En el escenario del Teatro Arenal, donde se celebra el Campeonato Provincial de Fisicoculturismo de La Habana 2024, Karla Pérez Rubier camina en zig zag con tacones de punta alta, que cargan su cuerpo de 59 kg, y viste un traje de baño de dos piezas color rosa. Su cuerpo, milimétricamente tonificado, gira a la derecha, se contonea hacia la izquierda. Muestra al público su cintura de 62 centímetros. Aún no lleva la corona, pero no faltará mucho para que el jurado de la Federación Unida de Fisicoculturismo Cubano (FUFC) anuncie que Karla es la campeona en la categoría Bikini Wellness, la primera mujer de la provincia de Pinar del Río en competir y llevarse el título.
Los días de Karla son así: se despierta a las siete de la mañana y hace una hora de cardio en una bicicleta estática. Toma café. Ingiere su primera comida. Se va al gimnasio Coliseo, equipado con todo lo que necesita. Regresa a la casa a trabajar lo mismo de community manager, cuentapropista, modelo de fotografía o videoclip, o promocionando negocios y marcas en redes sociales. A las cinco de la tarde vuelve al gimnasio y entrena otra hora y media. Regresa a la casa, se baña y se va temprano a la cama, lo menos que puede ofrecer al cuerpo, luego de todo lo que el cuerpo le da. Karla, de 23 años, cuenta que tuvo que dejar a un lado «una vida de fiestas, alcohol y hoteles», para poder dormir las horas necesarias y estar presente en cada entrenamiento.
«La disciplina es el principal pilar en el culturismo», dice. «No logras nada sin ella».

Los ejercicios favoritos de Karla son los que trabajan los hombros. No le puede faltar el face pull. «Mis entrenamientos no se enfocan en grandes pesos, sino en pesos que me permitan hacer una técnica correcta». Dichos entrenamientos son de doble sesión, de una hora y media cada uno. «Los divido para que mi cuerpo tenga un pequeño descanso». En ese tiempo se enfoca en ejercitar diferentes grupos musculares, rutina que acompaña con una estricta dieta y proteínas. Conseguir los alimentos necesarios es su prioridad.
«Para nadie es un secreto la situación de Cuba, pero no es un impedimento poder llevar una alimentación saludable», asegura. «La mía se basa en boniato, arroz, lentejas, avena, carbohidratos, pechuga de pollo y huevos. Los busco hasta debajo de la tierra». Paralelamente, Karla consume suplementos de proteína como Whey Protein, Casein y Creatina.

En 2022, Karla, quien estudió dos años de la carrera de Estomatología, visitó un gimnasio por primera vez. Pesaba 74 kg y quería rebajar su peso. Con el tiempo, y la ayuda del entrenador Edel Núñez Cardentey, fue adentrándose en el mundo del fisiculturismo.
«Suelo tomarme las cosas bien en serio, así que desde el día uno en que empecé con mi primera preparación, lo asumí como algo profesional.»
En un inicio su familia «no veía bien» que Karla se dedicara al fisiculturismo, una actividad dirigida al desarrollo de los músculos que por años fue destinada exclusivamente a los hombres, pero que desde la década de los ochenta acoge a mujeres en sus competiciones en todo el mundo. También había muchos que cuestionaban su feminidad.
«Siempre existen los comentarios del tipo: ‘pareces hombre’, ‘ya para, que te estás pasando’, ‘no me gustan tantos músculos’. Todo es debido a la poca cultura que existe en nuestro país respecto al fisicoculturismo», dice Karla. «Pero soy muy segura, sé perfectamente lo que quiero para mi vida y, en este caso, cómo deseo que se vea mi cuerpo. Nadie tiene el derecho de decirme o exigirme cómo quiere que sea mi físico, jamás he perdido mi feminidad por tener músculos. Mi familia al principio no lo veía bien, pero poco a poco lo fueron aceptando, porque esta es mi felicidad. Es lo que amo hacer».

En Cuba, donde el fisicoculturismo no es una práctica ilegal pero tampoco promovida por las instituciones deportivas del gobierno, ha habido un notable auge en los últimos tiempos. Se organizan cada vez más eventos, exhibiciones o certámenes fitness.
«El fisiculturismo ha experimentado un crecimiento enorme, y se nota en la asiduidad femenina a los gimnasios», dice Karla. «El auge creciente es debido a las redes sociales y los nuevos patrones estéticos impuestos por la sociedad».
Karla repite que lo primero que necesita una persona que desee adentrarse en el mundo de las pesas, los bíceps y los músculos es disciplina. «Lleva muchos sacrificios. Solo alguien que sabe lo que quiere está dispuesto a pasarlos». A Karla muchas veces le cambia el carácter antes de las competencias. La dieta estricta previa a la competición, sumada al cansancio del entrenamiento, influyen mucho en sus estados de ánimo.
«Hace que muy rápido pierdas la paciencia con lo más mínimo», reconoce. «Yo trato de controlarme, porque puedo herir a los más cercanos».

Aún así ha valido la pena. El 29 de noviembre de 2023 Karla se levantó como campeona nacional de Cuba en la categoría Bikini Wellness, que premia en particular el desarrollo muscular de las piernas y glúteos, y en abril último repitió la corona. El próximo paso es poder competir en eventos internacionales.
«Esto es mi mayor orgullo», afirma, «poder representar a mi provincia y aportar mi granito de arena para que el culturismo femenino evolucione. Es lo que todo atleta desea”.
Después del triunfo en abril, Karla compartió en Instagram un video de su última competencia. Tiene el cuerpo maquillado, algo que suelen hacer los fisicoculturistas para definir músculos y tapar las imperfecciones de la piel. Karla alza un brazo, da una vuelta, sonríe al público, agacha la cabeza para que le coloquen la medalla de ganadora.
«Las mujeres empoderadas son como flechas lanzadas al viento», escribió ese día en sus redes sociales. «Su determinación es el arco, y sus sueños son el objetivo».