MADRID, España.- El Gobierno cubano anunció el cierre total o parcial de 65 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tras un proceso de revisión que abarcó 869 entidades, en el marco del llamado «Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía». La medida fue presentada por el primer ministro Manuel Marrero Cruz durante su intervención ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Según los datos oficiales, el 87 % de las mipymes evaluadas presentaban pérdidas, situación que las autoridades atribuyen a deficiencias en la gestión, fallas contables y omisiones en el registro de ingresos y gastos. El Ejecutivo sostiene que estas irregularidades justifican las clausuras y el reforzamiento de los mecanismos de control sobre el sector no estatal.
Las cifras reveladas por el régimen indican que en 2025 se crearon 77 nuevas mipymes estatales, elevando a 330 el total de empresas de este tipo, mientras que el país cuenta con 11.866 mipymes privadas y 73 cooperativas no agropecuarias. No obstante, el énfasis en el crecimiento del sector estatal contrasta con las sanciones aplicadas a emprendimientos privados, que han sido uno de los pocos espacios de dinamismo económico en medio de la crisis.
El anuncio de los cierres se produce en un contexto que el propio Gobierno reconoce como “económicamente complejo”, marcado por restricciones de divisas, problemas estructurales en la producción y una profunda crisis energética. Las autoridades han calculado en 7.100 millones de dólares las afectaciones acumuladas a la economía, aunque continúan responsabilizando a factores externos y a supuestas ineficiencias internas de los actores económicos.
Como es habitual, estas auditorías y clausuras forman parte de una estrategia de recentralización y control sobre el sector privado, que incluye nuevos esquemas regulatorios, mayor supervisión estatal y la promoción de fórmulas de negocios donde el Estado mantiene un rol dominante.
Mientras el Gobierno afirma que estas acciones buscan “ordenar” la economía y sentar bases para una recuperación futura, la realidad es que los cierres de mipymes profundizan la incertidumbre de miles de trabajadores y limitan aún más la capacidad del sector privado para operar en un entorno ya marcado por la inflación, la escasez y la falta de autonomía real.








