Con gente como Paolo Sorrentino, Park Chan-wook, Yorgos Lanthimos, Guillermo del Toro, Laszlo Nemes, Noah Baumbach, Kathryn Bigelow o Jim Jarmusch en la Competencia Oficial, y un León de Oro por su trayectoria artística para el alemán Werner Herzog, comienza este miércoles 27 de agosto la edición 82 del Festival Internacional de Cine de Venecia, que tendrá el corto Norheimsund, de la cubana Ana A. Alpízar, en el certamen correspondiente de la sección Horizontes.
Tras la jornada de preapertura de este martes, con la doble proyección de Origin (30 min.), del fotógrafo, cineasta y ambientalista francés Yann Arthus-Bertrand, y del filme silente Queen Kelly (1929), de Eric von Stroheim, incluido en el apartado Clásicos de Venecia (restaurados), el programa de la cita fílmica se extenderá hasta el próximo 6 de septiembre con hasta siete secciones –además de las tres mencionadas, Out of Competition, Venezia Spotlight, Biennale College Cinema, Venice Immersive– que ofrecen una gran variedad de ofertas para los privilegiados cinéfilos que viven estos días en la icónica ciudad italiana.
El cartel de Venezia 82 es realmente extraordinaria, puesto que reúne a pesos pesados de la industria norteamericana y maestros del indie, a algunos de los más aclamados directores de Oriente y Occidente: el italiano Sorrentino acude con La Grazia (Italia), una producción de MUBI elegida para la apertura; el surcoreano Park, con Eojjeol suga eopda (No Other Choice), también de MUBI; el griego Lanthimos, con Bugonia (Reino Unido); el mexicano Del Toro, con Frankenstein (Netflix; EE.UU.); el húngaro Nemes, con Orphan (MUBI; Hungría, Reino Unido, Alemania, Francia), mientras que los estadounidenses Baumbach, Bigelow y Jarmusch irán por el León de Oro con Jay Kelly (Netflix; EE.UU., Reino Unido, Italia), A House of Dynamite (Netflix; EE.UU.) y Father Mother Sister Brother (MUBI; EE.UU., Irlanda, Francia), respectivamente.
Los otros largometrajes en concurso son The Wizard of the Kremlin (Francia), del francés Olivier Assayas; The Voice of Hind Rajab (Túnez, Francia), de la tunecina Kaouther ben Hania; Ri gua zhong tian (Sun rises on us all; China), del chino Cai Shangjun; Elisa (Italia, Suiza), del italiano Leonardo Di Costanzo; À pied d’œuvre (Francia), de la francesa Valérie Donzelli; Silent Friend (Alemania, Francia, Hungría), de la húngara Ildikó Enyedi; The Testament of Ann Lee (Reino Unido), de la noruega Mona Fastvold; Duse (Italia), del italiano Pietro Marcello; L’étranger (Francia), del francés François Ozon; Un film fatto per Bene (Italia), del italiano Franco Maresco; The Smashing Machine (Canadá, USA, Japón), del estadounidense Benny Safdie; Nühai (Girl; Taiwan), de la taiwanesa Shu Qi, y Sotto le nuvole (Italia), del también italo-estadounidense Gianfranco Rosi.
Además de la habitual preeminencia de países como Italia, Francia y Estados Unidos, el princiapal certamen vececiano parece cifrar una puja no solo por capital simbólico que otorgan los festivales más prestigiosos del mundo, sino por espacios concretos en la industria global entre dos modelos de plataformas de streaming, producción y distribución representados por la establecida Netflix y la ascendente MUBI –cuyos movimientos de capitalización, por otra parte, han estado recientemente bajo escutrinio y polémica debido a vínculos con empresas inversoras en la maquinaria bélica de Israel.
Por otra parte, la directora, guionista y productora Ana A. Alpízar, y su cortometraje Norheimsund (Cuba, EE.UU. / 12 min.), constituyen la representación del cine cubano en el gran evento organizado por La Biennale di Venezia.
Con un elenco integrado por Paula Massó Varela, Yaité Ruiz, Darianis Palenzuela y Kiriam Gutiérrez, el filme narra, según la sinopsis, “el romance a distancia de una chica con un hombre noruego mayor”, quien promete sacarla de la isla junto a su madre, pero, claro, no todo “no es tan idílico como parece”.
“Norheimsund es ese pasto que siempre parece más verde del otro lado, especialmente si el otro lado es un lugar tan agónico como Cuba”, explicó Alpízar al también cineasta cubano Eliecer Jiménez Almeida en entrevista para Rialta Magazine. “Es también todos esos pueblos a los que han ido a parar miles de cubanas casadas con europeos, pero para mí es, sobre todo, un ejercicio de memoria. Me traslada a esos sitios que veía desde Cuba y que me parecían sacados de un cuento de hadas, sin tener realmente la capacidad de evaluarlos. Solo porque estaban «afuera» se hacían maravillosos”.
La realizadora escogió ese pueblo más bien desconocido –hasta ahora–, con unos 2 800 habitantes, situado a 80 kilómetros de Bergen, en el suroeste de Noruega, tras una consulta en ChatGPT. “Creo que todos los cubanos entendemos esta sensación. Si escogí Norheimsund como título del corto es porque representa, precisamente, ese sueño compartido por tantos de nosotros: el simple deseo de no estar ahí. De estar en cualquier otra parte, sin importar exactamente dónde”, añadió.
Norheimsund compite con otros 18 cortometrajes de todo el mundo, incluidos Merrimundi, del chileno-estadounidense Niles Atallah, y El origen del mundo, de la argentina Jazmín López. Por Latinoamérica, en el apartado de largos de Orizzonti concursarán Hiedra, de la ecuatoriana Ana Cristina Barragán; Pin the Fartie y The Souffleur de los argentinos Alejo Moguillansky y Gastón Solnicki, respectivamente; En el camino, del mexicano David Pablos, y Barrio triste, del colombiano-estadounidense Stillz (director de videos clip de Bad Bunny o Rosalía).
Fuera de Competencia, el público de la Mostra di Venecia podrá ver el documental Nuestra tierra, de la argentina Lucrecia Martel, y en ese mismo espacio se proyectarán Marc by Sofia, de Sofia Coppola; Cover-up, de Laura Poitras y Mark Obenhaus; Ghost Elephants, de Werner Herzog, o Director’s Diary, de Alexandr Sokurov. Entre las ficciones que se mostrarán solo por amor al séptimo arte hay filmes de Gus Van Sant (Dead Man’s Wire), Julian Schnabel (In the Hand of Dante), Luca Guadagnino (After the Hunt). Y, por ejemplo, se presentarán así también una serie de Marco Bellocchio (Portobello) y un cortometraje de Charlie Kaufman (How to Shoot a Ghost).
Este miércoles, en la Sala Grande del Palazzo del Cinema (Lido di Venezia), el norteamericano Francis Ford Coppola se encargará del discurso de elogio al entregársele el León de Oro al gran Herzog, director de decenas de cortos y largometrajes de ficción y documentales (además de óperas y televisión).
Entre muchas obras verdaderamente trascendentes, Herzog es el autor de filmes como Señales de vida (1968), Aguirre, la cólera de Dios (1972), El enigma de Kaspar Hauser (1974), Woyzek (1979), Fizcarraldo (1982), Donde sueñan las verdes hormigas (1984), Cobra verde (1987); incluidos los documentales Mi enemigo íntimo (1999), Grizzly Man (2005), Encounters at the End of the World (2007), Conociendo a Gorbachov (2018) o Nomad: in the footsteps of Bruce Chatwin (2019).