MIAMI, Estados Unidos. – Las Damas de Blanco anunciaron este domingo la muerte de la opositora Mercedes de la Guardia Hernández, integrante de la delegación de Cárdenas, Matanzas. El fallecimiento fue dado a conocer por la líder del movimiento, Berta Soler, en su perfil de Facebook, donde informó que la activista murió “sobre las 6:00 a.m.” a los 59 años de edad, en la ciudad de Cárdenas.
“Le damos nuestras más sentidas condolencias a sus familiares y amigos. Hemos perdido a una valiente luchadora Dama de Blanco. Que Dios la tenga en la gloria”, también escribió Soler.
La líder opositora también confirmó el deceso en declaraciones a Martí Noticias y recordó que la matancera integraba la organización desde noviembre de 2011, como una de las figuras más visibles del grupo en Cárdenas.
Soler destacó que, pese a padecer diabetes e hipertensión, De la Guardia se mantuvo activa en las misas y acciones dominicales del movimiento. “Era una mujer muy alegre pese a su enfermedad, muy fuerte, muy combativa, muy risueña”, afirmó Soler. Añadió que la activista llegó a perder la visión a causa de la diabetes, pero continuó asistiendo a misa con ayuda de un bastón y que, cuando las autoridades le impedían llegar a la iglesia, “la detenían y la dejaban botada lejos de su casa”.
Soler explicó además que, días antes de su muerte, De la Guardia sufrió una caída tras haber pasado por una virosis, lo que habría agravado su estado general. “A partir de ahí empezó a perder el apetito hasta que se fue apagando”, relató la dirigente a Martí Noticias.
Otra de las figuras centrales de las Damas de Blanco en Matanzas, la activista exiliada Leticia Ramos Herrería, calificó a De la Guardia como una “valiente cubana” que, pese al deterioro de su salud, se mantuvo en la primera línea de la actividad opositora. “Mercy, como cariñosamente le llamábamos, era el alma de la delegación de Cárdenas; a pesar de la represión, los calabozos y los golpes, siempre sacaba de su carisma y nos hacía reír”, escribió la opositora.
De acuerdo con informes de las Damas de Blanco y de ONG de derechos humanos, Mercedes de la Guardia fue objeto de detenciones y actos represivos durante años por su activismo.
Durante una manifestación pacífica, en agosto de 2013, “le dieron muchísimos golpes para introducirla en el carro patrulla”, dijo entonces a Martí Noticias la propia Leticia Ramos Herrería.
Asimismo, informes de represión en Cuba difundidos por organizaciones como la Fundación Rescate Jurídico y otros observatorios de derechos humanos, registran repetidas detenciones de De la Guardia cuando intentaba participar en misas o actividades dominicales del grupo en Matanzas. En varios de esos partes se la menciona como detenida al salir de su casa en Cárdenas y conducida a unidades policiales o instalaciones estatales, con posteriores liberaciones a varios kilómetros de su domicilio.
En uno de estos informes, fechado en 2014, las Damas de Blanco recogen que De la Guardia fue detenida tras asistir a misa en la iglesia La Purísima Concepción y que, junto a otras activistas, sufrió arrestos y golpes para impedir su participación en las actividades religiosas y cívicas del grupo.
Más recientemente, reportes del propio movimiento, difundidos en 2019 y 2020, vuelven a ubicar a De la Guardia entre las Damas de Blanco de Matanzas sometidas a vigilancia, “sitios” policiales en su vivienda y detenciones para evitar que saliera hacia la iglesia o la sede nacional del grupo en La Habana.
Las Damas de Blanco, a las que pertenecía Mercedes de la Guardia, surgieron en 2003 tras la llamada “Primavera Negra” en Cuba, como un movimiento integrado inicialmente por esposas y familiares de presos políticos que comenzaron a marchar vestidas de blanco hacia la iglesia de Santa Rita en La Habana para reclamar la liberación de sus allegados.
El Parlamento Europeo les concedió en 2005 el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, en reconocimiento a su defensa de los derechos humanos, distinción que el grupo recoge en 2013, cuando el régimen de la Isla les permitió salir por primera vez para participar en la ceremonia en Estrasburgo.
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