MADRID, España.- Las familias del poblado Grito de Yara, en el municipio Río Cauto, provincia Granma, enfrentan una situación de extrema precariedad tras el paso del huracán Melissa. Según una denuncia publicada en redes sociales por el activista José Díaz Silva, presidente del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), los residentes llevan más de 14 días sin servicio eléctrico ni suministro de agua potable.
La publicación señala que los vecinos no cuentan con medios para cocinar ni para alumbrarse dentro de sus viviendas. Como alternativa, las familias se ven obligadas a acudir al policlínico local para cargar sus teléfonos móviles y obtener algunos minutos de iluminación, debido a la falta de recursos básicos en los hogares.
Silva afirma que lo distribuido a través de las bodegas estatales se ha limitado a “una sola libra de arroz por persona”, y denuncia la falta de respuesta de las autoridades ante la crisis.
La escasez de alimentos y medicinas afecta especialmente a los grupos más vulnerables. De acuerdo con el testimonio recogido en la publicación, una madre afirmó: “Tengo a mi niño enfermo y no tengo medicamentos. En el policlínico tampoco hay nada. Ayer domingo, un hombre murió a las 5 de la madrugada y a las 3 de la tarde todavía estaba su cuerpo allí porque no había carro para llevárselo”.
La falta de combustible doméstico agrava la situación, ya que “muchas familias ya no tienen ni leña ni carbón para cocinar”.
Los residentes aseguran además que la mayor parte de los daños no se debieron directamente al huracán, sino a la apertura de las compuertas de la presa Cauto el Paso, lo que habría provocado una inundación que destruyó viviendas, cultivos y pertenencias en el poblado.
“Hoy, Grito de Yara clama por auxilio”, concluye la denuncia, que señala que la comunidad se siente “abandonada, sin respuesta, sin recursos y sin esperanza de que las autoridades actúen”.
Según informó la agencia EFE este lunes, el Sistema de la ONU en Cuba elevó a “más de 90.000” las viviendas dañadas (parcial o totalmente) y a “unas 100.000” las hectáreas de cultivos afectadas por el huracán Melissa, un aumento de alrededor del 15% y 22%, respectivamente, frente a los últimos datos del Gobierno cubano.
Informes oficiales preliminares recogen afectaciones en “unas 600 infraestructuras médicas estatales” y “más de 2.000 centros educativos”, así como en puentes, carreteras, vías férreas, presas, antenas telefónicas y, en particular, en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Para responder a la emergencia, el sistema de Naciones Unidas presentó un Plan de Acción inicial por 74,2 millones de dólares, destinado a cubrir necesidades básicas de alrededor de un millón de personas “severamente afectadas” dentro de un universo de 3,5 millones de damnificados.
Cuba llega a esta emergencia tras más de cinco años de crisis con escasez de alimentos, medicinas y combustible, inflación elevada y largos apagones diarios, lo que condiciona la velocidad de la recuperación.








