MADRID, España.- Las persistentes lluvias en la provincia de Holguín provocaron en la madrugada de este miércoles una nueva crecida de los ríos Sagua y Cabañas, que obligó a activar operativos de evacuación en los municipios de Sagua de Tánamo y Moa, apenas dos semanas después del paso del huracán Melissa por el oriente cubano.
Según informó el oficialista Periódico Ahora, en Sagua de Tánamo el Consejo de Defensa Municipal “comenzó una rápida evacuación y casa a casa da aviso a los vecinos de las zonas bajas por la rápida creciente del Río Sagua provocada por lluvias prolongadas en el territorio”.
El medio agregó que “se le indica a toda la población proceder a la inmediata evacuación” y pidió colaboración a quienes pudieran difundir el aviso.
Poco después, el mismo medio publicó que también en Moa se activó el Consejo de Defensa Municipal por una nueva crecida del río Cabañas, donde se ordenó la evacuación del barrio ECRIN.
“El vicepresidente del CDM, Alexei Martínez Mora, junto a efectivos del Ministerio del Interior, así como integrantes de la Zona de Defensa 32-14-03 trasladan en estos momentos a los moradores hasta el centro de protección ubicado en el Preuniversitario Ñico López”, indicó la nota oficial.
En Moa se registraron 116 milímetros de lluvia hasta la medianoche del martes, lo que provocó la apertura de compuertas de la derivadora y un aumento de más de tres metros en el nivel del río Cabañas. En Sagua de Tánamo, alrededor de 2.500 personas realizaron una autoevacuación preventiva tras el aviso de crecida del río.
Mientras, en la vecina provincia de Granma varias presas —entre ellas Corojo, Paso Malo y Yao— abrieron sus vertimientos como medida de seguridad. En dicha provincia las familias del poblado Grito de Yara, en el municipio Río Cauto, enfrentan una situación de extrema precariedad tras el paso de Melissa. los residentes llevan más de 14 días sin servicio eléctrico ni suministro de agua potable.
El terreno en la región oriental permanece saturado por las lluvias asociadas al huracán, lo que incrementa los riesgos de nuevos desbordamientos e inestabilidad del suelo.
El fenómeno meteorológico, que golpeó el oriente cubano el pasado 29 de octubre, dejó amplios daños en viviendas, cultivos, redes eléctricas y sistemas de abasto de agua.
El Sistema de las Naciones Unidas en Cuba informó esta semana que más de 90.000 viviendas resultaron dañadas parcial o totalmente, y que unas 100.000 hectáreas de cultivos fueron afectadas por el huracán.
De acuerdo con informes oficiales preliminares, se registran daños en unas 600 instalaciones médicas estatales y más de 2.000 centros educativos, además de afectaciones en puentes, carreteras, vías férreas, presas, antenas telefónicas y, de manera especialmente grave, en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Para atender la emergencia, el Sistema de Naciones Unidas presentó un Plan de Acción inicial por 74,2 millones de dólares, destinado a cubrir las necesidades básicas de alrededor de un millón de personas severamente afectadas, dentro de un total estimado de 3,5 millones de damnificados.
Cuba enfrenta esta crisis tras más de cinco años de deterioro económico, marcados por la escasez de alimentos, medicinas y combustible, una inflación sostenida y prolongados apagones diarios, factores que limitan la capacidad y velocidad de recuperación del país.








