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El Caribe auscultado: una antología a cargo de Juan Carlos Quintero Herencia

'Desistencia y polémica en el Caribe hispano: imagen, crítica y política' (Almenara, 2024) es un libro que muestra la experiencia compartida de un grupo de intelectuales convocados a imaginar y reflexionar otro Caribe.

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Desistencia y polémica en el Caribe hispano: imagen, crítica, política (Almenara, 2024) es un libro dividido en dos partes, con ocho capítulos y un texto introductorio, que invita a explorar cómo el Caribe puede ser auscultado, simultáneamente el caribeñista, aquel sujeto que lee, escribe y participa de la antología, puede auscultarse a sí mismo mientras destituye lo que se entiende y se ha convenido como conversación sobre temas y asuntos que conciernen al Caribe de habla hispana. En este proyecto se conceptualiza el Caribe, simultáneamente el caribeñista se sumerge introspectivamente en su caribeñidad lectiva e intelectual. Lo caribeño y lo denominado el Caribe es configurado en la antología desde la opacidad y la multiplicidad, diseminando cualquier gesto exotista promovido por los denominados Caribbean Studies.

Desistencia y polémica en el Caribe hispano: imagen, crítica y política es un texto que se constituye en una materia poética digna de examinar por medio de eso que catalogó un maestro de Juan Carlos Quintero Herencia, el escritor argentino Ricardo Piglia, como una hermenéutica salvaje. La exploración de las lecturas seleccionadas y sobre todo habitadas, las moderaciones en las cuales se gestan esos procesos de apropiación lectiva, la manera en que los modos de leer se convierten en un modo de vida. Por qué Desistencia y polémica en el Caribe es representativo de una articulación intelectual, de un modo de obrar lo caribeño y, por consiguiente, habitar el Caribe. Si nos encontramos interpelados por la publicación de este libro, cabe preguntarse: ¿quién nos convoca, tanto a los autores como lectores, es decir, como hermeneutas salvajes en Desistencia y polémica en el Caribe: imagen, crítica y política?

¿Nos convoca Juan Carlos, el poeta? ¿Nos emplaza Quintero Herencia, el ensayista? ¿Nos reúne Juan Carlos Quintero Herencia el que es poeta y, al mismo tiempo, ensayista, es decir, el autor cuya escritura camaleónica produce en el lector diversos efectos experimentales al yuxtaponer su lenguaje figurado como poeta con la elegancia de su ensayística? Me parece que es de importancia tomar en consideración estas interrogantes al momento en que el lector decida prestar atención tanto al título del libro, a los ensayos organizados en dos divisiones, como también a la nota introductoria del texto. En Desistencia y polémica en el Caribe: imagen, crítica y política Quintero Herencia nos convoca a todos desde su lugar como antologador, como sujeto que organiza una serie de discursos caribeños, y el cual posibilita la convocatoria de un “nosotros” con una doble dimensión. “Nosotros” en el cual se identifican los autores antologados, aquellos que refiguran el Caribe y lo caribeño, como también un “nosotros” que corresponde a los lectores, los destinatarios del libro, que juzgamos como “anónimos”, “amigos”, “pares” y “colegas” y que juzgarán a su vez tanto las fortalezas como las deficiencias del texto. Es de importancia resaltar que el antologador de esta obra no ha sido ajeno a la praxis que conlleva la convocatoria crítica de reunir un determinado número de autores en función de articular otro tipo de “estudios caribeños”.

En el año 2012, exactamente a diez años de la publicación del tratado cubano de Quintero Herencia titulado Fulguraciones del espacio. Letras e imaginario institucional de la Revolución Cubana (1960-1971) y ocho años de haberse publicado el cuerpo erizado en medio de la palabra sonora en las páginas de La máquina de la salsa. Tránsitos del sabor, Quintero Herencia presentó al lector un proyecto gestado desde una comunalidad caribeña titulado Caribe abierto ( ) Ensayos críticos. Este proyecto posibilitó narrar los silencios y algunos varamientos en ciertas historias isleñas. Convergencia de discursos organizados por Quintero Herencia que contribuyeron a cuestionar, en aquel entonces, el matiz heroico de ciertos desempeños fundacionales naturalizados por la historia oficial caribeña. En Caribe abierto ( ) Ensayos críticos, Juan Carlos Quintero Herencia, como antologador que reúne fines, causas y azares con el propósito de modelar un “nosotros” de autor propuso una fisura a la episteme caribe dislocando tanto la nitidez disciplinaria, como también los relatos bien pensantes dedicados al inventario de las particularidades identitarias de las islas.

Luego de doce años, Quintero Herencia regresa como organizador y curador de un nuevo proyecto antológico, donde el Caribe se configura como una fantasía playera de lo archipelágico y de una cadencia lectiva que crece proporcionalmente a medida que el lector se sumerge en las páginas de la antología. Similar a su proyecto antológico del 2012, Juan Carlos Quintero Herencia organiza una serie de textos partiendo de dos premisas claves presentes en el paratexto inicial de la antología. Es decir, el titulo que nombra el texto aquí comentado. Estos son los conceptos de desistencia y polémica. Dos términos conceptuales que podríamos ubicarlos en las coordenadas filosóficas de dos tocayos argelinos. Me refiero a Jacques Derrida y Jacques Rancière.

Es importante señalar que ambos conceptos filosóficos presentes en el título de la antología se manifiestan, de manera rizomática, en diversos proyectos de Juan Carlos Quintero Herencia. Desistencia, término adscrito al pensamiento de Derrida, puede ubicarse en su libro autobiográfico De la queda(era). Imagen, tiempo y detención en el Caribe, publicado en 2021. Por su parte, polémica, concepto de gran protagonismo en el programa filosófico de Rancière, aparece en las páginas introductorias de otro libro de Quintero Herencia publicado en 2016, titulado La hoja de mar (:) Efecto archipiélago I. Ambos conceptos, presentes en la antología, desquician las señas predecibles que la escena disciplinaria caribeña postula como imágenes de lo caribeño, desatando la potencia de la lectura y no la simpleza de las consignas.

De ahí que la antología imaginada, diseñada y organizada por Quintero Herencia surge de una actividad, entiéndase las actividades que formaron parte de Imagen, crítica y política: Desistencia y polémica en el Caribe. Un simposio experimental, celebrado entre los días 12 y 14 de septiembre del año 2019 en la Universidad de Maryland, en College Park. Junte habilitado como una comunidad de sentidos: un conjunto de lectores abocado a otro modo de vivir y a otro modo de relacionarse con el pensamiento. De ahí que la desistencia se erige en la antología como dispositivo que demanda al sujeto no sentirse interpelado por la política hegemónica. Mientras que la polémica toma forma mediante procesos confrontativos y de retiradas de aquellas tribunas académicas donde lo literario es procesado y controlado por variados protocolos disciplinarios.

En la antología, a partir de este distanciamiento, toma forma una potencialidad política que exhibe un desacuerdo, la polémica desde Rancière, ante la ansiosa domesticación de los discursos caribeños que rápidamente instauran los dispositivos académicos de algunos escenarios intelectuales. La polémica en este proyecto antológico de Juan Carlos Quintero Herencia acude a discusiones entre imágenes con el propósito de redefinir lo político y lo contemplativo más allá del inventario étnico del Caribe, los mecanismos y exotización de la plantación, y la isla que se repite, que redunda y se refrenda hasta que las islas operan como frases vacías que lo explican todo y no declaran nada a la vez. Por lo tanto, más allá de una antología, Desistencia y polémica en el Caribe: imagen, crítica y política es el testimonio de una declaración abierta de deseos que proponen habilitar otra conversación alejada de la corporatividad académica donde se promueven o autopromueven marcas registradas de alguna área de estudio.

La antología se divide en dos partes: Sin horizonte sacrificial: productividad, inscripciones del daño (:) Desistencia y Sin cartografías: agotamientos, desmarques (:) Fugas. En ambas secciones se inscriben ocho ensayos, cuatro en cada una de las dos fracciones, donde se patentizan discursos críticos que se distancian del perímetro discursivo de ciertas disciplinas. Una imposible bitácora, un trajinar de movimientos, promovidos por la ilación de los ensayos que promueven una experiencia del archipiélago. En ambas secciones de la antología emergen condiciones estéticas ineludibles, así como cámaras de resonancia donde puede escucharse algo distinto; al mismo tiempo, se propone vivir la literatura –y otras manifestaciones culturales– de otro modo, y, por consiguiente, repensar los efectos de sus imágenes. Los ocho ensayos ofrecen aperturas apreciativas y, al mismo tiempo, niegan nociones de autenticidad mediante el trazo de líneas de fuga y la proyección de posibles escenarios de subjetivación, penetrando las culturas de poder tanto en las islas como en los territorios explorados en la antología.

Desde el efecto archipelágico, es decir, el acto imaginario que promueve una zona de trabajo donde la experiencia de la imagen erige una labor sensorial, se presenta el ensayo de Magdalena López titulado “La opacidad caribeña. Cuerpos, carne y animalidad en Cuba y Venezuela”. Como parte de una investigación más exhaustiva que aborda las distintas formas de opacidad en el Caribe, Magdalena López propone considerar en su ensayo cómo existe una singularidad caribeña que reside en la opacidad a la luz. Valiéndose de La carne de René de Virgilio Piñera, propuestas artísticas de Raúl Aguiar, Ronaldo Méndez, Rolando Sánchez Mejías y Tania Bruguera, como también la escritura de Carlos Contramaestre y las viñetas de Roberto Weil, Magdalena López expone las tensiones entre vida y muerte, bios y zoé, en los Estados totalitarios en Cuba y Venezuela. En su ensayo es palpable la correspondencia tanato-política identitaria por medio de la carne y el cuerpo en los sacrificios fundacionales de ambos territorios. El texto de Magdalena López expone a partir del término carnafalogocentrismo de Derrida, y la maquina antropológica de Giorgio Agamben, cómo la carne es el último reducto orgánico apersonal y ateleológico, que escapa a cualquier estructura ordenadora. Desde los Estados carniceros en Cuba y Venezuela, entre lo animal y lo soberano, se pone de manifiesto la paradoja acerca de la concepción de pueblo como fundamento de la soberanía de poder, pero también como objeto bestializado por este.

Desde el aludido efecto archipelágico, Carlos Pabón Ortega, en su ensayo “Futuro anterior. El imaginario de la izquierda puertorriqueña en tiempos de melancolía”, propone una novedosa lectura respecto a la atmósfera de la política puertorriqueña en décadas recientes. Este ensayo, el que considero como los primeros esbozos de su nueva publicación historiográfica Ilusión y ruinas: imaginarios de izquierda en Puerto Rico desde los sesenta, invita a repensar lo político desde los márgenes de la crisis actual. Examina críticamente, partiendo de los trabajos de Enzo Traverso, el imaginario de izquierdas en el Puerto Rico contemporáneo. En este escrito, Pabón postula que lo que fue la izquierda en Puerto Rico no existe y que no se puede hablar meramente del desgaste político o la crisis del independentismo y de la izquierda sin reconocer su derrota política. Además, revisita uno de los conceptos claves en su ensayística, el neonacionalismo, con el propósito de explorar los alcances y limitaciones de la crítica posmoderna, entiéndase los debates culturales y políticos a finales del siglo XX y comienzos del XXI, en el campo intelectual en Puerto Rico.

Por otro lado, Sergio Villalobos Ruminott, en su ensayo “Nihilismo afirmativo y desistencia vital. La última novela de Sarduy como testamento imposible”, propone una novedosa lectura de Pájaros de la playa, la novela póstuma del escritor cubano. Los efectos archipelágicos del escrito de Villalobos Ruminott radican en ofrecer al lector una novedosa imaginación literaria del neobarroco latinoamericano, más allá de sus posibles atributos geográficos e identitarios. Proponiendo una relación entre barroco y extenuación,Villalobos Ruminott se distancia de las lecturas habituales del barroco, en cuanto categoría histórica-cultural, estética o identitaria, para pensar la figuración literaria de la enfermedad y el contagio como agotamiento del culturalismo criollo tradicional. Apropiándonos del título de uno de los libros de Roberto González Echevarría, este ensayo propone otros senderos lectivos muy distantes de aquellos pertenecientes al mapa inscrito en La ruta de Severo Sarduy.

Juan Cristóbal Castro, en su ensayo “La intervención caribeña”, presenta el efecto de su posicionalidad archipelágica al exponer cómo parte de la producción literaria y cultural en Venezuela, en las primeras décadas del siglo pasado, se encuentra en tensiones, entre-lugares, a partir de la relación entre lo acuático y lo telúrico. Este articulo presenta el lugar ambivalente, corrosivo, que ocupa la constitución ficcional en Venezuela en el momento que toma forma un peculiar reparto de las simbolizaciones geográficas, una reorganización de los lenguajes respecto a lo natural, con el propósito de consolidar un discurso nacional moderno que aún prevalece en nuestro presente. Partiendo de artefactos literarios e historiográficos de Manuel Díaz Rodríguez, Agustín Codazzi, Manuel Vicente Romero García, y Carlos Eduardo Frías, este ensayo demuestra cómo se modela y encarna la intervención caribeña dentro del campo literario venezolano oscilando entre la liviandad y la sordidez, entre el paraíso contemplativo del ocio y la fuerza primitiva de la desgracia y el abandono. La zona caribeña, según Juan Cristóbal Castro, sirve como telón de fondo para mostrar en su mismo territorio solar, sensual, marítimo, el trauma de la transformación mineral que trajo consigo una difícil reevaluación del imaginario agrícola y telúrico en el relato nacional venezolano.

Juan Carlos Quintero Herencia constituye su efecto archipelágico en un texto testimonial en el cual expone el grado cero de su escritura en función de la lectura de un poema del escritor cubano Reinaldo Arenas. Este ensayo, titulado “El salto de la jutía. Notas sobre imagen, historia y libertad en «El central» de Reinaldo Arenas”, comienza con el autor, es decir el antologo, buscando apuntes de lecturas pasadas sobre el poema analizado y, luego, se figura ante el lector escribiendo y entresacando fragmentos de esos esbozos lectivos. Copiando y editando, Quintero Herencia comparte con el lector la contraseña de su lectura, el modo en el cual entresaca oraciones del pasado con el propósito de ubicarlas en la escritura de su presente. En ese entrar y salir en la escritura del quien lee a Reinaldo Arenas, Quintero Herencia postula cómo el autor cubano imagina y escribe “El central” para exponer el sacrificio y la inmolación compulsoria como gestos constitutivos no solo del régimen castrista, sino de la patria Sacrificial que debería abolirse. Porque “El central”,para Quintero Herencia, es una suerte de escenografía poética donde no se aspira meramente a representar y condenar la Historia cubana, sino a reflexionar sobre la periodicidad de sus repeticiones y las consecuencias de sus historicidades.

Por su parte, el ensayo de Laura Maccioni “De libros, lengua y archivo. Figuras de escritor y políticas de escritura en la Generación Cero” es un texto cuyo posicionamiento archipelágico devela el componente polémico que palpita en las posiciones que las figuras de escritor adoptan en Cuba frente a al poder legitimador. La autora, en un dialogo directo con otros críticos cubanos como Rafael Rojas, Odette Casamayor Cisneros, entre otros, entiende por política de escritura los modos en que los escritores cubanos contemporáneos formulan una respuesta a ciertas preguntas, simultáneamente exponen el carácter conflictivo en el campo literario cubano en la relación entre política y literatura. Preguntas como: ¿qué significa escribir y ser un escritor en o de Cuba? o ¿qué tipo de practica es la escritura y qué intercambios efectúa con otras experiencias sociales y con qué capacidad legitimadora este escritor está dispuesto (o no) a reconocer? A partir de estas y otras interrogantes, Maccioni elabora tres claves de lecturas partiendo del análisis de los trabajos de Orlando Luis Pardo Lazo y Jorge Enrique Lage. La primera pone en tensión la escritura con las políticas de la edición del libro, la segunda relaciona los procesos de escritura con las políticas del archivo y, la tercera, toma en consideración las políticas de la lengua en relación con las instituciones culturales. Este ensayo revela cómo en Cuba, respecto al oficio de escritor, no se están tramando relaciones entre literatura y lineamientos ideológicos del Estado, sino entre literatura e ideología de mercado.

Gerardo Muñoz, desde su modulación archipelágica, participa de la antología con un texto que lleva como título “Del produccionismo al rentista sabático. Sobre La Expropiación (1973) y Memorias del subdesarrollo (1968)”. En este escrito, Muñoz revisita dos filmes pertenecientes a la filmoteca latinoamericana partiendo de los postulados de Emanuel Coccia, Alberto Moreiras, entre otros, y exponiendo cómo los bienes de las mercancías no solo son productos abstractos de equivalencia, sino también son un museo de afección, esto es, un lugar donde el humano entra en relación con su medio y sus gustos. Para Muñoz, la figura del rentista sería la que encarnaría una figura fantasmal del “propietario ausente” posibilitando que la vida de esta figura pase a convertirse en una espectral porque reside afuera de los modos indispensables de la producción y el trabajo. La propuesta del escrito de Gerardo Muñoz manifiesta prestar atención a los planos sintomáticos de los efectos de la expropiación en entornos de maquinaciones y movilizaciones totales cuyo norte son el cumplimiento historicista de la lógica del desarrollo.

Por último, pero no menos importante, Juan Duchesne Winter devela al lector una posición archipelágica en la cual presenta un Caribe tan continental e isleño como marítimo y fluvial. A partir de un estudio de la novela Cubagua, del escritor venezolano Enrique Bernardo Núñez, Duchesne Winter expone cómo este texto disputa la manera en que se ha demarcado geográficamente lo caribeño, como objeto de estudio de área, posibilitando la creación de un Caribe interior excéntrico. Para Duchesne Winter y, partiendo de la concepción reticular del espacio propuesta por el arqueólogo Reniel Rodríguez Ramos, el Caribe es uno que no se adapta a la dominante concepción insularista angloamericana prevaleciente desde el primer tercio del siglo XX. En este ensayo, a partir del texto Cubagua, se define el área geográfica del Caribe no solo por el objeto de estudio sino también por el conjunto abierto de conexiones y relaciones posibles.

Desde estas coordenadas analíticas y a partir del análisis de Cubagua, este ensayo expone la manera en cómo la expresión amerindia participa y comparte con la vanguardia artística del Caribe. Según Duchesne Winter, Cubagua es una multitud, una población ruinosa y su principio rector es precisamente “algo más”. Porque para el crítico literario puertorriqueño la perspectiva cosmográfica de la novela propone algo más que los enfoques caribeñistas centrados en la tautología de confirmar los atributos y determinaciones históricas de una “caribeñidad” ceñida al conjunto cerrado de la geografía insular. Del mismo modo, Duchesne Winter propone otra cosa más que repetir las carencias del sujeto colonial y el imperativo de su descolonización o “decolonialidad”, a la manera de un ser imperdido cuya “liberación” gira en torno a la repetición obsesiva del nombre del amo colonial, a quien al imputársele ser la causa de todo lo que ocurre, se le otorgan las facultades divinas de la omnipresencia y la omnipotencia.

Desistencia y polémica en el Caribe hispano: imagen, crítica y política es un libro que muestra la experiencia compartida de un grupo de intelectuales convocados a imaginar y reflexionar otro Caribe. Por ser una antología que se organiza colectivamente, desde la opacidad, lo múltiple y lo plural, es un artefacto que posibilita apreciar otros modos en los cuales es posible relacionarse con el pensamiento caribeño. Este libro es una invitación a imaginar, a provocar más diálogos, a enfrascarse en discusiones, a constituir otros espacios para la intervención caribeña en vías de articular conceptualmente otro Caribe posible.

RODNEY LEBRÓN RIVERA
RODNEY LEBRÓN RIVERA
Rodney Lebrón Rivera (Las Piedras, 1991) realizó estudios graduados en el Departamento de Historia de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, y se doctoró en Literatura Latinoamericana en Princeton.

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