidel Castro y al Che Guevara sentados en una banca. En un comunicado oficial, la propia alcaldía informó que personal de Servicios Urbanos había retirado la escultura “tras una revisión administrativa que identificó diversas irregularidades en su instalación”.
El boletín 281 de la Alcaldía Cuauhtémoc precisó que la pieza, instalada inicialmente en 2018 y reinstalada en 2019, nunca contó con la autorización completa del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos (COMAEP) y que la decisión de retirarla respondía tanto al cumplimiento de la normativa como a reportes vecinales.
El caso desató un choque político entre la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega y el Gobierno de la Ciudad de México, cuya jefa de Gobierno, Clara Brugada, instó a que se restituyeran las esculturas.
En Europa, uno de los precedentes más significativos se dio en Zaragoza, España. El Ayuntamiento de esa ciudad aprobó en 2021 la supresión de la calle y la plaza dedicadas a Ernesto Che Guevara, situadas en el barrio del Actur, y ratificó la decisión en noviembre de ese año tras desestimar las alegaciones de varias asociaciones vecinales.
Según la crónica del diario Heraldo de Aragón, el consistorio acordó que la calle Comandante Ernesto Che Guevara pasara a llamarse calle Ana María Suárez López, en homenaje a una de las víctimas del atentado yihadista de Cambrils de 2017, y que el parque Comandante Ernesto Che Guevara adoptara el nombre de parque Teresa Perales Fernández, en honor a la nadadora paralímpica galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes.
La decisión ejecutó un mandato previo del pleno municipal de 2019, que había aprobado una moción del partido Vox para iniciar los trámites con el fin de retirar el nombre del Che de esos espacios públicos.
Más atrás en el tiempo, otro símbolo ligado al Che fue eliminado en Chile bajo circunstancias radicalmente distintas. La primera estatua de gran formato dedicada al guerrillero en el mundo se inauguró en 1970 en el barrio San Miguel de Santiago, pero fue derribada la noche del 16 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe militar que derrocó a Salvador Allende.
HAZ TU DONACIÓN AQUÍ
