LA HABANA.-Ciertas fuerzas y movimientos en América Latina están temerosos y preocupados. El motivo de tales sentimientos es el indudable avance de los gobiernos democráticos en la región, y las perspectivas de que puedan sumarse en breve más países a ese clima de libertades.
Muchas voces de esa izquierda radical, a la hora de buscar las causas de su retroceso, plantean que ha fallado su estrategia comunicacional, y en consecuencia se han dado a la tarea de hallar vías para combatir lo que ellos llaman el “control hegemónico” de la información por parte del Occidente capitalista, y en especial de Estados Unidos.
En ese contexto, por estos días se han celebrado simultáneamente en Cuba tres eventos relacionados con el accionar de la izquierda continental,más algún que otro invitado de otras latitudes, en el ámbito de los medios de prensa y las comunicaciones.
Nos referimos a la Red de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad, que había sido creada por Fidel Castro y Hugo Chávez en el año 2003; al Festival Internacional Granma Rebelde, en homenaje al 60 cumpleaños de ambos periódicos castristas; y al Tercer Encuentro Internacional de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda.
En dichos eventos estuvieron presentes figuras conocidas como Ignacio Ramonet y Fernando Buen Abad, así como la cúpula de la dirigencia castrista, y buena parte de sus intelectuales orgánicos como Abel Prieto, Enrique Ubieta, Luis Morlote y hasta Mariela Castro Espín.
Entre discursos y consignas, en los que no faltaron las loas a la Venezuela chavista y a Hamas, se dijeron cosas como la necesidad de articular esfuerzos para crear o reforzar, una red de medios de prensa que representen los intereses del Sur global; avanzar en la “alfabetización” digital e ideológica de los pueblos latinoamericanos; así como defender en todo momento la “verdad” de las naciones de la región frente a los apetitos imperiales.
Al intervenir en una de las sesiones del Encuentro de las Publicaciones de Izquierda, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez se refirió a “la manera cómo movilizamos conciencia, cómo no solo informamos, sino cómo tenemos una comunicación política estratégica que nos sensibilice, que tenga vínculos con lo popular, que construya consensos, que siembre conciencia, y que nos movilice desde lo cotidiano” .
Todo muy claro. Mediante un discurso que pretende ser atractivo, pero que no deja de ser engañoso, la jerarquía de la izquierda llama a sustituir la información por un mensaje político-ideológico que, con el pretexto de combatir al hegemonismo primermundista, mantenga oprimidos a sus pueblos. Y de paso les permita a ellos ( a los Díaz-Canel, Maduro, Ortega-Murillo y compañía) permanecer indefinidamente en el poder.
Mas, todo este discurso que atenta contra la libertad de prensa y el libre flujo de la información no logrará impedir finalmente que la verdad se abra paso en nuestra región. Ya las naciones latinoamericanas están cansadas de una retórica vacía que no conduce a nada útil.
Por otra parte, es significativo que esta ofensiva contra la libertad de prensa tenga lugar cuando, además del ya mencionado avance de la democracia en la región, los grupos pro dictaduras se ven aislados con su exclusión de la próxima Cumbre de la Américas, y en momentos en que al régimen de Nicolás Maduro se le cuestiona por su posible involucramiento con el narcotráfico internacional.







